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Los límites del arte

Análisis ·

A lo mejor no somos tan modernos como pensábamos tras la apertura del Helga de Alvear y solo nos gusta el arte contemporáneo cuando ni transgrede ni molesta

Claudio Mateos

Cáceres

Domingo, 30 de abril 2023, 07:51

El debate sobre los límites del arte, que es tan viejo como el arte mismo, se complica en estos tiempos en los que parece que ... es arte todo lo que se autoproclama como tal. ¿Son arte unos carteles que se preguntan sobre la insalubridad de las aguas de la Ribera del Marco e incluyen el resultado de los análisis de laboratorio? Forman parte de un certamen artístico como es Cáceres Abierto, así que habrá que pensar que sí. La misma pregunta y respuesta cabe ante la instalación de banderas rojigualdas modificadas en los mástiles del ayuntamiento, o sobre recorrer las calles de la ciudad con un carro que reproduce canciones y reparte folletos que alertan de la contaminación, dos propuestas que también forman parte de la bienal que el viernes se inauguró en Cáceres, y que ha comenzado con polémica y acusaciones de censura al gobierno municipal por parte de su comisario.

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El Ayuntamiento ha dado sus motivos. Dice que los carteles en el Marco podrían haber creado alarma social porque no se avisaba en ningún sitio de que eran un montaje artístico, que los mástiles de la casa consistorial tienen que estar libres para el Día de Europa y que la ley electoral (!) impide estos días repartir folletos por la calle. No han llegado a poner en duda públicamente el valor artístico de estas instalaciones y 'performances', como sí han hecho muchos cacereños menos atados por la corrección política, porque eso no sería progresista, pero seguro que se han quedado con las ganas.

Ser consecuente

Cuando decides acoger en tu ciudad un certamen artístico como Cáceres Abierto tienes que ser consecuente y estar dispuesto asumir lo que lleva consigo de transgresión. Si a una pieza de arte contemporáneo le pones un cartel avisando de que es una pieza de arte contemporáneo, le quitas la esencia y además dejas claro que no confías en el criterio de la gente. Por otra parte, quien tiene que interpretar y aplicar la ley electoral no son los ayuntamientos, faltaría más, sino las juntas electorales presididas por un juez, que son las competentes para decidir si alguien está cometiendo alguna vulneración, cosa por cierto más que dudosa en este caso del carrito cantarín y reivindicativo. ¿Qué esperaban que ocurriera cuando varios de los invitados a Cáceres Abierto se definen a sí mismos como artistas-activistas?

A lo mejor lo que pasa en realidad es que no somos tan modernos como nos creíamos con la apertura del Helga de Alvear, del que tanto presumimos, y resulta que solo nos gusta el arte contemporáneo cuando se está quietecito dentro de un museo y no molesta, es decir, cuando renuncia a la transgresión a la que apelan algunas de las instalaciones de Cáceres Abierto y se convierte en un simple entretenimiento para estetas y clases acomodadas. Cuando es bonito.

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Nadie dice aquí que las obras que han generado esta polémica no puedan ser criticadas, o hasta despreciadas si se quiere. Eso forma parte del juego. Lo que nunca se debería hacer es cancelarlas.

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