¿Qué ha pasado este jueves, 4 de diciembre, en Extremadura?

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Claros y nubesUna fina lluvia sorprendió a la procesión en la Catedral. J. C. R.
Semana Santa en Plasencia

Clamor para la Soledad y el Santo Sepulcro

Sábado Santo. La Cofradía pudo quitarse la espinita de la suspensión del año pasado a pesar de que las nubes y la lluvia amenazaron durante toda la procesión

Sábado, 19 de abril 2025, 23:19

El Sábado Santo se vistió de recogimiento en Plasencia. A pesar de que las nubes jugaron con la amenaza de una nueva suspensión, como la del año pasado, esta vez la Cofradía de Nuestra Señora de la Soledad y el Santo Sepulcro pudo por fin salir a la calle. Lo hizo con emoción y el paso lento. Y también, bajo una fina lluvia en el algunos tramos de la marcha.

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Minutos después de las siete y media, las puertas de Santo Domingo se abrieron y se hizo el silencio. La cruz de guía se adelantó y comenzó el desfile por calles estrechas y adoquinadas: Blanca, Catedral, San Esteban, Plaza Mayor…

El primero en aparecer fue el Santo Sepulcro: un Cristo yacente que parece dormido bajo una urna de cristal, entre reflejos de oro y el velo sagrado de un sudario de seda que llegó de Filipinas hace más de dos siglos. Un médico placentino lo donó. Hoy, como cada vez que sale, cuida del cuerpo herido con la delicadeza de un paño antiguo y devoto.

Tras el Cristo, una escolta solemne: guardias civiles que lo acompañaron no solo como símbolo institucional, sino como devotos. Detrás, la música serena de la agrupación de la Sagrada Cena marcó el pulso del duelo compartido.

Y entonces, la Virgen de la Soledad volvió a aparecer dolorosa y contenida. De blanco y negro, avanzó entre sus damas. La talla, obra de Luis Salvador Carmona, parece llorar sin lágrimas. A su paso, muchos ojos alzaron la mirada.

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No faltaron los hermanos mayores: desde la Guardia Civil hasta el Ayuntamiento, con el alcalde a la cabeza, pasando por la Diputación, la Cadena Ser o el Obispado. Ni las once hermandades de la ciudad, que acompañaron con respeto. Al final del cortejo, autoridades civiles y militares, con la presidenta de la Asamblea de Extremadura, Blanca Martín, escoltando la comitiva. También estaba el director del Centro Universitario de la UEx.

Los cofrades caminaron con hábito blanco, capa y capirote negro. Cíngulo y guantes a juego. Una estampa sobria, como corresponde a un Sábado Santo, a ese momento suspendido entre la muerte y la promesa. Pero, sobre todo, caminaron con una emoción contenida, la que da saber que esta vez la Soledad y el Sepulcro pudieron pisar las calles y que Plasencia pudo rendirles homenaje.

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