Así se vio la bola de fuego en el concierto de Robe en Cáceres

El fotógrafo David Corbacho captó al guitarrista Woody Amores en el sitio y el momento justo en el que pasaba la bola de fuego sobre el cielo extremeño para dejar una imagen que ya es viral en las redes sociales tras publicarla el propio protagonista.

«Momento meteorito ayer en el concierto de Los Robe», escribía en redes sociales Amores.

El paso del meteorito fue en los instantes finales del 'Segundo Movimiento: Mierda de filosofía' mientras la gente bailaba (como una puta loca, según la letra de la canción) y sirvió 'casi' de anuncio del siguiente himno que sonó instantes después: 'Tercer Movimiento: Un Instante de Luz'. Ambas canciones del disco 'Mayéutica.

Así arranca la letra de 'Tercer Movimiento: Un Instante de Luz'

Nada después de tu mirada

Nada después de este instante de luz

Solo una imagen congelada

Nada después de este instante, que tú

Y es que ese instante de luz, esa imagen congelada, del que habla el tercer movimiento fue lo que vieron miles de persona en el que por un momento se hizo de día en mitad de la noche del sábado. El fenómeno fue visible minutos antes de la una de la madrugada en buena parte de la Península Ibérica.

El bólido, como lo denominan los astrónomos, se inició a 122 kilómetros de altitud sobre la localidad pacense de Don Benito. «Desde allí se movió hacia el noroeste y cruzó Portugal. Finalizó a 54 kilómetros de altura sobre el Océano Atlántico», explicaba el investigador responsable del proyecto SMART, el astrofísico Jose María Madiedo.

El fenómeno se debió a una roca procedente de un cometa que entró en la atmósfera a una velocidad de 161.000 km/h.

El cosmólogo extremeño Jonás Chaves-Montero añade que este tipo de bólidos «tiene su origen en un asteroide de pequeño tamaño, posiblemente algo menor que un balón de fútbol, que entra en la atmósfera y se desintegra debido a la fricción con las capas altas» de la misma. La diferencia con las estrellas fugaces es su tamaño, aclara Chaves-Montero. Estas son provocadas por «meteoros (asteroides que entran en la atmósfera sin tener contacto con el suelo, al contrario que los meteoritos) del tamaño de la punta de un lápiz».