Alumnos de Primaria esta semana volviendo a casa. La mayoría de sus mochilas excedían el peso recomendado para su edad. Ángel Márquez

Mochilas con exceso de material: «Por las mañana mis hijos parecen dos sherpas»

HOY acude a la puerta de centros escolares con un dinamómetro y constata que la mayoría de los menores acarrean más peso del recomendado en la época de los contenidos digitales

Martes, 14 de octubre 2025, 07:37

Imagine acudir al trabajo a diario con una garrafa de agua en la mano izquierda y en la derecha otra a medio llenar. En términos ... relativos, cualquier adolescente extremeño que va al instituto acarrea, a la ida y a la vuelta, más peso que un alpinista o senderista que pretende ser autónomo durante varias jornadas en mitad del monte. Un adulto que se va a Gredos a escalar y pasar un par de noches al raso lleva una mochila con todo el material necesario que ronda los 15 kilos. La recomendación (que casi nadie es capaz de cumplir) para un peregrino de 80 kilos que hace el Camino de Santiago es que a la espalda no lleve más del 10 por ciento de su peso corporal es decir, 8 kilos.

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Este diario ha llevado un dinamómetro a la puerta de varios colegios e institutos de Badajoz esta semana. Allí ha constatado que el peso de las mochilas que llevan los alumnos de Secundaria oscila entre los siete y los ocho kilos, pero hay ocasiones en las que superan los diez kilos, como en el caso de Julia, estudiante de cuarto de la ESO en el centro concertado Dolores Sopeña, aun siendo de los pocos colegios que dispone de taquillas para sus alumnos. La de las dos compañeras que iban con ella pesaban el martes pasado 7,8 y 8,2 kilos. En la puerta del colegio Santo Ángel, María, de tercero de la ESO, llevaba 7,2 kilos a la espalda, «y hoy es de los días que menos pesa», matizaba la adolescente al descolgar su mochila del medidor. La de Blanca, que va a cuarto de la ESO en ese mismo colegio, marcaba 8,2 kilos y 9 la de su compañero. «Es un rollazo que pese tanto. Le decimos a nuestros padres que nos la lleven, pero no quieren», declaraba la joven.

Peso que marca el dinamómetro de varias mochilas escogidas al azar a la salida de varios centros escolares de Badajoz. Ángel Márquez

En Secundaria los alumnos tienen entre once y dieciséis años y están creciendo. Tanto estudiantes como sus padres consideran que el peso que los menores portan de lunes a viernes a la espalda es excesivo, sobre todo en una época en la que abundan los contenidos digitales.

Ana Sierra lleva 15 años como directora del Instituto Sáenz de Buruaga de Mérida, que ahora tiene 630 alumnos. De manera formal, nunca le ha llegado que el peso de las mochilas fuera un problema, aunque sabe que hay artículos médicos avisando de los riesgos del sobrepeso en las mochilas. Lo que sí ha observado la docente es cómo se han ido implementando herramientas digitales como Rayuela, Classroom o Scholarium que sirven de complementos a los libros texto, los cuales algunas editoriales ya venden por fascículos trimestrales para no llevar encima el contenido de un curso entero. Pese a todas estas novedades, a la puerta de cualquier centro escolar todos los padres con los que habló este diario coincidían en que sus hijos llevan y traen demasiado peso cada día.

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«Creo –prosigue la profesora– que es más un problema de colegios (Primaria). En Bachillerato sí se ha aligerado el peso y en Secundaria creo que también, pero hay ciertos libros y contenidos que son difíciles de eliminar», apunta la directora del Sáenz de Buruaga, que recuerda que existe la posibilidad de dejar material en los pupitres.

Desde la Consejería de Educación, Ciencia y Formación Profesional de la Junta de Extremadura indican que sobre el peso de las mochilas de los escolares hay recomendaciones médicas de la Organización Mundial de la Salud y de la Sociedad Española de Pediatría, pero en el ámbito educativo, al menos en Extremadura, no existe una normativa al respecto.

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No más del 15% del peso corporal

La Sociedad Española de Rehabilitación y Medicina Física (Sermef) lanza todos los años una campaña para que el inicio de curso sea lo más saludable posible. Entre sus recomendaciones incluyen realizar actividad física y pasar menos horas delante de las pantallas, pero hay otra que tiene que ver con las mochilas donde se lleva el material escolar.

Según Helena Bascuñana, médica rehabilitadora perteneciente a la Sermef, «las mochilas escolares de los niños y adolescentes no deben superar el 15% del peso total de quien la lleve, tienen que tener asas anchas y es aconsejable que tengan un cinturón para poder abrocharse a la cintura». Así, una niña de 40 kilos debería llevar a la espalda no más de 6 kilos. Ni por el peso ni por el tipo de mochila, las típicas Vans que ahora están de moda, se cumplen ambas recomendaciones.

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Según Rafael, padre de dos escolares del Santo Ángel, «mis hijos hay mañanas que parecen dos sherpas, van andando porque viven cerca, pero hay madres que los traen en coche solo por lo que pesa la mochila de su hijo. En parte esa es la razón por la que el tráfico es un caos a la entrada y salida de los colegios, pocos niños se atreven a ir a pie con semejante peso», reflexiona.

«Mi hija tiene escoliosis»

Giovanna tiene una hija que se llama como ella, tiene 13 años y va a tercero de la ESO en el Santo Ángel, en Badajoz. «El problema –decía la madre esta semana cuando fue a recogerla– es que tienen que subir muchas escaleras y la mochila pesa muchísimo, así que la médico ya le dijo que tenía problemas en la espalda debido al peso que llevaban. No hemos hablado de ese asunto con el colegio aún, pero sería conveniente ver opciones, como dejar libros en clase y que hagan tareas 'on line'», pedía para su hija cuya mochila, que comparada con la de sus compañeras era de las más ligeras, 6,6 kilos.

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«Creo que las mochilas pesan demasiado, por eso muchos días la traigo yo colgada»

María

Madre de Noa, de sexto de Primaria

A las puertas de un instituto público de Badajoz, el Rodríguez Moñino, otra madre, María, explicó a este diario el miércoles pasado que su hija Irene sufre escoliosis (desviación lateral de la columna vertebral que si es muy acusada puede causar problema de salud). «Como tiene escoliosis no viene andando sino que la traigo en coche. Le digo que no la lleve tan baja, pero con 13 años no hay manera porque tienen sus modas. Yo en mi época también iba muy cargada y le aconsejo que alguna carpeta la lleve en el brazo y así lleva menos peso en la espalda. Pero nada. Entre libros, estuches, la ropa aparte de los días de gimnasia, al final vas sumando muchos kilos y hay que tener en cuenta que las mochilas que usan son muy básicas.». Al salir su hija de clase el peso coincide con el que le dio la noche antes la báscula de su casa: siete kilos.

El tipo de mochilas que usan hoy los adolescentes, más sujetas a la moda que diseñadas desde un punto de vista ergonómico –con su espalda y hombreras acolchadas más un cinturón lumbar–, no ayuda a corregir un problema que no es nuevo.

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«Hace 40 años ya se discutía por el peso de los libros y creo que mi hija lleva más del que debería»

Andreas

Padre de Candela, de segundo de Bachillerato

Andreas es alemán y padre de Candela, estudiante de segundo de Bachillerato del instituto Rodríguez Moñino. Según contaba a este diario mientras llegaba su hija, «hace 40 años ya existía esta discusión del peso de los libros que llevábamos y del daño que hacían a la salud. Entonces se llevaban maletines y eso hacía que cargáramos solo de un lado, así que ya se planteaba que se dejaran libros en la escuela para no llevar tanto peso. Creo que mi hija lleva más peso del que debería». 6,6 kilos es lo que aparece en la pantalla del dinamómetro en cuanto sale de clase, «y me falta un libro por llevar que no he traído. Me gustaría que pesara menos, y eso que en bachillerato solemos usar apuntes que nos dan los profesores. Menos mal que viene mi padre a recogerme en coche porque si no me dolería bastante la espalda», relataba la joven.

Crecen y no tienen ruedas

Hay que tener en cuenta que todos los pesajes se hicieron a la salida, cuando la botella de agua está prácticamente vacía, por lo que camino del centro escolar la mayoría de mochilas pesan en torno a medio kilo más, como recuerda Noa, que va a sexto de primaria en el Santo Ángel y cargaba al salir con 4,6 kilos que a la ida eran 5. A su madre, María Gómez, le parece demasiado. «En mi opinión las mochilas pesan mucho, bastante para mi gusto, de hecho muchos días la llevo yo colgada, pero es que usa todo lo que lleva en la mochila, los libros, más la carpeta, más el estuche. En casa usan tablet, pero en el colegio no, solo libros».

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Adolescentes esta semana con las mochilas como les gusta llevarlas, sin ajustar las hombreras. Ángel Márquez

Según el sondeo realizado por este diario, Secundaria es la etapa en la que más pesa el material escolar que los alumnos llevan y traen a casa. Pero los de Bachillerato no se libran de las quejas y los de primaria tampoco están contentos con su carga diaria, aunque entre los más pequeños la mayoría llevan mochilas con ruedas al no haber sucumbido aún a la moda de las actuales mochilas Vans y similares.

Al colegio Piloto Guadiana va Felipe, el más pequeño de los entrevistados, en tercero de Primaria. Su mochila tiene ruedas y al salir pesaba seis kilos. «El problema es que mi clase está en la tercera planta y tengo que subirla por las escaleras, si pesara menos estaría mejor», decía esta semana mientras su madre asentía con la cabeza.

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Posibilidad de taquillas

Alicia Esteban es presidenta de la Asociación de Madres y Padres del IES San Fernando, también de Badajoz. Según dice, «el peso de las mochilas a me preocupa, pero la única solución sería tener casilleros o taquillas, cosa que veo difícil para los centros porque cuestan mucho dinero y tendría que ser la consejería la que dotase de ellas. Otra opción sería tener dos sesiones seguidas de una asignatura para tener que llevar menos libros. En realidad ya se han tomado medidas porque los libros se venden divididos por trimestres para que las mochilas sean más ligeras y se les piden carpetas clasificadoras en lugar de cuadernos».

Por su parte, el vicepresidente de esta AMPA, José Antonio Zara, reconoce que este tema está en la agenda prácticamente cada curso. «El año pasado se había hablado en conversaciones informales con la directora, el consejo escolar y algún padre porque suele haber quejas, y este curso, en la primera reunión que hemos tenido se ha vuelto a hablar del peso de las mochilas y de la posibilidad de pedir la instalación de taquillas, de manera progresiva teniendo en cuenta que los que más peso llevan son de los de primero de la ESO y que los de Bachillerato son los que llevan menos peso porque usan más apuntes», sugiere Zara.

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