Dos detenidos por la muerte del vecino que desapareció en Garlitos en enero de 2024

Los arrestados son la mujer que era pareja del fallecido y un tío de la detenida, ambos con edades comprendidas entre los 40 y los 50 años. Según dijeron los ahora procesados, a quienes se veía juntos con frecuencia, Juan Carlos Olaya se encontraba ese día con ellos cuando le perdieron el rastro.

Según confirma a HOY el TSJEx, el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Herrera del Duque tomó este miércoles declaración en calidad de investigadas a dos personas que habían sido detenidas por el presunto homicidio de Olaya, cuyos restos óseos fueron hallados en noviembre del año pasado.

Una vez tomadas las declaraciones, la jueza adoptó la medida de prisión provisional comunicada y sin fianza para el hombre, al cual se le imputa un delito de homicidio. Asimismo, para la mujer se adoptó la medida de retirada de pasaporte y la obligación de comparecer semanalmente en el Juzgado. A ella se la investiga por un delito de encubrimiento y omisión del deber de socorro.

El hallazgo del cuerpo de Olaya fue realizado el pasado 17 de noviembre a unos dos kilómetros del casco urbano de Siruela, una localidad que apenas dista trece kilómetros de Garlitos, que tiene poco más de 500 habitantes. Ambas poblaciones están conectadas por las carreteras provinciales BA-136 y BA-128.

Confirmaron los vecinos cuando se produjo el hallazgo que fue un hombre que reside en la zona quien localizó el cadáver en avanzado estado de descomposición en una zona en la que hay mucha vegetación. Por allí habían pasado meses atrás los perros de rastreo cuando buscaban al hombre desaparecido, pero no se localizó ningún cuerpo.

Olaya fue visto por última vez el 7 enero de 2024, cuando salió a dar un paseo por la sierra con su pareja y otro hombre. Después, se le perdió la pista.

Sin embargo, quienes lo acompañaban ese día dijeron que pensaron en un primer momento que terminaría volviendo y no dieron la voz de alarma hasta 18 días de más tarde. Por eso, la denuncia de su desaparición no se interpuso formalmente hasta finales de ese mes, concretamente el día 25 de enero, según confirmaron a HOY fuentes de la Guardia Civil.

Fue entonces cuando se planificó un dispositivo de búsqueda en el que participaron los perros de rastreo de la Guardia Civil. Revisaron la zona en la que se le perdió el rastro pero no encontraron ninguna pista que condujera a él.

Juan Carlos era vecino de Garlitos aunque pasaba temporadas en el Risco, una pequeña localidad de 122 habitantes en la que residía su pareja. En el momento de su desaparición tenía 46 años, medía 1,70 de estatura, tenía pelo moreno y llevaba una barba canosa.

Todos los esfuerzos por localizarlo resultaron infructuosos y en Garlitos todos confiaban en que terminaría regresando. «Por eso nos ha impactado tanto saber que ha aparecido el cadáver justo en el lugar en el que lo estuvimos buscando», reconoció entonces José Álvaro Rodríguez, que es alcalde en Garlitos.

Por la información que trascendió en noviembre, cuando el cadáver apareció se encontraba en un avanzado estado de descomposición, en una situación esquelética, por lo que fue necesario realizar un análisis de ADN para cotejar los restos hallados con los de sus familiares para saber si pertenecen al vecino desaparecido.

Cuando el cuerpo fue encontrado, el padre del desaparecido y sus dos hijos, que viven en Barcelona, viajaron de Garlitos para colaborar en los trabajos de identificación. Tenían la intención de permanecer en la localidad hasta que se averiguase si esos restos pertenecían a Juan Carlos Olaya, pero les explicaron que la identificación puede llevar un tiempo.

Tiempo después se confirmó que el cadáver pertenecía al vecino desaparecido y ahora se sabe que han sido detenidas dos personas por su presunta relación con esta muerte.