La Fiscalía pide 28 años de cárcel para los acusados de matar al ganadero de Feria

En el escrito de acusación se indica que Antonio Jesús M. M., natural de Castilblanco de los Arroyos (Sevilla), estuvo trabajando en la finca La Dehesilla, que está en el kilométrico 9,200 de la carretera BA-030 (Feria-Badajoz) y era propiedad de José Fernández González, de 73 años, y su esposa de 65, quienes residían allí de forma permanente.

Antonio Jesús se encargaba del cuidado de las ovejas y los cerdos, alojándose en una casa anexa a la del matrimonio a la que solía desplazarse los fines de semana su novia Victoria G. E., que residía en Olivenza.

Tras concluir ese trabajo, Antonio Jesús regresó a Castilblanco, donde planificaron robar en esa finca y en otra de Olivenza que también conocían.

De este modo, el 23 de febrero de 2020 robaron de manera violenta en un cortijo de Olivenza, donde maniataron a una pareja, hechos por los que fueron condenados la mayoría de los ahora procesados. Pero no obtuvieron el botín esperado, razón por la que Antonio Jesús y Victoria comunicaron al resto de los acusados las idóneas condiciones de la finca La Dehesilla, dado que para acceder había que recorrer un camino de tierra de 800 metros.

El 6 de mayo de 2020 los seis acusados decidieron a perpetrar el robo. Sabían que unos días antes José y y su esposa habían vendidos dos camiones cargados con ganado, por lo que deberían tener dinero en efectivo.

Quedaron a las 20.30 horas en un supermercado de Zafra y una vez en los alrededores de la finca, ya de noche, Antonio Jesús, José Manuel R.G. y Daniel G.C. entraron en la finca y esperaron pacientemente a que José saliera de la vivienda. Fue ya en la madrugada cuando José se dirigió a una de las naves adyacentes para hacer pienso para sus animales. En ese momento cortaron la luz de la nave para que se dirigiera al transformador, que estaba situado en una zona exterior. Pero cuando iban a abordarlo vieron un vehículo que les asustó y volvieron a esconderse. Con posterioridad cortaron también la luz de la vivienda para obligarlo a salir nuevamente, pero no lo hizo en toda la noche, por lo que decidieron regresar a Zafra.

La Fiscalía cree que el 10 de mayo repitieron la misma estrategia, pero en lugar de cortar la luz, Daniel caminó hasta el cortijo, a cara descubierta, para pedir ayuda. Así lo hizo entre las 21.30 y las 21.45 horas y como en la vivienda no había mirilla José y su esposa abrieron la puerta. Daniel simuló que se le había averiado el coche y aseguró no tener cobertura en su teléfono. José se ofreció a ayudarle pero cuando estaba marcando el número que le había facilitado, Daniel lo agarró de su bata y lo sacó al exterior; golpeándolo con una pistola de aire comprimido en el pómulo derecho y tirándolo en el suelo.

Su esposa corrió hacia el cuarto anexo al salón y cogió una escopeta, pero José Manuel y Antonio Jesús se la quitaron. Seguidamente, mientras José Manuel y Antonio Jesús ataban las manos de José, Daniel se colocó unos guantes y empuñó la escopeta que traían inicialmente los tres acusados, de la cual no se separó en ningún momento. Con ella apuntó a la mujer.

Con posterioridad exigieron a José que les entregara todo el dinero y lo llevaron a distintas zonas de la casa mientras Daniel encañonaba a su esposa.

Cuando José Manuel y Antonio Jesús regresaron con José siguieron apremiándolo de manera violenta y agresiva para que les diera el dinero. Al negarse, se lo llevaron a inspeccionar las distintas dependencias de la casa.

Transcurrido un largo tiempo, volvieron al salón. Seguidamente dejaron a José allí, de pie junto al sillón donde estaba sentada su esposa, liberándolo y quitándole las cuerdas con las que estaba maniatado.

A continuación, Antonio Jesús y José Manuel continuaron el registro. Al cabo de un rato volvieron con un fajo de billetes y le recriminaron que hubiese negado tener dinero en casa. Tras volver a encontrar más dinero en efectivo insistieron al matrimonio, de manera agresiva y reiterada, para que les revelaran dónde se ocultaba el resto de los billetes. José Manuel llegó a advertir que «mataría a la mujer lentamente, torturándola», en caso de que no accedieran a sus pretensiones.

Añade la Fiscalía que apuntaron al matrimonio con las tres escopetas, sin separar en ningún momento el dedo del gatillo y a una distancia de entre 50 centímetros y un metro, Después, Daniel accionó el gatillo de su escopeta, a bocajarro, impactando los perdigones en la parte superior izquierda del tórax de José, que cayó fulminado. Murió sobre las 23.00 horas.

«A pesar de que fue Daniel el que efectivamente disparó su arma, lo cierto es que era altamente probable que José Manuel o Antonio Jesús hubieran también disparado sus escopetas –añade el fiscal– ante el comportamiento sumamente violento que los tres varones mostraban y al hecho de que todos apuntaran, directamente y a corta distancia, a José y su esposa».

Antes de marcharse, los delincuentes le ataron las manos a la mujer y se llevaron los teléfonos móviles de la pareja. La mujer del ganadero permaneció largo tiempo en esa situación hasta que se levantó del suelo y se dirigió a la cocina, donde, con mucha dificultad, cogió un cuchillo aserrado y cortó las cuerdas alrededor de las 23.30 horas.

La Fiscalía cree que los ladrones se llevaron unos 40.000 euros en efectivo; dos jamones y dos paletas de matanza; una canana de cuero con cartuchos, una o dos cajas de cartuchos y muchos sueltos; dos escopetas repetidoras, marca Breda y Benelli; un microondas; un anillo de plata de señora, un anillo de oro y un encendedor-mechero, bañado en oro.

Tras una laboriosa investigación, la Comandancia de la Guardia Civil de Badajoz detuvo a los seis procesados como supuestos autores de este delito y también del asalto cometido en el Olivenza, por el que fueron condenados varios de los ahora procesados a penas de hasta seis años de prisión.