Relojes solares en Extremadura: Desde la época romana hasta el siglo XXI

Vaquero apuesta por la preservación de estas piezas y considera que protegerlas debe ser una prioridad para los organismos encargados de cuidar el patrimonio cultural, del que también forma parte la riqueza gnomónica de la región.

Repasamos algunos de los ejemplos más relevantes:

Una pieza singular es el reloj romano que fue encontrado durante las excavaciones en el Teatro Romano de Mérida y que actualmente se conserva en el Museo Romano. Se puede contemplar en la exposición permanente. Se trata de un reloj semiesférico, muy común en época romana. Fue restaurado, ya que los restos encontrados sólo constituían una porción del reloj.

Sin salir de este espacio también podemos encontrar un pequeño disco metálico de cerca de 10 centímetros de diámetro perforado por el centro con un pequeño agujero, un instrumento que indicaría el mediodía solar del lugar o la latitud en la que se encontraban, pero no marcaba el resto de las horas.

También en la capital extremeña se conserva otro reloj histórico. Está en la fachada sureste de la concatedral de Santa María, en la Plaza de España, pleno centro de la ciudad. «Es un ejemplo de reloj de sol más típico y común que podemos encontrar en Extremadura. Sigue ese fiel patrón de estar ubicado en la pared sur de un templo, frente a la que se abre una plaza pública. Esta pieza pasa desapercibida para la gran mayoría y casi nadie recala en ella. Muchos que viven allí ni la conocen».

Este espacio guarda una de las piezas más relevantes de la región. Está datado en 1577 y algunos investigadores apuntan a que pudo haber sido un regalo del Rey Felipe II al convento. Se trata de un reloj de sol horizontal ubicado en el Claustro Mudéjar del Real Monasterio ejecutado con piedra de pizarra negro-verdosa. Mantiene el gnomon original, una plancha plana de metal con forma de triángulo recto vertical. Sus propiedades métricas son las correctas para un reloj de este diseño, aunque la latitud está algo desviada. «Es una pieza excepcional, por los aspectos técnicos y de conservación. Hay que tener en cuenta que los relojes horizontales suelen mantenerse peor que los verticales, ya que sufren más el desgaste por su posición».

Se localiza en la esquina superior izquierda de la fachada de la iglesia de San Sebastián de Llera, en plena Campiña Sur. «Es una joya gnómica. Está perfectamente diseñado y orientado. Su precisión es espectacular. Esto nos dice que la persona que lo hizo tenía conocimientos muy avanzados en la materia y hay varios casos parecidos por distintos rincones de la región. Es fabuloso pensar que hace 400 años en pueblos tan pequeños y aislados de Extremadura había gente capaz de hacer estas piezas tan exactas». La presencia de estos objetos en las zonas rurales no es casual: los relojes de sol eran muy útiles en la agricultura.

En un contrafuerte de la fachada sur de este edificio, en el más cercano a la torre, se conserva otro de los más curiosos de la región. Se aprecian perfectamente las líneas horarias, así como las horas en números arábigos. Fechado en el año 1657, es uno de los pocos relojes históricos de sol bien datados de Extremadura. La persona que lo instaló realizó un agujero en la superficie del contrafuerte para colocar el plano del reloj en la dirección correcta. «Comprobamos los avanzados conocimientos de matemáticas y astronomía que manejaban hace siglos. Es algo fascinante».

Este espacio guarda un reloj de sol de tipo horizontal que data de los siglos XVII ó XVIII y del que solo se conserva un fragmento. Fue encontrado entre los restos del convento de San Francisco, en la localidad cacereña de Belvís de Monroy, durante la excavación arqueológica previa a su rehabilitación en 1992. Se trata de un reloj realizado sobre un ladrillo de barro cocido y en el que hay dibujado un círculo inciso a partir del hueco donde estaría el gnomon, hoy perdido.

Una de las singularidades de la catedral de Plasencia es que cuenta con un conjunto excepcional de estos relojes. Uno de ellos se encuentra en el muro orientado hacia el suroeste. Puede verse fácilmente desde la plaza de la catedral o desde la calle Blanca, a cierta distancia del edificio. Hay otros tres relojes verticales que pueden observarse en el sureste del edificio.

En cuanto a los modernos destaca el del parque de San Antón de Plasencia, donde hay un reloj vertical meridional de forma circular.

Badajoz cuenta con dos curiosos relojes de sol modernos en lugares públicos. Los dos son horizontales, muy idóneos para el adorno de plazas. Uno está situado en la Alcazaba, en el suelo de la explanada que hay frente al Museo Arqueológico. Tiene un diseño muy original, ya que cada línea horaria tiene su propio gnomon y la hora queda determinada por la coincidencia de la sombra del gnomon con su línea horaria.

El otro está situado en el Parque Bioclimático y se instaló cuando se inauguró este espacio en el año 2010. La peculiaridad de este objeto es que la propia persona que quiere conocer la hora tiene que ejercer de gnomon, colocándose en diferentes posiciones según el mes. Entre los relojes modernos de Mérida destaca el que se encuentra dentro del recinto del Instituto de Enseñanza Secundaria Emérita Augusta, de tipo ecuatorial. Es un reloj muy original ideado expresamente para fines didácticos.