Trabajadores de Torrequemada, Castuera y Almaraz se encierran

Los empleados de varias residencias de mayores de Extremadura han decidido confinarse en sus lugares de trabajo para evitar contagios de coronavirus. En el centro El Molino, de la localidad cacereña de Torrequemada, sus siete empleadas llevan encerradas desde ayer en unas instalaciones que disponen de 20 plazas. Lo han hecho después de que uno de sus usuarios haya dado positivo en COVID-19.

El paciente que tiene coronavirus está actualmente en un hospital cacereño y los demás usuarios permanecen aislados, según apuntan las trabajadoras. Por el momento ellas no presentan ningún síntoma y el resto de residentes tampoco. «Estaremos encerradas para proteger a todo el pueblo. Así lo hemos decidido porque es la única forma de no contagiar», coinciden.

En Castuera, los trabajadores de la residencia Nuestra Señora del Buensuceso también han optado por aislarse de forma permanente junto con los 48 residentes que actualmente tienen en este centro.

«Agradecemos enormemente el esfuerzo y sacrificio que están haciendo para garantizar la salud de nuestros mayores, renunciando por un tiempo a ver a sus familiares. Sin duda, este acto es una gran muestra de profesionalidad», han reconocido desde la junta directiva de esa residencia castuereña.

En el centro de mayores Catalina Curiel de Almaraz han hecho algo similar. En él, que dispone de 44 plazas, se han confinado las gerocultoras. Ellas son las que más contacto tienen con los ancianos. En total son ocho de las 22 personas que están en plantilla.

Hay que recordar que desde el pasado jueves, 26 de marzo, 25 trabajadores de la residencia Servimayor de Losar de la Vera también permanecen encerrados sin salir del centro.