El quinto 43831, vendido en Badajoz, Trujillanos, Valdelacalzada, Mata de Alcántara y Plasencia

El séptimo quinto premio del Sorteo Extraordinario de Navidad, 43831, se ha vendido en las localidades pacenses de Trujillanos (calle San Isidro, 4), Valdelacalzada (calle Constitución) y en tres administraciones de Badajoz, las ubicadas en la avenida de Santa Marina, Corte de Peleas y Ricardo Carapeto, y en los municipios cacereños de en Plasencia (centro comercial Carrefour) y Mata de Alcántara (Plaza de España).

La administración de Trujillanos ha despachado cuatro boletos premiados, un total de 24.000 euros; y en Santa Marina de Badajoz se han sellado dos, 12.000 euros. Un décimo han venido los puntos de venta de Corte de Pelas y Ricardo Carapeto, además del ubicado en Valdelacalzada y del de Plasencia.

Si no llega a ser por los décimos del Gordo importados desde Punta Umbría, el sorteo de Navidad solo hubiese dejado una huella muy leve en la ciudad. En Badajoz no se vendió ni un solo décimo tradicional que resultase premiado, solo cinco por máquina de dos quintos que salpicaron 30.000 euros entre los afortunados.

El primero en dar una alegría a los pacenses fue el 86986. Fue un quinto madrugador, el primer premio del día. Salió a las 9.20 horas, cuando el sorteo acababa de arrancar porque lo hizo con cierto retraso. Se vendió un décimo por máquina en la capital pacense (6.000 euros), en un punto de venta nuevo, el estanco 24 horas abierto hace un año en Pardaleras. Sus propietarios, Emilio Álvarez y Cristina Barros, estaban felices. «Ojalá le haya tocado a alguien que lo necesite», indicó Álvarez.

Este estanco se trasladó desde el Paseo de San Francisco y sus propietarios estaban encantado de estrenar la nueva sede con un premio de la Lotería de la Navidad. Esperan que este pellizco sirva para animar las ventas en los sorteos de los próximos meses. «Ojalá porque la situación es difícil, como para todos, ha sido un año complicado».

Tuvieron que pasar tres horas hasta que Loterías y Apuestas del Estado volvió a marcar un premio para Badajoz capital. De nuevo, fue un quinto. El 43831 se dejó sentir algo más. Se vendieron cuatro décimos en la ciudad (24.000 euros), de nuevo por máquina. Dos de ellos fueron vendidos por el estanco de la avenida de Santa Marina, en el cruce con la avenida de Huelva, otro se dispensó en la administración de la calle Corte de Peleas y el último en el punto de venta Flores de la avenida Ricardo Carapeto.

Carmen Vargas Romero, empleada del estanco de Santa Marina, estaba trabajando cuando se enteró. Supo que su administración había dado un premio por sorpresa. Estaba siguiendo en sorteo, pero en el momento en el que salió el 43831 tenía varios clientes esperando y no se dio cuenta. «Me llamó por teléfono un periodista y fue como me enteré», relató ayer emocionada.

La incógnita es quién compró los décimos premiados. Al ser por máquina, para los vendedores es más difícil saberlo porque los compradores suelen escoger el número al azar, no se trata de cifras que otros vecinos juegan iguales cada año.

A este respecto, Carmen Vargas indicó que hay vecinos que no quieren jugar con estos boletos, que son como recibos, y les animó a cambiar de opinión. «Hay gente que tiene prejuicios con los décimos de máquina, pero nosotros no dejamos de dar premios con ellos».

Este estanco de Santa Marina ya dio un premio hace dos años. Vendió dos décimos del Gordo de 2018 y con anterioridad también repartió un pellizco del segundo. Sus responsables esperan que aumenten las ventas este año. «Sí se nota. Hay mucha gente que viene solo porque hemos dado un premio y hay que reconocer que últimamente tenemos suerte», dijo Vargas.

Gema Fernández Lozana, 42 años, regenta una multitienda en Trujillanos (a cinco kilómetros de Mérida, 1.320 vecinos). Hace dos años puso en marcha su negocio 'Regalos y complementos Gema', al lado del consultorio médico y dos bancos del pueblo. Un año antes, ya vendía como despacho autorizado, lotería y otros juegos. Ayer parecía que había repartido el Gordo por la alegría desbordada y por los numerosos clientes que se presentaron en el local.

«Estoy muy nerviosa. Sé que salimos a poco pero es que somos muchos en la peña. Lo importante es que haya salido un premio», indicó a HOY segundos después de enterarse, por la radio, de que ha vendido cuatro décimos del 43831, uno de los quintos premios del Sorteo Extraordinario de Navidad. Son 24.000 euros en total a repartir.... entre 158 jugadores. Esto es lo más llamativo, desde luego más que el hecho de que la suerte haya caído en el municipio de la comarca emeritense situado junto a la autovía Madrid-Lisboa.

Gema y su marido idearon crear una peña, hace dos años, en la que clientes, amigos y proveedores podrían formar parte. Una asociación amplia para participar en los diferentes juegos de apuesta. «Al principio éramos 120 integrantes pero ya hemos crecido. Estoy alegre porque cuatro décimos de un quinto premiado se puedan repartir entre tanta gente», comentaba.

Conformada la peña, empezaron a participar, creando un fondo para repartirlo en los diferentes juegos de azar. «Ahora salimos a 151,8 euros entre todos por este Sorteo Extraordinario de Navidad. Sé que es poco pero la alegría que tengo no me la quita nadie», señalaba mientras en su tienda, situada en la calle San Isidro, número 4, en pleno centro de Trujillanos, comenzaba a llenarse de vecinos.

Los agraciados de la gigantesca peña son de obviamente Trujillanos en su mayor parte pero también están una decena de vecinos de San Pedro de Mérida, otros de Mirandilla, de Mérida y hasta de la comarca de Badajoz. También hay proveedores, de otros puntos de la región, en ella.

«Ahora a disfrutarlo y quizás lo jugamos casi todos para el Niño aunque cada uno puede destinar a lo que le parezca esos 151 euros por cabeza», dice Gema. En su caso, ella va a cobrar esa cantidad mientras que la que le corresponde a su marido por el 43831 la va a reinvertir en el sorteo del Niño, que «toca más en realidad que en Navidad». «Lo más bonito es ver esa alegría aunque sea por un premio tan pequeño al repartirse entre tanta gente. Ese pequeño momento de felicidad en un año tan malo vale mucho la pena», sentencia Gema Fernández.

Lo decía mientras seguía mostrando sus productos textiles, de bisutería, chucherías, geles o mascarillas con la imagen estampada de la Santísima Trinidad, patrona de Trujillanos.