Licencias de operadores y uranio obligan a acelerar las gestiones para la miniprórroga de Almaraz
Los responsables de la central nuclear llevan meses insistiendo en el futuro de la planta debe conocerse antes de que acabe junio
El «breve plazo» que mencionó ayer el consejero delegado de Endesa tiene que ser corto de verdad. José Bogas se refería a la ... fecha en la que las tres compañías dueñas de la central nuclear de Almaraz presentarán formalmente al Gobierno la solicitud de prórroga de la actividad de la planta, un trámite que requiere de una serie de pasos administrativos que no deben demorarse, según lo que los propios gestores de la instalación llevan meses repitiendo.
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Desde el momento en el que empezó a plantearse la posibilidad de que la central no bajara la persiana en las fechas contempladas en el calendario del apagón nuclear español –la unidad uno en noviembre de 2027 y un año menos un día después la dos–, la central puso una fecha límite que debía cumplirse para poder seguir operando conforme al guión más aconsejable. En un principio se habló del primer trimestre de este año como tope para aclarar el futuro de la industria, pero según se fue acercando esa fecha, se dio una nueva: la primera mitad del año. De ahí no se han movido las compañías cuando se les ha planteado cuánto tiempo había para saber definitivamente qué va a ser de la central.
Dos años de formación, y medio de exámenes
La necesidad de conocer con antelación si la nuclear operará más allá de los años 2027 y 2028 se explica por dos motivos principales. Uno es la compra de uranio enriquecido, necesario para el proceso de producción de energía. Los encargos de esta materia clave para los reactores se hacen con mucha antelación, por razones de mercado y logísticas.
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La otra razón son las licencias de los operadores de planta, exigidas para trabajar en las salas de control, el corazón de la planta. Estos 'carné de operador', como suelen llamarlos los técnicos, se conceden tras una formación que suele durar dos años y unos exámenes que llevan unos seis meses. Se otorgan con caducidad, y varias de las vigentes están próximas a expirar. Son cinco exámenes, y hay que obtener al menos un siete de nota media en cada uno de ellos y una calificación mínima de ocho entre todos ellos. La formación es todavía más exigente, habitualmente dos años más, para el jefe de turno, que es quien está al mando de cada turno, en el que siempre hay al menos un operador de turbina, uno de reactor y un supervisor, además del jefe de turno, que es común a las dos salas, porque en Almaraz hay una por unidad.
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