El protagonismo otorgado a Nadia Calviño en la confección del programa del PSOE a pesar de que no está afiliada al partido ni se presentará ... a las elecciones generales demuestra el interés de Pedro Sánchez en convertir la economía en uno de los ejes de la campaña ante la convicción de que podrá sacar rédito a una coyuntura favorable y a sus logros en la gestión de los defectos de la pandemia y la guerra de Putin. Con una actividad que crece a buen ritmo, aunque muestra signos de enfriamiento, en una eurozona en recesión técnica y el empleo en máximos históricos, la inflación –la principal inquietud de los hogares– se ha contenido hasta situarse en mayo en el 3,2%, aunque en el caso de los alimentos aún está en un asfixiante 12%. Los avances en ese ámbito que muestran los indicadores no acaban de corresponderse con una impresión análoga por parte de las familias, salvo en el caso de la energía y los carburantes. Es cierto que los precios crecen menos, pero lo hacen respecto a un punto de partida muy alto –el de hace un año, cuando estaban desbocados–, lo que reduce ese alivio a la mínima expresión. La verdad estadística por la que se felicita el Gobierno no coincide con el sentir ciudadano.
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