Laura prepara uno con leche en el bar Durán Cacho de Badajoz. A.T.
Un país que nunca se acaba

Ese hombre me suena de algo

El café más barato. Laura y Noelia sirven cortados a un euro en la avenida de Colón de Badajoz

Martes, 18 de noviembre 2025, 01:00

¿De qué me suena ese hombre?». Laura prepara cafés, calienta leche, coloca bollería en los platos. Laura trabaja tras la barra del bar Durán ... Cacho, viste de negro y no deja nunca de sonreír. En la sala y en la terraza, casi siempre llenas, Noelia atiende las mesas, se mueve incansable y habla con autoridad y gracia. Entre Laura y Noelia, manejan a esta hora, siete de la tarde de un lunes, a ritmo de vértigo, esta cafetería del número uno de la avenida de Colón, esquina con la calle Guardia Civil, plena plaza de Santo Domingo de Badajoz.

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«¿De qué me suena ese hombre?», se pregunta Laura y detrás de ella, inscrita en la pared, una frase de tacita, que diría Luis Zahera en la serie 'Animal', o de azucarillo placentino Imperiale, o de libro de autoayuda… «La suerte para triunfar se llama creer en ti», reza el consejo, pero este bar céntrico de Badajoz triunfa gracias a Laura, a Noelia, a sus compañeras y, fundamental, a que el café cuesta un euro. ¿Alguien conoce alguna cafetería de una ciudad extremeña donde el café, servido en taza elegante, sea solo, cortado o con leche, cueste un euro? Es más, ¿en algún pueblo extremeño, dejando a un lado San Vicente de Alcántara, que es caso aparte, te cobran en 2025 un euro por el café?

«¿De qué me suena ese hombre?», duda Laura después de cobrarle dos euros por dos cafés a Ignacio Gragera, que me cuenta que se va inmediatamente a un consejo de dirección del PP. «Estamos casi en campaña electoral», anuncia por si no nos habíamos enterado. Se despide Gragera y me pongo didáctico con Laura: «Es el alcalde de Badajoz». Ella ríe y se encoge de hombros. «Ni idea, pero bueno, por lo menos me sonaba», se excusa sin asomo de complejo. Aunque servidor, que es un poco antiguo, no entiende que alguien sepa quién es una youtuber o un influencer y su alcalde solo «le suene». Regaño a Laura: «Hija, que no sepa yo quién es el alcalde de Badajoz, que vengo de Cáceres, pero que no lo sepas tú». Y lo mejor es que Laura reacciona sin complejos, empoderada, quitando importancia a lo superfluo, sin perder su sonrisa, cogiendo la jarra de leche, sirviendo un Colacao, un pastel de nata, una manzanilla.

Entonado con el café más barato de una capital de provincia española, salgo a la calle y paseo por Menacho. Hay tiendas que cierran y tiendas que abren. La calle ha perdido algo de trajín comercial, pero mantiene su pátina de sala de estar urbana. Me fijo en carteles que definen una ciudad, incluso una sociedad. En unos, se anuncian bonos mensuales de yoga raíz, de yoga crecimiento, de yoga florecer, de yoga expansión… De yoga. En otros, se proponen talleres de algo que nunca había escuchado ni leído: buppapsicología con dos modalidades: taller de autocuidado (pequeños cuidados, grandes cambios) y taller de exploración personal (viaje hacia uno mismo). Media España busca crecer, florecer y expandirse recurriendo a disciplinas orientales y la otra media quiere conocerse para conseguir grandes cambios.

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¿Tan a disgusto estamos con nosotros mismos? Para espantar la angustia, me voy al Club del Gourmet de El Corte Inglés. Ir de Cáceres a Badajoz y visitar El Corte Inglés me parece una tradición con peso y solidez. Lo de El Faro está bien, pero me parece un parque temático, un Puy du Fou de las compras. Además, las dependientas de El Corte Inglés han crecido conmigo, hablo con ellas de dietas y nietas y saben quién es el alcalde. Me compro un vermut que probé en el restaurante Luzía, a un paso de Puerta de Palmas, y me encantó. Está tan rico que lo voy a utilizar en Nochebuena para animar a mi suegra. Igual se emborracha y ni me conoce: «¿De qué me suena ese hombre?».

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