Reabre el Museo de Alfarería de Salvatierra tras más de dos años cerrado
Incluido en la red de museos de identidad de Extremadura, se divide en dos partes diferenciadas: un centro de interpretación del oficio y una sala de exposición
Reabre el Museo de Alfarería de Salvatierra. Incluido en la red de museos de identidad de Extremadura, adscrito a la Consejería de Cultura, fue inaugurado en dos fases -en 2001 y en 2003- y llevaba más de dos años cerrado. Ahora el Ayuntamiento salvaterreño pretende darle continuidad a las visitas a un museo que busca conservar la centenaria tradición artesana de Salvatierra, sus usos, costumbres, las formas cerámicas que «la evolución del oficio ha ido dejando en el camino con el objetivo de defender el patrimonio etnográfico», explicó uno de sus creadores, José Angel Calero Carretero.
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Además, quiere ser un foco dinamizador de la alfarería, de difusión del oficio y de valoración de su significado como motor económico. « Su colaboración con otros museos y su vocación investigadora y didáctica dimensionan de cara al exterior un centro modesto que tiene como objetivo último propiciar la visita a los talleres», agregó Calero.
Las visitas al Museo de Alfarería se pueden realizar los martes, jueves, viernes, sábado y domingo, una hora por la mañana (de 10 a 11). Se abre también una hora en las tardes de miércoles, viernes, sábados y domingos (de 19 a 20). Fuera de este horario se puede contactar para visitas llamando al 675 88 66 15 o al 924 68 85 19.
El centro se estructura en dos partes claramente diferenciadas y que responden también a objetivos diferentes. La primera, el Centro de Interpretación de la Alfarería, se ha diseñado para explicar de manera sencilla el proceso necesario para elaborar una pieza de cerámica en Salvatierra de los Barros. Para explicar el proceso se empieza por contextualizar, desde el punto de vista geográfico e histórico.
A continuación se expone la expansión comercial de la alfarería salvaterreña por el mundo de la mano de los arrieros y sus burros, espectacularmente enjaezados. Por último se reproduce un taller alfarero y, con el apoyo de paneles, mostrar de forma didáctica las diferentes labores que permiten a las arcillas autóctonas, únicas por su porosidad, convertirse en cacharros, también únicos, preparados para su venta.
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La segunda parte del Museo, la Sala de Exposición, trata de mostrar los usos que la cerámica tradicional ha tenido y aún lo sigue teniendo en la vida diaria. El paso de una parte a otra del Museo se hace a través de la zona arqueológica en la que se expone un conjunto de piezas de los siglos XVI y XVII. Proceden de distintos centros productores y muestran las históricas relaciones entre Extremadura y el Alentejo portugués.
La Sala de Exposición está diseñada como una casa rural típica extremeña donde se ubican piezas tradicionales y modernas. Una casa con zaguán, cocina-comedor, bodega y corral.
La fachada del edificio del Museo es una muestra más de la vocación transfronteriza con la que ha sido diseñado. Un gran mural cerámico realizado por Lorenzo Pérez Vinagre en su taller de Mérida, adorna toda la pared. El mural explica mediante las huellas de las manos de alfareros, bruñidoras, arrieros y acarreadores, perfectamente identificadas, el presente y el pasado del oficio, mientras que las de los niños tratan de simbolizar el necesario relevo generacional y, por último, las improntas de los útiles empleados en los talleres quieren preservar las señas de identidad que el trabajo artesano significa para el pueblo que, representado de forma esquemática, preside todo el mural.
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El lado oeste del mural no está cerrado, está abierto a Portugal, como pidiendo a los artesanos del barro de los centros productores de el Alentejo, que desde allí se planteen la necesaria tarea común de mantener una profesión que ha sido y es eje vertebrador de nuestras respectivas economías, al tiempo que señas de identidad cultural.
En 2010 el Museo estuvo cerrado tres meses por filtraciones de agua en su cubierta. Además, en noviembre de 2023, este diario publicó que la Junta de Extremadura canceló 117.500 euros en subvenciones directas a 17 ayuntamientos de la región. Entre ellos, al de Salvatierra, con 5.000 euros retirados para el Museo de Alfarería.
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