«Queremos que nuestro nieto esté en Marruecos y poder enterrar a Imane»

Ahora, Mostafa Saadaoui y Malika El Wai quieren que las autoridades españolas atiendan sus dos peticiones más urgentes: «Queremos que nuestro nieto esté en Marruecos y poder enterrar a Imane», señalan en una entrevista realizada a través de videoconferencia y con dos traductores. Uno de ellos pasa sus palabras del árabe el francés y otro del francés al español.

«Nadie se ha puesto en contacto con nosotros y no sabemos dónde está el niño», señalan. El bebé pasó a un centro de menores gestionado por la Junta después de los hechos. Para Mostafa y Malika lo ideal sería que el bebé pudiera trasladarse a Casablanca, en donde viven, y pudieran ocuparse de él. Ya vive con ellos la hija mayor de Imane, de ocho años, fruto de una relación anterior. Imane se divorció y ellos, señalan, apoyaron la decisión porque también había sufrido malos tratos. Durante la entrevista con estos padres aparece la niña, y ellos señalan que lo mejor es que los hermanos se críen juntos. «La niña quiere que su hermano pequeño esté junto a ella», señalan sin poder ocultar las lágrimas. Ambos se conocían, ya que Imane había viajado en varias ocasiones a su lugar de origen, la última hace un par de meses.

Otro de los asuntos que les preocupa es poder enterrar a su hija. Por ahora el cuerpo de Imane no será trasladado a Marruecos. Según informa el Tribunal Superior de Justicia de Extremadura, la jueza ha emitido una providencia para que se quede en España por si fuera necesario practicar alguna prueba más. Es un trámite que se hace siempre en el caso de una muerte violenta.

«Por nuestra religión, para nosotros es muy importante poder enterrar su cuerpo, es algo que nos da paz», aseguran. La comunidad islámica de Extremadura ha llevado a cabo una colecta para poder sufragar los gastos que genera el traslado del cuerpo, una cantidad que asciende a unos 2.500 euros y en la que participan musulmanes que residen en diferentes localidades extremeñas, como Almendralejo, Cáceres o Badajoz.

Mostafa y Malika son conscientes de que se ha atribuido a presiones familiares el hecho de que su hija retirara la denuncia de malos tratos que había interpuesto contra su marido en el mes de enero y que esto hiciera que decayera la orden de protección que ella tenía. Esta medida se levantó en junio al pedir la víctima y la Fiscalía el sobreseimiento del caso.

Aunque indican que su hija sufrió malos tratos en tres ocasiones, el hecho de que su yerno ingresara en un centro para rehabilitarse de sus adicciones les dio esperanzas de que todo mejoraría. «Nadie esperaba que esto sucediera», indican una vez tras otra. Hablaban con su hija frecuentemente, estaban al tanto de su vida. Ahora, solamente quieren «que se haga justicia» y esperan que Badr Saadaoui, primo de la víctima, pueda ser extraditado y se someta a la justicia marroquí, «que es mucho más dura». Sostienen que este hombre era «muy consciente» de lo que estaba haciendo cuando le quitó la vida a su hija.

Aclaran, no obstante, que el enlace entre la hija y su primo «no fue por conveniencia», ya que «siempre se habían llevado bien». Badr Saadaoui vivía en España, en Madrid, ella en Casablanca. Ambos se comunicaban por llamadas telefónicas y videollamadas. En un momento dado decidieron casarse y el enlace tuvo lugar en 2019. Subrayan que no había necesidad económica, que ella vivía bien en Casablanca. «Vivía con nosotros y a veces trabajaba en una guardería», apuntan a través del traductor.

Una de las cuestiones más enigmáticas era por qué residían en Valencia de Alcántara, un lugar con el que no tenían un vínculo profesional ni personal claro. Según los padres de Imane el motivo era el precio asequible de los alquileres. Badr Saadaoui vivía en Madrid, pero encontró un piso en Valencia de Alcántara por el que pagaba 150 euros mensuales.

Badr Saadaoui llamó en la madrugada del martes 1 de noviembre al puesto de la Guardia Civil de Valencia de Alcántara después de acuchillar a su esposa en presencia del hijo de ambos. Tras ser detenido fue trasladado por la mañana a a la Comandancia de la Guardia Civil de Cáceres hasta el jueves, cuando pasó a disposición judicial y declaró en el juzgado de Primera Instancia de Valencia de Alcántara, que decretó prisión provisional comunicada y sin fianza a petición de la Fiscalía porque entiende que existe riesgo de fuga al tener nacionalidad marroquí.