Javier Santos, ganadero de San Jorge de Alor, en su explotación ovina. J. M. Romero
Lengua azul en Extremadura

«Muchos ganaderos van a desaparecer por la lengua azul»

Un mes después de la confirmación del primer foco en Extremadura, las pérdidas se acumulan al igual que las muertes de ovejas en las explotaciones, como la de Javier Santos, en San Jorge de Alor

Lunes, 28 de octubre 2024, 07:26

El ganadero Javier Santos, de 58 años, confiesa con desasosiego que no sabe con lo que se va a encontrar cada día en el campo. ... No duerme bien. La enfermedad de la lengua azul golpea con fuerza a la cabaña de ovino en Extremadura –la región con mayor número de cabezas de España– y su explotación no es una excepción. A mitad de noviembre deben parir buena parte de sus ovejas. Está muy inquieto. «No tienen ganas de comer y este año hay mucha comida. Se echan al suelo más de la cuenta. Les he puesto antibióticos, antiinflamatorios, las vacunas hace unos días... Pero no mejoran. Están flojas. Veremos cómo sale la paridera», relata con pesar este hombre de San Jorge de Alor, pedanía de Olivenza.

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«Con lo que bien iba todo el año y fíjate la que se ha formado», lamenta a 17 kilómetros, en Alconchel, Marcelino Díaz, de 64 años. «El año pasado la enfermedad de las vacas (la hemorrágica epizoótica) nos dejó tocados y este año nos llega lo de las ovejas. Ahora que estaban muy bien de precio. Ya he perdido 11 de las 170 que tengo. A esto no se le ve fin», sentencia el ganadero alconchelero.

Un equipo de HOY viajó esta semana a la 'zona cero' de una enfermedad que está provocando millonarias pérdidas en los ganaderos y decenas de muertes de animales. Entre el término municipal de Badajoz y siguiendo toda la Raya hasta Valencia del Mombuey, en el suroeste limítrofe con Portugal y no muy lejos de la provincia de Huelva, una ola de contagios está sacudiendo las explotaciones.

La crisis sanitaria animal vincula a Villanueva del Fresno, con fosas abiertas para enterrar animales, al igual que en Valencia de Mombuey, Cheles, Alconchel, Higuera de Vargas, Oliva de la Frontera, Zahínos, Jerez de los Caballeros, Fregenal de la Sierra... El listado de municipios singularmente afectados es muy amplio.

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Cierre de explotaciones

Lo peor es que no es el único ámbito donde golpea la lengua azul (o fiebre catarral ovina) en Extremadura. En todas las comarcas de la provincia de Badajoz hay focos y en una parte ya significativa de Cáceres. Y con una enfermedad que se desarrolla en la región con tres serotipos o variedades diferentes.

El tipo 3, el más mortífero para la cabaña, está presente en alrededor del 40% de los focos declarados; el serotipo 1, que nunca había tenido presencia en Extremadura y para el que no hay vacunas hasta el próximo año. Y el 4, del que se tenía constancia en la región y que ha reaparecido en la última semana a pesar de que se lleva vacunando desde hace años contra él.

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«Hasta ahora tengo 14 ovejas muertas, 3 corderos muertos, y 32 abortos. Es desesperante. Hay días cuando vengo al campo que ves hasta lengua azul en los perros», enumera gráficamente Javier Santos, que se gana la vida, con la ayuda de su hija Ana, de 20 años, en una explotación de 588 ovejas a las faldas de la sierra de Alor.

«Tengo un amigo de aquí al lado que ha perdido ya 54 ovejas. Te puedes imaginar cómo está. Y esto no para», agrega. «Muchos ganaderos van a desaparecer porque no lo van a poder soportar», enfatiza a HOY.

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Ana Santos, con una oveja con síntomas de padecer la lengua azul. J. M. Romero

Una visita a las fincas con ovejas visualiza un panorama que no se atisba en la estadística oficial de focos declarados con lengua azul. Una retahíla de números siempre fríos a pesar de que vayan en aumento la cifra de muertes y focos. Esta realidad que, señala el ganadero de San Jorge, está presente en Extremadura desde principios de septiembre aunque el primer contagio no se anunciara hasta el día 23 de septiembre.

«El 5 de septiembre, con las ovejas pastando en Olivenza, ví que una tenía el hocico mal. Se puso con mucha fiebre. Entonces no le dí más importancia. Pensé que habría sufrido la picadura de una araña. Pero cuando escuché lo de los focos de lengua azul en Portugal (del serotipo 3) tuve claro que lo que tenía mi oveja tenía lengua azul», narra Javier Santos.

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Dicen los estudios veterinarios que la mortalidad varía generalmente entre el 2% y el 30% pero puede agravarse ante malas condiciones ambientales e infecciones secundarias, alcanzando en algunos casos el 40-50%. A eso se suma algo más difícil de verificar, los abortos producidos en las ovejas reproductoras.

«No sé cuánto llevo gastado ya en antibióticos o en otros medicamentos. También he desinsectado la explotación y eso hay que agradecérselo al alcalde de Olivenza, que puso ese servicio a ganaderos del pueblo. Y hace quince días me pusieron las vacunas. Pero estas no dan resultado», expresa Santos.

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«Lo estamos pasando muy mal los ganaderos de ovino. En esta zona de la provincia de Badajoz especialmente. Y no vemos que se nos ayude», dice. «Por eso que la consejera (Mercedes Morán, de Agricultura), haya dicho que nada de ayudas y que el serotipo 3 no es tan dañino... Hombre, por favor. Estoy indignado. Los ganaderos volvemos a sufrir por algo de lo que no somos responsables y no se nos ayuda como debiera«, finaliza el ganadero de San Jorge de Alor.

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