El PP busca explotar el voto femenino con Guardiola tras el machismo aflorado en el PSOE
Los socialistas no consiguen cerrar la vía de agua abierta por las denuncias por acoso contra Salazar y el exlíder del partido en Torremolinos
El PP pretende que el «cambio de ciclo» hacia La Moncloa comience en Extremadura en las autonómicas del 21 de diciembre con una mayoría lo ... suficientemente amplia como para poder conjugar un Gobierno sin ataduras con Vox y una debacle del Partido Socialista. Y que ese aldabonazo con eco en el conjunto de la política española lo protagonice la candidata a retener la Presidencia, María Guardiola. La única mujer que ha comandado en democracia la comunidad extremeña y la mandataria que más se resistió a compartir el poder con la extrema derecha, que la detesta.
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Con lo que no contaban los populares, más allá de su voluntad declarada, ya en los prolegómenos de las generales del 23 de julio de 2023, de pelear al PSOE de Pedro Sánchez el voto femenino tradicionalmente decantado por los socialistas, es que la condición de mujer de Guardiola se reforzara como baza ante las urnas por el estallido en puertas de la campaña de las denuncias larvadas desde julio por acoso sexual contra Paco Salazar, el ex alto cargo de La Moncloa y hombre de confianza del presidente; y por la apertura de diligencias por parte de la Fiscalía, a instancias de una militante hostigada, a Antonio Navarro, el secretario general en la localidad malagueña de Torremolinos al que Ferraz ha suspendido de militancia y abierto expediente. Dos escándalos que para el feminismo del PSOE suponen echar sal en la herida abierta por las denigrantes conversaciones entre José Luis Ábalos y Koldo García en las que repartían prostitutas. Un, entonces, ministro y secretario de Organización del partido que se declara abolicionista del pago por sexo.
La dirección del PP se cuida de desmontar su línea argumental de que no mira el carné de género al elegir a sus cargos y constata lo obvio, que Guardiola ya era la aspirante a la reelección cuando al PSOE terminó de implosionarle la semana pasada el 'caso Salazar', después de que en julio eldiario.es revelara los testimonios de dos mujeres que relataban cómo quien era su superior jerárquico se había extralimitado en sus conductas hacia ellas. «No medimos a nuestros candidatos por su género. Lo que nos favorece es que María Guardiola ha gestionado bien y el PSOE está en ruinas», argumentan en el equipo de Alberto Núñez Feijóo. Estas fuentes inciden en que tanto Salazar como el cabeza de sus rivales en la contienda extremeña, Miguel Ángel Gallardo –enjuiciado junto al hermano del presidente por el presunto enchufe de éste– «son malos políticos de un mal partido» bajo mando de Sánchez, al que la portavoz en el Congreso de los populares, Ester Muñoz, exigió ayer que asuma su «responsabilidad» por «tapar» el señalamiento contra Salazar.
Pero en los márgenes del discurso oficial de que lo que pesa en la selección de candidatos es la valía y no el género, los populares no tienen intención de soltar una pieza política que deja en cuestión la autenticidad de algo tan sensible para el socialismo como su compromiso con la lucha feminista y las políticas de igualdad; y se congratulan de que justo en este momento, cuando el Gobierno y el PSOE afrontan un ciclo electoral ya debilitados por el golpe de las causas por corrupción, a ellos les haya cogido con una mujer optando a reeditar la Presidencia de Extremadura. Así lo atestigua una voz próxima a Feijóo. Y así lo admitieron barones del partido en las conversaciones informales en los salones del Congreso con motivo del Día de la Constitución, donde el jefe de la oposición subrayó que el problema en este trance para el PSOE «no es de relato, sino de hechos». Hay coincidencia es que esto «le está haciendo mucho daño» a los socialistas; un impacto «terrible», convienen, al otro lado del espectro ideológico, en los ministerios de Sumar.
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«Hay que exprimirlo»
«Ahí está el voto femenino que el PP tiene que intentar atrapar para crecer también a su izquierda», comparte un presidente autonómico del PP consultado por este periódico. «Han callado todos y todas en la cúpula del PSOE para que se sigan ocultando los secretos de Sánchez. Puede ayudar a María en Extremadura, hay que exprimirlo», apunta otro. «Esto puede beneficiarla, sin duda, hay que atizar a los socialistas en campaña», corrobora un tercero. Este domingo, Ester Muñoz añadió un ingrediente más a la coctelera electoral al apuntar contra la vicepresidenta primera del Gobierno y número dos del PSOE, María Jesús Montero, y contra la ministra portavoz, Pilar Alegría, sorprendida comiendo con Salazar cuando ya habían detonado las denuncias contra él. Dos mujeres candidatas ambas, por añadidura, en Andalucía y en Aragón. Aunque tuvo que tragar en 2023 con el pacto con Vox, Guardiola se reservó para sí la cartera de Igualdad. Y en el inicio de la campaña ha atribuido un «tufo machista» a Abascal.
Sánchez admitió el sábado errores en la tramitación de las denuncias y negó encubrimiento. Pero los socialistas no consiguen desaguar la vía que se les ha abierto por las prácticas de Ábalos y las denuncias contra Salazar y Navarro. Alrededor de 300 mujeres han rubricado el manifiesto de la Secretaría de Igualdad del PSOE en Málaga. Y la diputada Andrea Fernández y las senadoras Carmela Silva y Araceli Martínez firman un artículo en El País en el que exigen «transformaciones profundas que garanticen» la paridad real y sostienen qe debieron ser «los órganos competentes» del partido «los que pidieran perdón a las víctimas», en vez de cargar el peso sobre las secretarias de Igualdad. Sobre las mujeres.
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