Un día de verano con...
No tiene una estación favorita y no cambia ritmo ni horarios, pero sí comida y bebida
Licenciado en Ciencias Bíblicas en Roma y doctor en Teología por la Universidad Pontificia de Salamanca, donde también ha sido profesor, Jacinto Núñez Regodón se ... ordenó sacerdote en 1980 en su pueblo, Santa Ana, «perteneciente a la Diócesis de Plasencia, aunque lejos en distancia». Su primer contacto con la ciudad fue en el seminario, pero después regresó algunos años después. Desde 2019, este quinto del Papa León XIV, «los dos tenemos 69 años» concreta, es deán de la Catedral de Plasencia. Aficionado a la lectura y la escritura durante todo el año, en verano tiene cita obligada en el Barrio Alto de Lisboa para disfrutar del bacalao.
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–¿Le gusta el verano, prefiere otro momento del año o es su favorito?
–El verano me gusta, pero no tengo una estación favorita. Cada una de las cuatro tiene su encanto y ayuda a diversos estados del alma….
«El 6 de septiembre de 1980 en mi pueblo, donde esta siendo ordenado sacerdote»
–¿A qué hora arranca el día en verano? ¿Cambia su horario de levantarse en verano o solo durante las vacaciones; duerme más?
–En mis años de profesor el tiempo de las vacaciones me permitía licencias que no me eran posibles en el día a día. En cualquier caso, nunca he sido dormilón y soy bastante sistemático a la hora de levantarme de la cama.
–¿Suele hacer más deporte, menos o igual que el resto del año?
–Sea verano o no, en mi caso el deporte es escaso. Quizás cuando era más joven hacía más ejercicio, sobre todo caminando...
–¿Aumenta sus lecturas?
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–Durante el curso mis lecturas son más académicas. En verano son más variadas, sin duda.
–¿Diría que su participación en actividades culturales aumenta o disminuye en verano?
–Mi compromiso cultural ha estado muy ligado a la vida académica y universitaria, así que en vacaciones participo menos en actividades culturales.
–¿Es de las personas que va apuntando cosas para hacerlas en verano o durante las vacaciones?
–No. Lo sé sin necesidad de anotar.
–¿Cuál es su plato favorito durante el verano?
–Ensaladilla rusa, más cerveza de la habitual y el vino pasa de tinto a blanco.
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–¿Cambia su estilo de alimentación? ¿Es de los que se abandona más o al revés, se cuida más?
–En general no. En particular sí, pues en vacaciones se hacen muchas excepciones, sobre todo fuera de casa.
–¿Echa la siesta?
–Cómo no… Es una de las glorias nacionales. Y en Extremadura es una necesidad vital.
–¿Aguanta bien el calor?
–Creo que estoy en la media, aunque tengo algunos problemas respiratorios que acusan más los rigores del verano, pero en casa tengo un excelente sistema de refrigeración…
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–¿Aprovecha para dedicar más tiempo a los amigos, a su familia o es de los que 'desaparece' en verano por viajar o por vivir en segunda residencia?
–El verano amplía las posibilidades, aunque hace ya muchos años un viejo profesor me enseñó a saborear la riqueza de los lugares comunes, los sitios de siempre cuando pasan de ser lugares de 'negocio' (trabajo) a lugares de 'ocio', es decir, de descanso y esparcimiento.
–¿Diría entonces que socializa más en verano o igual que el resto del año?
–No sabría decirle. Quizás el verano te da oportunidades más diversas, pero el día a día te permite profundizar en la relación con los más cercanos.
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–¿Suele viajar en verano o también el resto del año?
–He viajado mucho en verano, sobre todo porque durante años iba al extranjero para ayudar durante meses a algún sacerdote y perfeccionar mi conocimiento de alguna lengua extranjera. Así, por ejemplo, con el inglés en Dublín, Nueva York, Newark (NJ), Londres, y el alemán en Maguncia o en Viena.
–¿Cuál es su sitio favorito o al que más acude en verano: una playa, una terraza en la ciudad, una casa de campo, el pueblo...?
–He ido mucho a Asturias en verano por la temperatura, y ahora todos los años voy unos días a Lisboa para cenar en el Barrio Alto. Tengo debilidad por cómo preparan el bacalao.
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–¿Suele ver los programas de televisión veraniegos o prefiere el cine?
–No veo televisión en verano, fuera de algún telediario. Con la oferta de las plataformas quedo bien servido.
–En los días de verano previos a las vacaciones, ¿trabaja menos o más por su
profesión?
–Ni más ni menos.
–¿Durante las vacaciones desconecta del todo?
–Nunca del todo.
–¿Suele planificar el verano o es más de los que deja que se lo planifique la familia y los amigos?
–Planifico yo.
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–¿Le cuesta volver al ritmo del trabajo?
–Nunca me ha costado. Es más, en ocasiones he deseado volver a la rutina, que suele ser muy fecunda.
–¿Cambia su hora de acostarse en verano?
–Un poco. De un modo especial cuando nos sentábamos 'al fresco' en las tórridas noches de mi pueblo natal. Aquellas conversaciones de calle y tumbona eran muy sabrosas aunque se ocuparan de cosas muy caseras.
–Díganos un día de verano especial que recuerde.
–El 6 de septiembre de 1980. Calor terrible. Fuego, fuego… En el ambiente y en la iglesia de mi pueblo, donde estaba siendo ordenado sacerdote. Típico el calor, excepcional el acontecimiento...
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