El 'factor Podemos' y su veto dinamita la cesión del Gobierno a Junts para las competencias migratorias

En un hemiciclo polarizado, los votos de sus cuatro diputados se han convertido en claves para sacar adelante cualquier iniciativa. Bajo esa premisa, Podemos mantiene su intención de tumbar, junto a PP y Vox, esta medida migratoria que los socialistas habían pactado con Junts y que estos, a su vez, han convertido en cuestión central para su estrategia en Cataluña frente al ascenso en las encuestas del partido de extrema derecha Aliança Catalana, al que perciben como un serio competidor. Más allá de cálculos puramente estratégicos, la formación que lidera Ione Belarra mantiene que la iniciativa tiene «intenciones abiertamente racistas», explican fuentes del partido.

El curso político no ha hecho más que reiniciarse pero vivirá un 'match ball' la semana que viene. La Junta de Portavoces ha fijado en el calendario del pleno del próximo martes el debate y la votación de esta delegación de competencias que, salvo giro de guion, se convertirá en otra derrota para el Ejecutivo y se sumará a la lista de agravios que acumula Puigdemont junto a la oficialidad del catalán en la Unión Europea o la resolución de su propia amnistía –paralizada por el Tribunal Supremo y pendiente de la decisión del Constitucional –, entre otras cuestiones. Si nada cambia, lamentan en Junts, este otoño «pasarán cosas».

La delegación de competencias en esta materia incluye la gestión por parte de la Generalitat de los Centros de Internamiento de Extranjeros y la expulsión de inmigrantes. Esta circunstancia aleja a los morados de la aprobación de la iniciativa. Tampoco aceptan contrapartidas como, por ejemplo, un eventual apoyo de Junts a la Iniciativa Legislativa Popular que continúa varada en el Congreso y tiene como objetivo regularizar de forma extraordinaria a miles de inmigrantes. Consideran, además, que la «intención» de ese pacto con el PSOE es «desplegar una agenda racista y no abordar el autogobierno en Cataluña». «Lo demuestran las propias palabras de Puigdemont cuando dijo, refiriéndose a este texto, que sin integración no hay nación», apuntalan estas fuentes.

En contra de las criticas que les han llegado desde el soberanismo catalán, los morados defienden su postura «a favor de la plurinacionalidad y el autogobierno, también cuando más difícil era y cuando PSOE y PP apoyaban el 155». «Podemos seguirá apoyando las legítimas demandas de autogobierno del pueblo catalán», zanjan.

Mientras algunos ministros como el de Cultura,Ernest Urtasun(Sumar), o el de Política Territorial, Ángel Víctor Torres (PSOE), celebraban este jueves que el canal de diálogo entre el Gobierno y Puigdemont siga abierto y lo consideraban «positivo»para la negociación de los Presupuestos, en el PP creen, sin embargo, que Pedro Sánchez «está mendigando una vida extra» cuando está en situación de «game over».

A las críticas por este acercamiento se sumó este jueves el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, que calificó de «barbaridad» la propuesta de Junts, aceptada por el PSOE, para que las grandes empresas deban atender en catalán a los clientes que lo soliciten.