Los pueblos lo dan todo en sus fiestas tras dos años en blanco
Más presupuesto, más gente en las plazas y público más joven en las verbenas son la tónica en este verano, el primero sin restricciones desde 2019
En 2020 los pueblos se quedaron sin fiestas de verano por culpa del covid, en 2021 se celebraron, pero con todo tipo de restricciones, como ... tener que ver un conciertos sentados por la prohibición de bailar decretada por la Junta de Extremadura. Tanta contención ha provocado una reacción este verano. En este 2022 las fiestas de pueblo han regresado por todo lo alto. Según alcaldes y miembros de orquestas consultados, los vecinos lo han dado todo.
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En Almendral, por ejemplo, un pueblo de 1.240 habitantes de la provincia de Badajoz, celebran su gran fiesta el tercer fin de semana de agosto. Allí la orquesta Maxims acabó a las seis de la madrugada del sábado al domingo y un 'disjockey' contratado por el Ayuntamiento tomó el relevo hasta las nueve y media de la mañana. «Ha sido la vez que más se ha estirado la fiesta», afirma su alcalde, José Antonio Arroyo.
En Casar de Cáceres (4.500 vecinos) no arrancan las celebraciones oficiales del pueblo hasta el 1 de septiembre, pero su alcalde ha montado conciertos y discotecas móviles cada quince días este verano porque sus vecinos más jóvenes estaban continuamente viajando a fiestas de pueblos cercanos. «El año pasado hubo alguna actividad musical, pero eran conciertos sentados, aquello para mí no era una verbena (...). El dinero que ahorramos entonces lo destinamos a ayudar a comercios, bares y restaurantes, pero este verano haremos un esfuerzo extra en las fiestas y en vez de gastar unos 80.000 euros nos hemos ido a 100.000», explica sobre un programa que durará ocho días y que tiene corrida de toros o fuegos artificiales y como remate a Kiko Rivera de 'discjockey'.
Cambios tras la pandemia
Cuenta el propietario de la orquesta Maxims, Francisco Serrano, que en todo el año pasado hicieron 15 bolos y que solo en este mes de agosto tienen previstos 24 y porque tienen que descansar, si no actuarían todos los días. «Veo a la gente más animada y entregada que nunca», declara este empresario cuya orquesta son catorce personas sobre el escenario. Giran por toda España y hace poco han recalado en Almendral y Alconchel, en Badajoz.
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«Ha sido exagerado, nunca he visto tantas personas –afirma el alcalde de Alconchel, Oscar Díaz–, la gente tenía unas ganas de fiesta tremendas, han venido de todos los pueblos de la comarca más los de aquí, más emigrantes retornados que hacía tiempo que no venían, ha sido impresionante», contaba el regidor el lunes pasado, día de resaca.
En el caso de esta localidad de 1.700 habitantes han celebrado entre el 17 y el 21 de agosto las fiestas patronales en honor a la Virgen de la Luz, a las que no solo han podido dedicar más presupuesto –40.000 euros– sino que han diversificado su celebración por lo observado durante el covid. Cuenta que tradicionalmente estas fiestas veraniegas se concentraban en la Plaza de España, pero ahora han tenido lugar en cuatro espacios. «Es una de las cosas que aprendí del año pasado, cuando por la pandemia no podía haber aglomeraciones y habilitamos lo que aquí llamamos el Llano del almacén para actuaciones flamencas, de jóvenes y el discjockey; el Llano de la panadería para actuaciones infantiles; el patio cultural para las Noches de Copla; y ya la verbena grande en la Plaza de España, que este año ha sido para una orquesta importante de fuera, 'Magical show'. Pero es que después hemos contratado tres orquestas más de Extremadura. Nos hemos gastado ese dinero porque en los dos años anteriores ahorramos y lo dedicamos al pago a proveedores», explica este alcalde que además apostó por otro grupo nacional al aire libre el sábado pasado: Mojinos Escozíos. Otro éxito.
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También han sido recientes las fiestas de Almendral, el fin de semana pasado. En este municipio de Badajoz su alcalde, José Antonio Arroyo, decía esta semana que nunca antes había visto tanta gente en las fiestas locales. «En 2020 no hubo, y el año pasado la trasladamos al campo de fútbol porque había que poner sillas espaciadas. No hubo verbena porque no se podía bailar y quedó un regusto amargo, pero este año hemos vuelto al lugar de siempre y ha venido más gente de fuera y esto ayuda a la economía local, principalmente a la hostelería y al comercio que tan mal lo han pasado últimamente», señala.
Francisco Serrano, de la orquesta Maxims, explica que tras una «parada obligatoria» de todas las fiestas, era previsible que se retomaran con fuerzas. De hecho, coger fecha para un viernes o sábado ha sido imposible en muchos pueblos que no se anticiparon en la contratación. En cualquier caso, la novedad que han observado desde el escenario en este 2022 «no es solo que la gente está más entregada sino que se ha sumado un perfil de gente más joven a las verbenas y eso es positivo», analiza.
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Pero es que parece que aún hay cuerda para rato. En el caso del pueblo pacense de Almendral su alcalde cree que esta inercia festiva no se apagará en verano. «El 15 de enero celebramos por San Mauro una matanza popular. Hace dos años que no se hace por el covid y esta vez cae en domingo. Como salga bueno vendrán miles de personas», asegura.
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