Estos son los nueve productos extremeños más perjudicados por los aranceles de Trump

Antes de conocer la medida, los productores se mostraban relativamente tranquilos. «Tenemos un buen mercado allí. Por el momento no tengo inquietud con Trump porque el tapón de corcho aglomerado que vendemos en Estados Unidos no tiene sustituto allí», confirmaba en las páginas de este diario Joaquín Herreros, director de calidad de la empresa Corchos DIAM, de San Vicente de Alcántara.

Una mayor preocupación hay en el sector agroalimentario, que el año pasado alcanzó unas ventas en Estados superiores a los 24,5 millones de euros. Además, se trata de un segmento que se movía al alza, gracias principalmente al repunte en las exportaciones de aceite. Aunque también ha contribuido a afianzar la tendencia el comercio de legumbres, de conservas de verdura y de cacao.

En el ámbito alimentario, los productos que más peso tienen son los transformados de tomate, líderes indiscutibles en el panel de exportaciones extremeñas, pero también las aceitunas en conserva y el mencionado aceite.

Precisamente las aceitunas ya fueron gravadas con aranceles en la primera legislatura de Donald Trump y nunca los perdieron. Sus exportaciones a Estados Unidos se resintieron.

Lo mismo sucedió con el vino, que con el paso del tiempo sí se liberó de los aranceles. Ahora volverá a tenerlos. En este caso, Estados Unidos sí es un productor importante, por lo que las empresas pueden ver lastradas sus ventas en este mercado, como ya les pasó en el primer gobierno de la Administración Trump.

Las industrias del acero y del aluminio sumaron unas ventas conjuntas en Estados Unidos por valor superior a los 10 millones de euros en 2024. Los principales exportadores extremeñas en estos sectores son CL Grupo Industrial (a través de Siderúrgica Balboa) y Grupo López Bolaños (desde Alumasa).

Aunque el mercado estadounidense representa unos reducidos porcentajes de su comercio exterior: el 1% para la siderúrgica y cerca del 3% para la empresa centrada en el aluminio. Es decir, no son esas ventas las que más preocupan a las empresas, pero sí el posible «efecto dominó que tiene el imponer aranceles del 25% en el acero a cualquier país», reflexionaba Miguel Ángel Leal, consejero delegado de la división industrial de CL Grupo Industrial en un reciente foro.