Cabeza la Vaca destapa el horror de su verano del 36

Después de 85 años, el pueblo de Cabeza la Vaca todavía recuerda los fusilamientos de la Guerra Civil. Por entonces, la represión en la provincia tras el golpe de estado fue importante, y el municipio pacense no fue una excepción: vio cómo sus vecinos eran 'paseados' por los pelotones de fusilamiento.

85 años después, la Armhex (Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Extremadura) ha llevado a cabo la exhumación de restos humanos encontrados en la fosa común del cementerio de la localidad pertenecientes a tres cuerpos. Los enterramientos localizados se encuentran en el interior de una gran zanja de unos 25 metros de longitud por 3 metros de anchura,

El pasado 5 de agosto comenzaron los sondeos de localización de enterramientos clandestinos, y el 3 de septiembre finalizó la exhumación. Los trabajos eran continuación del proyecto desarrollado en 2011, cuando se encontró una fosa común en el cementerio y aparecieron los restos de cuatro personas. «Esto ha sido posible por la implicación del Ayuntamiento de Cabeza la Vaca, puesto que es el titular de los terrenos. Han obtenido una subvención para llevar adelante el proyecto y nos ha dado los permisos», afirma José Manuel Corbacho, presidente de la Armhex.

Explica que en esta nueva etapa han contado con un amplio equipo arqueológico y científico, desarrollando de esta manera un método para la identificación de los cuerpos.

La directora del equipo arqueológico es Silvia Herrero, quien indica que ahora tienen que hacer estudios antropológicos para saber más detalles de la muerte. «Las excavaciones comenzaron el 21 de agosto y confirmamos la localización de tres nuevos cuerpos en una misma fosa común. Además, se han encontrado en el mismo lugar otros enterramientos que no se han podido sacar», cuenta la arqueóloga. «Sin embargo, el equipo considera que las labores de estudio van a ser complicadas porque los restos óseos no están en buen estado», añade.

A Corbacho le fascina que Cabeza la Vaca sea capaz de afrontar su pasado. «Es asombroso que en un país europeo, en pleno siglo XXI, nos encontremos con tantos desaparecidos no identificados en cunetas».

Además, los restos podrían ser de vecinos de otras localidades próximas. «A veces los detenidos era trasladados a otros pueblos y los fusilaban allí, por lo que no podemos saber con certidumbre que estos sean del municipio», aclara el presidente de la Armhex.

«Sin embargo, antes de realizar el proyecto hay un trabajo de investigación de archivos. Es evidente que en las fechas que nos encontramos es difícil poder localizar todas las fosas y restos, conocemos solo la punta del iceberg. Hay muchos detalles que no llegaremos a conocer nunca».

«Los franquistas hicieron desaparecer las huellas de sus crímenes, no hay datos en los registros civiles, ni en los cementerios municipales de los ayuntamientos. Esto hace la labor más difícil debido al tiempo transcurrido y la insuficiencia de documentos», añade.

Comenta que un factor importante, que parece que no se tiene en cuenta, es que los familiares directos también han ido desapareciendo. Las generaciones de los hijos de las víctimas ya tienen una edad avanzada, y los nietos otro tanto. Sostiene que siempre habrá un número de desaparecidos del conflicto al carecer de familiares directos que soliciten su búsqueda.

«Hay que cumplir la ley desde un criterio científico para esclarecer lo máximo posible las causas de las muertes y la identidad de los sujetos. Las exhumaciones unas veces se pueden hacer, pero otras la calidad de los restos no es óptima, por lo que es difícil contrastar el ADN con los supervivientes», afirma Corbacho.

«Por eso es importante que la Ley de memoria democrática de Extremadura se vincule con bancos de ADN, para conservar la genética de los familiares y recuperar la identidad de todos los restos que sean posibles».

Cabeza la Vaca fue ocupada por el bando sublevado el 26 de agosto de 1936. Las fuerzas del capitán rebelde de la Guardia Civil Ernesto Navarrete Alcal, que en el sur de la provincia llevó a cabo duras acciones frente a los que se mantuvieron fieles a la República, consiguió ocupar sin resistencia la localidad.

Según la Armhex, «estas víctimas son propias de los primeros meses de la guerra, entre agosto y octubre de 1936. En ese periodo tan corto se llevó a cabo una represión en caliente, típica táctica que ejercieron los golpistas en aquel verano cuando tomaban nuevas zonas. Seguían un esquema, se repetía en cada conquista, por lo que este periodo es vital puesto que es el que ha dejado las principales desapariciones», explica el presidente de la Armhex.

Manuel Vázquez, alcalde de Cabeza la Vaca, cuenta que desde el golpe de estado, su pueblo (gobernado por el PSOE) comenzó a preparar la defensa, donde las más activas eran las mujeres. Así que cuando ocuparon el pueblo, para infundir miedo en los vecinos, mataron a tres de ellas. «Las fusilaron donde quisieron, no las llevaron ni a un paredón ni al cementerio».

Relata que durante los primeros días de septiembre hicieron listas para encarcelar y fusilar a los que se opusieron al levantamiento.

«El 11 de septiembre por la madrugada, cuatro personas fueron llevadas al cementerio de Calera de León (municipio cercano) –declara Vázquez–. Tras aquello mataron a seis más. Continuaron matando hasta el 6 de junio de 1939».

«En total confirmamos 36 personas fusiladas gracias a la documentación conservada, pero por testimonios directos de familiares el número ascendería a 43».

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