El inicio de una nueva existencia para el convento de las Freylas de Mérida
El 1 de septiembre comienzan las obras para rehabilitar el edificio, de tres plantas, y convertirlo en sede del Instituto de Arqueología de Mérida
El 17 de julio se firmó el acta de replanteo, el documento con el que se puede iniciar una obra. El próximo 1 de septiembre ... entran las máquinas y comienzan los trabajos. Y el día 17, la jornada en la que el Instituto de Arqueología de Mérida (IAM) celebra su día, viene Diana Morant, la ministra de Ciencia (departamento al que está adscrito el Instituto) a la simbólica colocación de la primera piedra en Las Freylas.
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El simbolismo de un 17 de septiembre en Mérida es mucho. El 17 de septiembre de 1910, José Ramón Mélida y Maximiliano Macías comenzaron las primeras excavaciones arqueológicas en el Teatro Romano. El inicio de un proceso que culminaría con la puesta en valor de un monumento Patrimonio de la Humanidad.
El antiguo convento santiaguista de Las Freylas, declarado un Bien de Interés Cultural, inicia a partir de ahora una nueva vida. Será rehabilitado para albergar la sede del Instituto de Arqueología, una entidad en la que se encuentran el Gobierno (a través del Centro Superior de Investigaciones Científicas) y la Junta.
Ubicado junto a la basílica de Santa Eulalia, fue comprado por el Ayuntamiento en 2007 a la familia Molina, herederos del conocido almacén de madera. En estado ruinoso ahora en casi todas sus dependencias, Las Freylas, se levantó en 1525 como convento de monjas. En la época de expansión de las órdenes religiosas. Tras la desamortización de Mendizábal fue posada y almacén de madera. Cuando lo adquirió el Ayuntamiento, por 1,8 millones, se pensó destinarlo para una hospedería.
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El caso es que dentro de dos años, si los plazos de ejecución se cumplen, será definitivamente la flamante sede del Instituto de Arqueología de Mérida. «Va a ser un trabajo muy interesante. Como el lugar y el edificio», sentencia a HOY Pedro Mateos, director del IAM.
La obra para rehabilitar el antiguo convento de monjas salió a concurso por casi 6,2 millones. Se ha adjudicado por casi 5,9. La empresa encargada del trabajo es Gyocivil, con sede en Madrid. Su plazo es de ejecución de 28 meses.
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Estructura
Para la adaptación de este monumento a la sede del Instituto de Arqueología será necesario acometer intervenciones de rehabilitación y restauración en la edificación existente así como intervenciones de obra nueva aprovechando la parte suroeste de la parcela en la que no existe nada edificado prácticamente.
El edificio sobre el que se va a actuar ha sufrido numerosas transformaciones tanto materiales como funcionales. El monumento posee en su estructura elementos de origen romano como atestiguan los sillares del nivel inferior.
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Las actuaciones en él a lo largo de casi cinco siglos han provocado profundos cambios en la fisionomía de la edificación que se han ido ajustando a las necesidades de cada etapa.
Sin embargo, se han conservado elementos de gran interés, se explica. Entre otros los esgrafiados, las bóvedas de la planta baja y la propia fábrica de sillería y de tapial y ladrillo de las fachadas.
Según se recoge en el proyecto básico de obra, se procurará recuperar aquellos elementos más significativos con procesos de restauración «cuidadosos». Así se recuperarán los esgrafiados, se realizarán trabajos de consolidación, de fijación de policromía. También de rellenado de grietas y fisuras mediante rejuntado y retacado con morteros de similares características a los existentes y de recuperación y reposición de piezas de granito y de restitución de fábrica de ladrillo y tapial.
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Además, se recuperarán tejas cerámicas de la cubierta y se limpiarán para su reutilización donde sea posible.
Son tres plantas las que va a tener la nueva sede del Instituto de Arqueología. Destaca Mateos un elemento especialmente singular y cuya recuperación «encaja perfectamente con la organización de la planta baja» del edificio. Es la llamada Puerta de los Perdones que quedó parcialmente tapada.
Su recuperación responde a la idea de continuidad de lo que fue el antiguo claustro, potenciando su patio y «trasponiendo los elementos más significativos del convento a la nueva edificación».
La zona oeste del nuevo edificio recoge en su planta baja y alta las estancias mayores destinadas a los servicios científico-técnicos y equipamiento científico común, así como el salón de actos y la sala de reuniones del IAM.
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Se ubican estas estancias, las de mayor tamaño en la zona de nueva planta, al no poder ubicarlas en la zona a rehabilitar «puesto que ahí no existen estancias con los tamaños deseados y lograrlas supondría una intervención estructural inasumible para el monumento».
En Las Freylas, el Instituto de Arqueología va a habilitar dos bibliotecas. Una de ellas la del conocido como el Legado Hoffmeyer, en referencia a un matrimonio danés fundador del antiguo Instituto de Estudios sobre Armas Antiguas.
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