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Cuento de Navidad: Apagón en Extremadura

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Marce Solís

Jueves, 26 de diciembre 2024, 22:46

Como siempre por estas fechas os regalo un cuento de navidad, distópico claro)

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La noche antes de Nochebuena, la oscuridad se apoderó de un pequeño ... pueblo de la Sierra de Gata, dejando sin luz y sin energía casas y calles. El frío invernal fue haciendo acto de presencia convirtiéndose un pueblo fantasma, aunque con vida. La sensación de soledad y abandono se fue apoderando en unas fechas tan señaladas. Las estrellas, que antes eran meras adjuntas de la luna, ahora eran los únicos focos en el cielo.

La energía eléctrica, ese imprescindible servidor de la humanidad, se había extinguido, dejando a los vecinos sumidos en una noche tan oscura como la de san Juan de la Cruz. Pasaron las horas de cortesía eléctrica y el pánico y el enfado comenzaron a aparecer. No era la típica avería de otras veces.

Los únicos salvavidas eran los teléfonos móviles (aunque si se agotaban sus baterías ya no se podrían recargar) y gracias a ellos supieron que su pueblo no era el único, pero si el primero. Como fichas de dominó habían ido apagándose todos los pueblos y ciudades de Extremadura comenzando aquí. Un accidente en la central nuclear de Almaraz había sido el causante del apagón en toda la región. A las 20:00 horas del día antes de Nochebuena, un cortocircuito digital, desencadenado por un algoritmo equivocado, provocó una sobrecarga en el núcleo central, produciendo una reacción en cadena que destruyó por completo la red eléctrica extremeña. Un relámpago digital, fruto de un error en el código, atravesó el corazón de la central de Almaraz, cortocircuitando sus venas eléctricas y sumiendo a Extremadura en un apagón colosal.

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En el pueblo que se preguntaba por qué ellos habían sido el epicentro de semejante cataclismo y un viejo del lugar, antiguo geólogo, recordó las anomalías hidrológicas que se producían en la fuente del Parque Robe Iniesta con cada tormenta. El agua experimentaba fluctuaciones inexplicables, desafiando las leyes de la hidráulica y emitiendo extrañas luces. Los más ancianos, veían una conexión ancestral con las entrañas de la Tierra.

Se acercaron a la fuente y asombrados comprobaron como las baterías de los móviles se recargaban en segundos y las linternas se iluminaban con un resplandor inusual. Trajeron pequeños electrodomésticos y funcionaban. La fuente parecía un emisor de partículas subatómicas altamente energéticas, capaces de inducir corriente eléctrica en cualquier conductor. Vinieron investigadores del CSIC a realizar pruebas y mediciones descartando cualquier cuestión paranormal o mística y concluyendo que la fuente se encontraba sobre una veta de un mineral poco común con propiedades piezoeléctricas excepcionales. La combinación de este mineral con las características geológicas de la zona creaba las condiciones perfectas para la generación de energía geotérmica. Debajo de la fuente existían grandes reservas de agua caliente y su vapor era capaz de mover turbinas y generar electricidad. ¡Era una central eléctrica natural! Un regalo de la naturaleza, fuente de energía limpia, sostenible e inagotable capaz de alimentar a toda Extremadura. Una nueva era había nacido en Navidad.

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