Mañana, 12 de octubre, es fecha sobresaliente. Se celebran la Virgen del Pilar, Fiesta Nacional de España, Hispanidad y patrona de la Guardia Civil. A ... esta se dedica la columna de hoy. Para acabar con el bandidaje que asolaba campos y caminos y garantizar la seguridad pública, tras la Guerra de la Independencia se consideró varias veces crear un cuerpo armado con tal misión. Tras sucesivos intentos frustrados por los liberales, finalmente, en 1844, el militar navarro Pedro Girón y Ezpeleta, duque de Ahumada y marqués de las Amarillas, sobre el proyecto sugerido por su padre en 1820, fundó y organizó la Guardia Civil. Era el año en que accedió al trono la reina Isabel II.
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El nuevo instituto armado formó por primera vez el 10 de septiembre de 1844 en la apertura de las Cortes para decretar la mayoría de edad de la reina, mostrando ya en ese acto su disciplina y sentido del deber al prohibir el paso, por acceso no permitido, al propio presidente del Consejo.
El nuevo cuerpo constaría de 14.333 hombres, uno por cada legua cuadrada de España, repartidos en 14 comandancias, con sueldo de tres reales diarios las fuerzas de infantería, y cuatro las de caballería. Aunque se inició con menos de la mitad. Su organización y espíritu son un prodigio de acierto y eficacia. La unidad operativa básica es la pareja; la estructural, el puesto; la logística, la línea; y su sede, la casa cuartel con un farol en la puerta, la bandera nacional, y el lema: 'Todo por la Patria', que algunos robaperas pretenden suprimir ahora. Su himno resume su ideario: «Viva España, viva el Rey, viva el orden y La ley». Pese a que ciertos sectores progresistas aún la ven con recelo por su carácter nacional e insobornable, es la institución más valorada por los españoles. Y en el plano internacional, una de las mejores del mundo en su clase.
Sus pilares son el honor, el sentido del deber, la disciplina, y los principios que impone el modelo de ética y comportamiento que es su Cartilla. «El honor es la primera divisa de la Guardia Civil, y debe conservarlo sin mancha, pues una vez perdido no se recupera jamás. El guardia civil no debe ser temido sino de los malhechores y enemigos del orden. Si se le ofrece una dádiva de agradecimiento, no debe admitirla, pues el guardia civil no hace más que cumplir con su deber». Un código admirable que imprime carácter.
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Ya en el siglo XIX era denominada Benemérita, título que en 1929 le refrendó la Gran Cruz de la Orden Civil de Beneficencia que le otorgó Alfonso XIII.
Los primeros efectivos de la Guardia Civil destinados a Extremadura, 9º Tercio, luego sustituido por el 11º, llegaron a Badajoz a finales de 1844, siendo alojados en el antiguo convento de Santa Lucía, desde el que al poco pasaron al de Santo Domingo, donde continúan.
A partir de la mítica pareja caminera de capote, tricornio y mosquetón, la Guardia Civil ha sabido modernizarse con las mejores técnicas y material de cada momento, sin perder su espíritu. Tráfico, Seprona, grupos de rescate, lucha contra la droga o la UCO son buenos ejemplos.
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El casi segundo centenario de su fundación es buena ocasión para gritar, en su homenaje: ¡Viva honrada la Guardia Civil!
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