Día de Extremadura 2025

«En Extremadura hay un talento espectacular que necesita espacios de desarrollo»

El nombre de Carolina Yuste (Carolina Ortega Yuste en la partida de nacimiento) resuena con fuerza en cada rincón de Extremadura. Nacida en Badajoz el 30 de julio de 1991, esta joven actriz se formó en la prestigiosa Real Escuela Superior de Arte Dramático (Resad) de Madrid y también en el centro de investigación teatral La Manada.

Con una presencia escénica natural, tierna y cargada de intensidad — adjetivos que la definen a la perfección—, Carolina se ha consolidado no solo como una de las presencias más potentes del actual cine español, sino como una intérprete versátil, capaz de alternar cine (ya ha rebasado la docena de largometrajes), televisión (donde en su última serie ha dado vida a Massiel) y teatro con éxito.

Su primer gran reconocimiento llegó en 2019, cuando se convirtió en la primera actriz extremeña en ganar un Premio Goya, en esta ocasión como Mejor Actriz de Reparto por su papel de Paqui en 'Carmen y Lola'. Este año ha confirmado su estatus al ganar su segundo Goya, esta vez como Mejor Actriz Protagonista por 'La infiltrada', después de haber estado nominada por su papel como esposa del humorista Eugenio en la película 'Saben aquell', que sí fue reconocido con los premios San Jordi y el Gaudí

Ahora, Carolina Yuste recibe el máximo galardón de la comunidad, la Medalla de Extremadura, un reconocimiento que la vincula aún más a su tierra.

–Recibe la Medalla de Extremadura en un momento muy especial de tu carrera. ¿Cómo vive este reconocimiento? ¿Qué ha significado?

–Muy feliz, muy alegre, muy contenta, imagínate. Me parece hermoso que te quieran en el lugar de donde eres, eso es precioso.

– ¿Qué es lo que más echa de menos cuando está fuera?

–A mi familia.

–¿A quién le dedica la Medalla?

– Supongo que a todas las personas que han tenido que emigrar de esta tierra porque aquí no hay recursos suficientes como para poder desarrollarse artística o profesionalmente. Yo lo he vivido, tuve que irme para cumplir mi deseo de dedicarme a la interpretación. Es muy fuerte porque vayas donde vayas siempre te encuentras extremeños o hijos, padres, abuelas que han tenido que salir de aquí. Y por un lado mola un montón encontrarte con gente de tu tierra por todas partes, pero a la vez me genera tristeza. Yo siento mucha envidia cuando estoy en Madrid o Barcelona y veo a colegas de profesión que pueden ir un día a comer con sus padres.

–¿Qué falta?

–Yo amo y adoro esta tierra y creo que tenemos enormes privilegios respecto a la calidad de vida y a la forma de existir. Pero tampoco quiero romantizarlo, porque también hay muchas renuncias en no tener una industria potente audiovisual, periodística o cultural, en general. Antes, por ejemplo, Badajoz era una plaza a la que venían muchas compañías de teatro y últimamente no lo veo. La riqueza cultural en Extremadura existe, pero creo que falta un deseo real, desde las instituciones, de que la cultura atraviese la sociedad desde edades tempranas. Me da envidia cuando llego a Madrid, Barcelona, Sevilla o Bilbao y veo a compañeros que, de pequeños, ya habían tenido acceso a cosas que yo solo conocí gracias a mis padres. El capital cultural genera desigualdad, y aquí hay un talento espectacular que necesita espacios de desarrollo.

Creo que falta ser conscientes de que la cultura también es industria y puede generar trabajo y riqueza. No solo forma seres humanos para la vida –que ya me parece suficiente–, sino que es una herramienta económica. Aquí todavía no se aprovecha, y es una pena. Ojalá alguien se dé cuenta y lo impulse como se hace en otras comunidades. Es verdad que todo cuesta dinero, pero si no se invierte, no se genera industria; y si se genera, al final también se genera crecimiento, que al final es lo que interesa

–Además de actriz, también escribe y dirige. ¿Se ve en un futuro detrás de las cámaras rodando un largometraje? Y, si fuese sobre Extremadura, ¿cómo sería?

–No lo sé. Yo soy de las que piensa que el universo va marcando el camino. No he tomado decisiones tipo «ahora quiero dirigir» o «ahora quiero escribir», sino que la vida me lo ha ido poniendo delante. Sí creo que estaría guay porque en nuestra tierra hay historias muy interesantes por contar.

–¿Y quién le interpretaría en esa película?

–(Ríe) Pues yo misma, ¿no?

La actriz escribe su primera novela, un relato que transporta al lector al Badajoz de los 2000. Un libro que comienza con crudeza, con la Jara como protagonista, una adolescente pacense marcada por la cultura cani, la precariedad y la violencia cotidiana.

Una combinación de universos donde la protagonista, encuentra en la danza una vía de escape. Una obra que la autora describe como «un libro físico y corporal».

–'ToDa Mi VioLeNciA eS tUyA ^^' recupera la estética del chonismo, de los años 2000 e incluso esa tipografía que alternaba letras mayúsculas y minúsculas tan característica de la época. ¿Por qué esta apuesta y reivindicación?

–Estoy sorprendida con cómo se ha recibido. Yo hablo del pensamiento 'choni' de los 2000 porque quería mostrar que el pensamiento, la expresión y la filosofía no se generan solo desde las elites culturales en traje de chaqueta. También nosotras, las adolescentes de esa época, podemos generar reflexión sobre el ser, que es el tema central del libro. Lo que pasa es que hay veces que nos quedamos con la parte más superficial, con la que da morbo para el 'clickbait', como 'la choni de los 2000'. Pero lo que yo quería era acercar el pensamiento a mi propia realidad. No es mi historia, pero sí es una realidad que nos atravesó a todas. El libro también habla de la violencia presente, de la poesía y del arte.

–En 'La noche más larga' reivindica lo rural como un lugar desde el que resistir, crear y hacer ruido, demostrando que la cultura y el talento también nacen entre encinas y charcas. ¿Qué le diría a los jóvenes extremeños que tienen grandes sueños?

–Que escuchen mucho su verdad.

–Si Extremadura fuese una película, una canción y una comida, ¿cuáles serían?

–La película, claramente, sería 'Los Santos Inocentes'. ¿Una canción?Pues 'Llevadme a mi Extremadura', de Sanguijuelas del Guadiana o alguna de La Marelu como 'De Badajoz he venío'. Y la comida, unas lentejas, por ejemplo, que es un plato muy familiar.

–¿Qué personaje de película o serie cree que sería un buen embajador de Extremadura?

–Creo que faltan referentes. Pero una Antígona en el Teatro Romano de Mérida podría ser.

–Por último, díganos una palabra o un refrán extremeño favorito. ¿Lo entienden cuando lo dice fuera?

–Uno que uso mucho es 'arrieritos somos y en el camino nos encontraremos', aunque creo que es más universal, que extremeño. Palabras pues: 'arrecío', 'yo me he soñao', 'me he caído', 'me he quedao en casa', que cuando lo dices fuera, la gente te dice 'no te has quedado, te has dejado', pero también 'atrochar' son algunas de mis palabras favoritas de nuestra habla extremeña.

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