Las empresas extremeñas hacen malabares para cuadrar sus plantillas por la ómicron
Las bajas laborales están complicando que los servicios se presten con normalidad en aquellos sectores en los que no es posible el teletrabajo
«El vendedor ha repartido, el repartidor ha vendido y entre todos hemos sacado el trabajo», reconoce Luisa Sierra, responsable de recursos humanos de Electrocash. Esta empresa ha llegado a tener hasta el 30% de su plantilla de baja por coronavirus al mismo tiempo.
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No es un caso excepcional. La variante ómicron ha disparado los contagios de covid en Extremadura hasta alcanzar máximos de hasta 4.000 positivos diarios. Eso se ha traducido en un aumento de las bajas laborales y empresas con plantillas en cuadro. Talleres, bares, restaurantes o tiendas, todos negocios en los que no es posible teletrabajar, se han visto afectados por la evolución de la pandemia en el último mes.
Las citas para cambiar los neumáticos o pintar un vehículo se han dado para más tarde que nunca; completar los turnos en la hostelería se ha convertido una tarea complicada, y terminar instalaciones en el tiempo prometido ha supuesto un esfuerzo extraordinario. «Al final lo que ha tocado es echar más horas en momentos puntuales, no ha quedado más remedio», señala Raúl López, que tiene una pequeña empresa de montajes eléctricos. Aun así se han visto obligados a retrasar algunos trabajos.
«No hemos podido sustituir a nadie porque no hay trabajadores en el mercado»
Raúl lópez
Montajes eléctricos
«Si hay un positivo, el pequeño comercio se ve obligado a cerrar»
Fernando Santiago
Comercio Acericos
«Hay negocios de hostelería que han tenido que cancelar servicios en Navidad»
Manuel moreno
Cetex
Los tres empleados que tiene este empresario han estado de baja en las últimas semanas. «De momento yo me estoy salvando», bromea López, que ya vuelve a tener a su plantilla al completo.
También se están incorporando a lo largo de esta semana la mayoría de los trabajadores que se dieron de baja en Electrocash. «Por suerte, el grueso de los confinamientos de nuestros empleados se produjo después de la campaña de Navidad y a causa de las reuniones familiares de esos días», expone Sierra, que indica que han solventado la situación gracias a que todos han arrimado el hombro, ayudado a sus compañeros y asumido tareas diferentes para tratar de funcionar con la mayor normalidad posible «Hemos tenido que hacer malabares con la plantilla», apostilla Francisco Piñero, gerente de la empresa.
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Uno de los motivos es que las bajas por covid se mueven entre los siete y los quince días, dependiendo de cada caso, y son periodos en los que a esta empresa –que tiene 115 trabajadores en total– no le da tiempo a formar gente para cubrir las vacantes. «Nuestro personal necesita un perfil muy técnico, porque vendemos nuevas tecnologías», especifica la responsable de recursos humanos de Electrocash.
Los empresarios destacan que los trabajadores están asumiendo más tareas y doblando turnos para sacar el trabajo adelante
Por el contrario, en Montajes Eléctricos Raúl López, las bajas laborales han llegado en un momento de mucho trabajo y tampoco han tenido la opción de contratar. «No hemos podido sustituir a nadie, porque no hay trabajadores en el mercado», aseguran desde esta pyme sobre otro de los problemas del sector de la construcción. «En una situación normal podría asumir más trabajo si pudiera contratar a gente», comenta López, que afirma que lleva más de un año tratando de ampliar la plantilla sin resultado. «Busco electricistas que sean oficiales de primera, pero no los encuentro», concluye.
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Es una coyuntura a la que se enfrenta todo el sector. Lo mismo sucede en otras empresas de la construcción a la hora de contratar a albañiles o fontaneros.
Hostelería y comercio
En la hostelería, desde donde igualmente llevan tiempo denunciando la falta de trabajadores formados, tampoco se han visto libres de la ómicron. Muchas pruebas de detección de la covid para reducir al mínimo el riesgo de contagio de los clientes y empleados doblando turnos para cubrir a sus compañeros confinados puede ser un buen resumen de las últimas semanas de 2021 y las primeras de 2022. «Ya se está normalizando la situación, pero durante las semanas de Navidad, en las que tenemos mucho más trabajo, hay negocios que han tenido que cancelar servicios», detalla Manuel Moreno, presidente de Cetex, la confederación extremeña de hostelería y turismo, que también se refiere a las dificultades para contratar personal. «En estas fechas es imposible», remarca.
La gestión de estos negocios se ha complicado también por las cancelaciones de reservas. Muchas se han hecho por la obligación de los confinamientos, pero también han llegado por la decisión de algunos clientes de no acudir a establecimientos cerrados en unas fechas en las que la indecencia de la enfermedad era elevada.
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Por su parte, las características del comercio en Extremadura hace que la variante ómicron haya obligado a determinados negocios a bajar la persiana durante un tiempo. «Somos pequeños y la mayoría trabajamos solos o con un empleado, por lo que si se produce un positivo nos vemos obligados a cerrar durante por lo menos siete días», explica Fernando Santiago, presidente de los comerciantes de la zona centro de Plasencia, que añade que sí se están dando estas situaciones.
Lo mismo ha sucedido con los bares en los que solo trabaja una persona o una pareja de convivientes.
Las tiendas o establecimientos de hostelería de mayor tamaño sí han tenido margen para mover a sus empleados y, en algunos casos con muchas dificultades, continuar trabajando.
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Tampoco han llegado al punto de detener su actividad los supermercados ni las grandes superficies. Sí, como tantas otras empresas, han tenido dificultades para cubrir todos los turnos. La de Asupex, la asociación de supermercados extremeños, fue una de las primeras voces que se alzó para llamar la atención sobre este problema. Ante las elevadas tasas de contagios y el alto número de trabajadores que tenían afectados, la patronal de los supermercados solicitó que se redujeran las cuarentenas para los asintomáticos.
«Los clientes están comprendiendo la situación»
No poder llevar el coche al taller ni encontrar a profesionales para instalar una caldera. Son solo dos ejemplos, pero muy reales. La variante ómicron está provocando que un buen número de empresas tenga dificultades para prestar sus servicios con normalidad y son los clientes quienes están sufriendo las consecuencias. «Por suerte, la gente está comprendiendo la situación y no nos están poniendo más problemas», asegura Raúl López, empresario detrás de una pyme de montajes eléctricos con su mismo nombre.
En el lado contrario, fontaneros o albañiles están teniendo que reprogramar sus visitas a domicilios desde los que les avisan de que se han contagiado y deben permanecer aislados.
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