El Valle del Matachel acoge otros siete linces
Reintroducción ·
En la región habitan 153 ejemplares gracias a los programas iniciados en 2014GLORIA CASARES
Lunes, 15 de febrero 2021
Apenas segundos después de que se abrieran las tapas de sus jaulas, Rea y Ribadeu habían desaparecido de la vista de las personas que ayer subieron hasta una atalaya en el valle del río Matachel para estar presentes en la suelta de dos linces ibéricos.
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En este monte bajo, de mucho matorral y sobre todo rocas en los cortados del río Matachel, fueron puestos en libertad los dos primeros linces ibéricos de este 2021 en Extremadura. No serán los únicos moradores, «aquí ya hay otra pareja de linces, pero digamos que son vecinos, así que esta zona está libre y no hay mejor sitio para soltarlos».
Se moverán, cazarán conejos, descansarán en los árboles y buscarán guaridas entre las rocas, «y algún día se encontrarán y si se gustan, pues se aparearán, pero igual no se gustan, los linces son como las personas».
Lo dice la coordinadora del programa de reintroducción del lince ibérico en Extremadura, María Jesús Palacios, una experta que conoce bien las costumbres de un animal que ha pasado en quince años de estar 'en peligro crítico' a 'en peligro' gracias al aumento de ejemplares por los programas de cría puestos en marcha.
Esta zona es la más idónea en la región para reintroducir linces por la gran población de conejos que tiene, alimento básico para el lince; por la abundancia de pastos y matorral y la existencia de árboles donde descansan los linces y de rocas, escogidas como parideras por las hembras.
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La hembra Rea y el macho Ribadeu no tienen ningún parentesco y su único punto en común es que hace menos de un año nacieron en el centro de reproducción en cautividad de Zarza de Granadilla.
Genética
Precisamente han sido escogidos para que tengan las máximas diferencias posibles en su genética, puesto que la consanguinidad y las enfermedades que acarrea es uno de los principales problemas de esta especie.
El objetivo es que cada vez haya más relación entre las decenas de ejemplares que viven en las distintas zonas.
Desde su suelta, los animales están monitorizados de forma continua por los técnicos del programa, a través de las señales que les envían los animales, a los que se les ha puesto una antena de radio y una señal GPS.
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También hay un equipo de trabajo de campo, que controla la evolución de los animales puestos en libertad, que se complementa con las imágenes e información que facilitan los vecinos de los pueblos de la zona cuando ven un lince.
Esta semana serán soltados en total siete linces en esta misma zona de Extremadura, procedentes no sólo de Granadilla, sino también de los centros de cría Silves de Portugal, Acebuche (Huelva) y de la Olivilla (Jaén).
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8 millones
Y es que Extremadura forma parte junto con Castilla La Mancha y Andalucía de un proyecto o Life Linx Connect, iniciado el pasado mes de septiembre y que pretende seguir ampliando la población del lince ibérico con programas como los iniciados en 2004. Este año está dotado con 8 millones de euros.
La de ayer fue la octava suelta de linces en Extremadura desde 2014. Gracias a ellos se ha logrado que la población en la región aumente hasta los 153 ejemplares, gran parte vive en este valle del Matachel, donde hay 15 hembras reproductoras.
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La consejera para la Transición Ecológica y Sostenibilidad, Olga García, asistió est elunes a esta suelta junto a la directora del Organismo Autónomo de Parques Nacionales, Mª Jesús Rodríguez.
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