La investigación extremeña que ayuda a detectar terapias en la ELA
El biólogo de la UEx Francisco de Asís crea un nuevo modelo de ratón transgénico con el que se puede comprender mejor la patología
La esclerosis lateral amiotrófica, más conocida como ELA, es una patología que no tiene cura y avanza hasta dejar inmóviles a quienes la sufren. ... Va matando las neuronas motoras y la esperanza de vida de quienes padecen esta cruel enfermedad ronda los cuatro años desde su diagnóstico. Avanza rápido y, por eso, investigaciones como la del biólogo extremeño Francisco de Asís Iñesta Vaquera pueden ser muy relevantes.
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Este profesor doctor del departamento de Bioquímica, Biología Molecular y Genética de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Extremadura acaba de publicar una innovadora investigación en la prestigiosa revista 'Open Biology' de la Royal Society. En ella propone una herramienta basada en modelos animales con la que resulta más sencillo averiguar si determinadas terapias van a tener más o menos efectos sobre el desarrollo de la enfermedad de ELA.
Iñesta Vaquera, junto con científicos de la universidad escocesa de Dundee, ha generado un ratón transgénico que puede contribuir a detectar de manera precoz la enfermedad.
«Este modelo de ratón es capaz de detectar el estrés celular que en el caso de la ELA y otras enfermedades neurodegenerativas vienen causados por la acumulación de proteínas TDP-43 de manera anómala», explica el investigador del estudio.
Con su herramienta, según indica, en cuanto la patología empieza a manifestarse se genera una señal que es muy fácil de monitorizar en el laboratorio. Y eso también puede favorecer en los ensayos preclínicos de nuevos tratamientos de ELA u otras enfermedades neurodegenerativas.
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«Servirá para buscar dianas terapéuticas encaminadas al inicio de la enfermedad», afirma el investigador
«Este proceso será clave para la transición de nuevas terapias a las fases posteriores de ensayos clínicos de fármacos en personas», describe el biólogo de la UEx.
En su estudio han podido comprobar que las primeras células que empiezan a dañarse en la enfermedad neurodegenerativa son las de Purkinje. «Vimos que de manera muy temprana empiezan a emitir señales de que algo va mal. Y esas señales las captamos en vez de esperar a otras más irreversibles», apunta De Asís, que indica que «en las enfermedades neurodegenerativas hay una muerte de neuronas, pero eso ocurre al final de todo el proceso y nosotros somos capaces de detectar el inicio».
Ayuda a otros científicos
El trabajo experimental de este estudio se desarrolló en la Universidad de Dundee (Escocia) y Francisco de Asís fue el encargado de escribir el proyecto para lograr la financiación, reclutar al personal técnico de apoyo, gestionarlo y escribir el artículo, así como de los trámites generales de publicación.
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En su equipo también ha participado un especialista en investigaciones de ELA y, junto a él, han comprobado que los resultados obtenidos en el estudio son acordes a la biografía que existe respecto a esta enfermedad.
«Teníamos muchas ganas de que se publicase nuestra investigación porque así puede ayudar antes a otros científicos. Creemos que servirá para buscar nuevas dianas terapéuticas encaminadas al principio de la enfermedad», indica Francisco. «Normalmente los fármacos que se desarrollan suelen ser para cuando la patología ya está progresando», añade este investigador tras haber visto publicado su estudio en dicha revista de investigaciones originales y de alto impacto en Biología Molecular.
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El estudio ha sido publicado en la prestigiosa revista 'Open Biology' de la Royal Society
Lo dice con la esperanza de que esta herramienta pueda servir para toda la comunidad investigadora en universidades y centros especializados.
No hay terapia que, por el momento, acabe con la ELA y en Extremadura la padecen unas cien personas (en España son unas 3.000). La mayoría de ellos tienen entre 40 y 70 años.
Son enfermos que en casi todos los casos empiezan a sentir espasmos y debilidad muscular en un brazo o una pierna y dificultad para tragar o hablar. El empeoramiento es progresivo hasta que algunos de ellos acaban moviendo solo los ojos.
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En medio de esa tortuosa enfermedad, ahora muchos de los afectados ven con esperanza la nueva ley que promete mejorar la vida de estas personas y sus familias. Pretende sobre todo garantizar la atención continúa especializada 24 horas en aquellas fases avanzadas de la enfermedad, agilizar los procesos de evaluación del grado de dependencia y discapacidad y aumentar la protección de las personas que cuidan.
El talento también regresa a Extremadura tras años en otro país
Francisco de Asís Iñesta Vaquera tiene 43 años, es de Llerena, estudió Biología en la Universidad de Extremadura, hizo su tesis en el Centro Nacional de Biotecnología en Madrid y ha sido investigador posdoctoral en la Universidad de Dundee (Escocia). Tras años en el extranjero, ha regresado a esta región para trabajar en la UEx y ahora quiere poner en marcha su propio laboratorio de investigación. Quiere ayudar a entender cómo los contaminantes ambientales afectan a la salud. Para ello cuenta con el apoyo del grupo Aquima (Análisis Químico del Medio Ambiente). Los suyo es un ejemplo claro de retorno del talento a esta comunidad autónoma, algo que también ha sucedido con su mujer. Ella hizo Medicina en Badajoz, su residencia MIR en el hospital 12 de Octubre de Madrid y la tesis doctoral en la Universidad de Dundee. Ha trabajado como médico y profesora en la Universidad de St Andrews, en Escocia, y ahora también ha regresado a Extremadura para ejercer como médico de familia en el SES.
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