Los Reyes en Guadalupe: de la centenaria Filomena a la bebé Indira
Don Felipe y Doña Letizia han recibido el cariño de cientos de personas en la Puebla, donde les han obsequiado con libros, pendientes, collares o pañuelos del traje típico extremeño
Llena de detalles emotivos, gestos cariñosos, vítores y aplausos. Así ha sido este miércoles la visita de los Reyes a Guadalupe. Han paseado por ... sus calles, saludado a los centenares de personas que han esperado durante horas para verlos y se han hecho fotos con ellos. La Puebla ha 'abrazado' a los monarcas y Don Felipe y Doña Letizia se han dejado querer.
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A las 11.15 horas los monarcas llegaron al municipio cacereño y saludaron a un público emocionado en una visita institucional en la que, además de momentos que poco se salen del protocolo, también hubo instantes únicos.
Entre selfis, la imagen más entrañable de la jornada la ha protagonizado Indira, un bebé de 19 días que estaba junto a su madre, Sherezade, entre el público. La reina se ha acercado a ellas y ha cogido a la niña en brazos, según ha detallado la familia de esta pequeña. «Ha sido muy cariñosa y amable», han contado.
Entre el público también ha habido imágenes nostálgicas, como la que les ha mostrado Guadalupe Baltasar, antigua trabajadora de la hospedería de este municipio. Les ha enseñado una fotografía en la que se podía ver a Felipe y Letizia muy jóvenes junto a los empleados de la hospedería y recibiendo algunos obsequios durante la visita que hicieron a Guadalupe hace más de dos décadas. «Ya los vimos en el año 2004 y en esta ocasión hemos traído una fotografía de cuando eran Príncipes y también estuvieron en la Puebla», ha recordado Guadalupe apenas unos minutos antes de que los Reyes llegarán a los pies de la basílica del Real Monasterio de Guadalupe.
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Instantáneas para el recuerdo que también se han llevado los mayores de la residencia Fray Sebastián García. Tras reunirse con la corporación municipal y saludar desde el balcón del Ayuntamiento, los monarcas han visitado este centro de mayores en el que su directora les ha regalado el libro infantil 'La leona Tula', que explica el proceso en el que una persona tiene que dejar de vivir en su entorno para ir a una residencia.
De las imágenes y los elogios a la ternura de los más pequeños. 120 escolares del colegio Reyes Católicos de Guadalupe y el centro de Educación Infantil y Primaria de Alía han hablado con los monarcas, además de entregarles algunos dibujos antes de recorrer las estancias más emblemáticas del cenobio.
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Firma en el libro de honor
Han visto la biblioteca y han firmado en el libro de honor, dejando constancia de su paso por este monumento clave en la historia de España.
Ese ha sido el momento culmen de esta visita institucional en la que también se han fotografiado con los integrantes de la junta directiva de la Real Asociación de Caballeros de Santa María de Guadalupe. Su presidente, Agustín Margallo, les ha obsequiado con una medalla de oro de la agrupación y ha recordado que Felipe es presidente de honor de dicha asociación.
Después han paseado por la calle Sevilla, que alberga la arquitectura típica popular de la localidad, y han conocido los trabajos que elabora la asociación de bordadoras de Guadalupe, en la plaza de la fuente de los tres chorros. Allí es donde más se han acercado a los vecinos de Guadalupe. De hecho, sin vallas de separación, las bordadoras han hablado con Letizia y Felipe. «Ha sido muy simpática y detallista. Le hemos enseñado los tapices que decoran el pueblo en las fechas importantes. A la reina le ha gustado mucho y nos ha preguntado si había también mujeres jóvenes cosiendo en el pueblo», ha contado la vecina Remedios Rodríguez.
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Se ha preocupado por el relevo generacional de una tradición en la que sobre todo hay mayores como Filomena Reinoso, que está a punto de cumplir cien años. «Han sido muy cercana», ha comentado tras hablar con Letizia. «Me ha preguntado la edad, que si tengo nietos y que cuántos años llevo cosiendo. Le he dicho que desde los 13», ha dicho la casi centenaria mientras los reyes se montaban en el coche oficial tras recibir el cariño de todo un pueblo.
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