Honduras gira a la derecha en unas elecciones que castigan al Gobierno
Los dos candidatos conservadores, Nasry Asfura y Salvador Nasralla, empatan a votos y el Consejo Nacional Electoral deja de ofrecer datos del escrutinio
M. Pérez / Z. Aldama
Lunes, 1 de diciembre 2025, 07:31
En un complejo escrutinio electoral, lento y pletórico de tensiones entre los candidatos, el vencedor en las elecciones de Honduras se decidirá por un puñado ... de votos. Concretamente, los 515 que, con el 57% de las papeletas revisadas, separaban anoche a los dos candidatos conservadores:Nasry Asfura, el favorito del presidente Donald Trump, lideraba la lucha con un 39,91% de los votos;Salvador Nasralla, sin embargo, fue quien se arrogó la victoria con el 39,89% de los apoyos.
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Afirmó ser el «ganador proyectado», y justificó su euforia subrayando que allí donde se espera su victoria con más contundencia es donde menos papeletas se habían escrutado. «Con las actas que faltan y la distribución real por departamento, Nasralla es el ganador proyectado», anunció. Y los datos parecían darle la razón, porque la diferencia que le separaba de Asfura se iba reduciendo con cada actualización del Consejo Nacional Electoral (CNE):de 20.000 votos pasó a 4.000, y de ahí a varios cientos.
Poco después, el CNEanunció el empate técnico y su decisión de detener la publicación de resultados. «Debemos guardar calma, tener paciencia y esperar que como CNE terminemos de contabilizar actas por contingencia 1 y 2. Y que, posteriormente, se realice el proceso de escrutinio especial, para así finalizar el escrutinio general», escribió en la red social X la consejera presidenta del CNE, Ana Paola Hall. Ahora, la institución dispone de hasta 30 días para ofrecer un resultado oficial.
En esta coyuntura de total incertidumbre, que se presta también a todo tipo de teorías de la conspiración, lo único claro es que los hondureños han decidido dar un sonoro golpe al partido gobernante Libertad y Refundación (LIBRE). Su candidata, Rixi Moncada, apenas había logrado el 19,1% de los votos.
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Razones para un vuelco
Con la derrota de la izquierda, se confirma el giro hacia el conservadurismo del país, independientemente de quién resulte ganador. Arranca de esta forma un nuevo ciclo en el Gobierno de Honduras tras el mandato de Xiomara Castro. La difícil situación de la economía y la inseguridad en un país que vive bajo el estado de excepción parecen haber pesado de manera muy decisiva en la opinión de los hondureños, aparte de la influencia estadounidense, que también ha sido muy notable en esta cita con las urnas.
La disputa queda ahora entre el Partido Nacional de Asfura y el Partido Liberal de Nasralla. Los dos son de la apetencia de Estados Unidos, pero sobre todo lo es Asfura. A su contrincante, ingeniero y periodista de larga trayectoria en la televisión nacional, Donald Trump lo ha llegado a llamar «casi comunista». De hecho, Nasralla hizo bandera durante la campaña electoral de su respaldo al mandatario estadounidense, pero éste le mostró su absoluto rechazo. Le disgustan los antecedentes del dirigente centro-liberal.
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Mientras la fuerza aeronaval de Estados Unidos permanece desplegada frente a las costas de Venezuela, el líder republicano llegó a anunciar que el país centroamericano podrá verse beneficiado por la ayuda de EE UU en caso de una victoria de la derecha. «Quien defiende la democracia y lucha contra Maduro es Tito Asfura», remachó Trump en un mensaje donde dejaba claro su repudio a una posible Honduras de izquierdas que él compara con Cuba, Nicaragua o Venezuela.
El Partido Nacional ya estuvo al frente del Ejecutivo entre 2010 y 2022. Ese año, las denuncias de corrupción y supuesta vinculación con el narcotráfico acabaron con su poder y llevaron al expresidente Juan Orlando Hernández al banquillo de los acusados en un tribunal de Nueva York. Hernández lidero el Ejecutivo entre 2014 y 2022. Una investigación descubrió sus conexiones con las redes de la droga. Sentenciado a 45 años de cárcel por facilitar el envío de 500 toneladas de cocaína a EE UU, Trump anunció esta semana pasada que piensa indultarle en breve, a la par que expresaba su preferencia electoral por el heredero del partido, Asfura. Lo curioso y contradictorio de todo el caso es que el inquilino de la Casa Blanca asegura mantener este apoyo como parte de su campaña contra el imperio del narcotráfico en Latinoamérica.
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«Buenas relaciones con EE UU»
La promesa de obtener beneficios de EE UU puede haber tenido una influencia elevada en una población considerada la más pobre del hemisferio. La economía afronta una deuda multimillonaria, una inflación de casi el 5% y un crecimiento moderado. El 60% de las familias viven en situación de pobreza y los hondureños sitúan además el crimen y la corrupción política como otras de sus máximas preocupaciones.
«Debemos luchar por tener buenas relaciones con Estados Unidos», ha manifestado Asfura durante la campaña electoral, convencido de que un vinculo así favorecerá a los compatriotas que viven en EE UU y consolidará el envío de remesas, el dinero que los migrantes envían a sus familias y que forma parte indispensable de la subsistencia hondureña. No obstante, el candidato ha querido desprenderse de cualquier sospecha de que su campaña se ve manejada desde la Casa Blanca y de la decisión de Trump de indultar al expresidente Orlando. Asfura, de 67 años, es un empresario de la construcción y exalcalde de Tegucigalpa que se ufana de conocer el «estado de todas carreteras del país».
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En cualquier caso, su triunfo no está asegurado. Su principal rival·del Partido Liberal confía en el recuento de las papeletas en algunos de sus principales feudos para cobrar ventaja. La distancia con Asfura es de solo dos puntos y queda un 60% del escrutinio por realizarse. Es el cuarto intento de Nasralla de alcanzar la presidencia del país.
En total han votado en estos comicios 6,5 millones de ciudadanos. Según la comisión electoral, la alta participación obligó a mantener abiertos lnos colegios más allá del horario oficial debido a las largas filas de electores. La consejera presidenta de la comisión, Ana Paola Hall, ha destacado el «civismo» de esta llamada a las urnas y ha ordenado a todas las juntas electorales que permanezcan en los centros de votación hasta que culmine completamente el recuento de «forma transparente». Se trata de evitar cualquier atisbo de fraude electoral, una sospecha muy presente durante toda la campaña.
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La persona que salga elegida sucederá a Xiomara Castro a partir del 27 de enero de 2026. En estos comicios también se eligen a tres vicepresidentes, 128 diputados al Parlamento local, otros 20 a la Cámaral Centroamericana y 298 corporaciones municipales.
Sea cual fuera el resultado, EE UU sigue empeñado en hacer suyas estas elecciones. La congresista republicana María Elvira Salazar ha dicho este lunes que «la izquierda comunista ha sido aplastada en Honduras». «Mientras se siguen contando los votos, una cosa ya es clara: el pueblo hondureño rechazó contundentemente el socialismo y decidió unirse al sueño de un continente libre, próspero y democrático», ha declarado en la red social X. Su alegato es muy parecido al del presidente argentino, Javier Milei, quien el domingo defendió que Asfura es el «candidato que mejor representa la oposición a los tiranos de izquierda».
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