La mina de Cáceres no está más cerca

Lo primero que tendrá que hacer ahora la Junta de Extremadura, por medio de la Dirección de Industria, Energía y Minas, es aceptar que eso es así, que los datos ya recabados por la empresa bastan para establecer la viabilidad del proyecto. Solo entonces Infinity Lithium procederá, por medio de alguna de su múltiples filiales, a presentan la documentación que todo el mundo está esperando conocer: los proyectos definitivos de explotación tanto de la mina como de la planta de procesado, el proyecto para restaurar el terreno una vez acabada la actividad y, sobre todo, el estudio de impacto ambiental. Una vez que esa información detallada se haga púbica y se abra el plazo de alegaciones será cuando podremos saber si es cierto lo que ha venido prometiendo la empresa en todos los foros desde que dio a conocer el proyecto reformado en octubre de 2021, empezando por que la explotación de la mina sea, en efecto, totalmente subterránea, y siguiendo por el uso del agua, la creación de vertederos en el paraje de Valdeflores o la contaminación que genere el proceso de transformación del mineral en hidróxido de litio, por mencionar tan solo algunos de los aspectos más polémicos del proyecto y que más inquietan al movimiento antimina.

El procedimiento será largo, y por eso digo también que la solicitud presentada esta semana no implica ni mucho menos que la puesta en marcha del complejo minero esté a la vuelta de la esquina. Para hacernos una idea de los plazos que pueden manejarse a partir de ahora podemos echar un vistazo al otro proyecto de litio de la provincia de Cáceres, el de Lithium Iberia en el yacimiento de las Navas, en Cañaveral. Esa empresa registró su solicitud de pase a concesión en enero de 2021, es decir, hace ya más de tres años, y actualmente se encuentra aún respondiendo a las alegaciones presentadas por diversos colectivos y particulares. Espera obtener a lo largo de 2024 una declaración ambiental favorable y con ella la licencia de explotación, pero quién sabe.

Infinity Lithium acaba de iniciar ahora todo ese proceso, aunque confía en lograr por parte de la Junta la declaración como proyecto de interés autonómico (PREMIA), lo cual acortaría los plazos. En cualquier caso, no parece aventurado decir que aún nos faltan años para saber si la mina de Valdeflores tiene posibilidades reales de salir adelante. Hay mucho en juego y, aunque en teoría se trata de una cuestión de carácter técnico sujeta tan solo a las normativas medioambientales y urbanísticas, no podemos obviar las presiones que se ejercen desde Bruselas para que Europa empiece a producir cuanto antes sus propios compuestos de litio con los que abastecer de manera autosuficiente a la industria local de la movilidad eléctrica.