Equinoccio

Los primeros cristianos de Mérida ya rezaban al este

El día y la noche duran lo mismo en el equinoccio. A partir de ahora, las noches irán ganando horas al día.

Los cálculos para colocarse cerca del horizonte en el amanecer de hoy ya lo echaron los primeros cristianos que hubo de Mérida cuando levantaron el templo. Su fe dejó de ser perseguida en el 392. Pasaron de reunirse en casas privadas como la de la Puerta de la Villa a levantar templos públicos de culto.

Los profesores Antonio César González-García y Juan Antonio Belmonte, del Instituto de Astrofísica de Canarias, investigaron la orientación de las construcciones paleocristianas como rasgo distintivo de su arquitectura.

Midieron su ubicación y su orientación con respecto a los ciclos solares. Según cuentan en su recopilación, se repiten patrones de los fundadores de orientar los ábsides en el rango solar cerca del equinoccio astronómico.

Comprobaron casi doscientos templos de la Península Ibérica construidos durante primera época de expansión. Compararon ubicación y rango de inclinación con el horizonte. En el listado estaba también la Basílica de Santa Eulalia de Mérida.

Hay textos de los primeros fundadores del cristianismo, como el de Anastasio de Alejandría por ejemplo, en el que impone que los creyentes deben situarse mirando hacia el este, donde está Cristo. Simbología clara para ponerse en el sol naciente que brilla al final de los tiempos. Si el sol sale por el este, la salvación, creían las primeras comunidades cristianas, vendría por allí. Por eso elegían el amanecer del equinoccio como referencia principal.

Muchos siglos después, los cálculos de orientación que hicieron los profesores González-García y Juan Antonio Belmonte les vale para ubicar los primeros rayos del sol naciente del otoño junto a la Basílica. Concretamente vieron que se encuentra hacia el este con un valor de declinación de 0,8º, lo que le permite trazar desde allí una línea recta a la posición de la que sale el sol cada equinoccio de otoño.

Según la recopilación de los dos profesores, otras fuentes posteriores a los apologetas apuntan a otras posibilidades para obtener la orientación de sus arquitecturas. Como la salida del sol en el día del santo patrón o incluso para recordar la posición solar el día en que comenzó la construcción. En el caso de Mérida, contando con el conocimiento astronómico del siglo II o III y el calendario de la época, parece que se hizo claramente para que se rezara siguiendo la recomendaciones de los apologetas.

Concluyen también los investigadores del Instituto de Astrofísica de Canarias que el alineamiento de las iglesias en la Península Ibérica siguió ciertas reglas específicas incluso después. Se repite en la alta Edad Media algunos patrones astronómicos.

Muchas se hicieron orientado con el ábside hacia el amanecer en el equinoccio de primavera. Ubicando ese día en el 25 marzo actual. Coincide con el calendario cristiano con la Anunciación. Nueve meses antes de Navidad.

Otro patrón común es la orientación hacia el amanecer del 25 de julio, día de Santiago, de los que se construyeron en los tramos del Camino de Santiago un siglo después de que se encontrara el sepulcro del santo. Coincidió con la época en la que se promocionaba Santiago como lugar de peregrinación.