Un camión circula ayer por la carretera autonómica EX-328, en las proximidades de Montijo, hacia la A-5. HOY

Desdoblar la carretera entre Montijo y la A-5 costará 42,8 millones

La Junta saca a información pública el estudio informativo para duplicar la actual vía y construir un nuevo puente sobre el Guadiana

Sábado, 19 de noviembre 2022, 09:13

Por números redondos, es una de las grandes obras de infraestructuras prevista en Extremadura a corto plazo. Son 42,8 millones previstos de inversión total ... para algo más de 5,5 kilómetros de nueva carretera y un nuevo puente de 550 metros. Se trata del proyecto para duplicar la carretera EX-328 desde Montijo a la autovía A-5, una mejora largamente reivindicada por los vecinos de la zona y que es fundamental para mejorar el tráfico y la seguridad de una zona clave de Extremadura. Por población y por desarrollo.

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En las Vegas Bajas del Guadiana, justo a medio camino entre Mérida y Badajoz, la Junta da un paso más para avanzar en una obra incluida dentro del Plan Estratégico Plurianual de Infraestructuras 2016- 2030, del que forma parte el Plan de Infraestructuras Viarias. Entre sus objetivos descritos está el cierre al tráfico de dos puentes claves para la circulación por dos carreteras de titularidad autonómica.

Uno está en el municipio cacereño de Alcántara, del que ha informado este periódico, el famoso puente romano sobre el río Tajo, por el que aún circulan vehículos. Las obras del nuevo puente que lo reemplazarán deberían comenzar en breve, según anunció la empresa adjudicataria de la actuación a HOY.

El otro está sobre el río Guadiana, cerca de Montijo (más aún de su entidad local de Barbaño) y de la vecina Puebla de la Calzada, al lado justo de la A-5 y que sirve para conectar con la EX-328. Prácticamente una línea recta que solo debe salvar el llamado puente de los suspiros.

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Puerta de entrada y salida

Este viaducto es una infraestructura de «anchura insuficiente para soportar el tráfico actual», se argumenta en la exposición técnica del proyecto. Por este motivo ese puente se va a dejar sin tráfico una vez que se construya uno nuevo de 550 metros de longitud.

La carretera EX-328 es el nexo de unión entre Montijo, Puebla de la Calzada y otras localidades limítrofes y la autovía Madrid-Badajoz, es decir, la puerta de entrada y salida a la vía de gran capacidad.

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La Consejería de Movilidad y Transportes ha sacado a información pública el estudio informativo de esta actuación, que ha sobrepasado también el trámite ambiental.

Es el paso previo para la redacción del proyecto y posterior licitación de la obra. Ahora se abre el proceso por el que o bien particulares o instituciones podrán presentar sus alegaciones.

Una vez que estén todas las cuestiones respondidas –para el que no hay un plazo fijo– se cerrará el estudio informativo. A partir de ese momento se llevará a cabo la redacción del proyecto y, como se ha indicado, se sacará a concurso público.

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La Junta de Extremadura no ha concretado cuándo se podría licitar la obra y cuándo podría estar finalizada (no es posible en estos momentos de la tramitación, dice Transportes), aunque en la documentación previa para esta obra se habla del año 2025 para ver un tráfico diario de más de 10.600 vehículos a través de la nueva vía y el nuevo viaducto sobre el Guadiana.

De momento, la cantidad que hay estipulada para los Presupuestos de Extremadura para 2023 son 150.000 euros, reservada, se entiende, para la redacción del proyecto.

Incremento de tráfico

A falta de afinar plazos, sí se saben algunos detalles básicos de esta obra considerada imprescindible para cumplir con el Plan Estratégico Plurianual de Infraestructuras. Tiene un presupuesto estimado de 42,8 millones, aunque este es un cálculo que podría verse superado por el contexto de incremento de precios.

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Un presupuesto, en todo caso, para una carretera de doble calzada, paralela a una carretera convencional existente, «de capacidad reducida, de manera que se trasvasen los flujos de una a otra vía, quedando la antigua como vía de servicio y/o complementaria a las zonas industriales del entorno», se especifica en la documentación que existe sobre esta infraestructura.

El porqué de esta obra se argumenta en la necesidad de incrementar la seguridad de una vía y de un puente para el que antes de la pandemia pasaban una media de 7.000 vehículos al día, cifra que ahora se eleva a unos 8.000.

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Un tráfico medio diario que se espera superar en 2025 porque la estimación de la Administración regional es que por ahí, con carretera y puente nuevos, esa cifra sea de 10.637, un 10% de ellos vehículos pesados, gracias a esta infraestructura.

Vista lateral del conocido como puente de los suspiros. HOY

El puente de los suspiros: 22 años esperando para cruzar el río

Un rentista de Lobón de finales del siglo XIX y principios del XX, abogado para más señas, es el 'culpable' de que se construyera el puente llamado de los suspiros.

En 1912, Luis Chorot de Coca (Lobón 1876-Madrid 1936) expuso la necesidad de que se construyera un viaducto en ese entorno para que los pueblos de Lobón, Puebla de la Calzada y Montijo y otros de su entorno pudieran cruzar el río de mejor manera. Entonces, entre Mérida y Badajoz no había ningún puente sobre el Guadiana y los que querían que cruzarlo a la altura de Lobón lo tenían que hacer en barcas. Hombre monárquico, buscó que Alfonso XIII intermediara para ejecutar esta infraestructura. Durante la dictadura de Primo de Rivera se aprobó el proyecto por el entonces ministro de Obras Públicas Rafael Benjumea Burin, conde de Guadalhorce (1926-1930), pero no se hizo una realidad hasta la Segunda República.

Fue en julio de 1934 cuando se abrió al tráfico. Las obras duraron 32 meses. «Ha tardado un suspiro en hacerse», comentó Chorot cuando pudo estar en funcionamiento. Suspiro en tono irónico señalando los 22 años que tardó en ser una realidad. El puente, de 538 metros, se amplió en la década de 1950. Seguirá abierto hasta que el nuevo lo reemplace.

Esta es la verdadera historia por la que este puente se conoce como el de los suspiros, según cuenta Manuel García Cienfuegos, cronista oficial de Montijo y de Lobón.

Pero existe otra versión, falsa pero mucho más curiosa, de por qué se llama así. En Puebla de la Calzada existe un colegio salesiano que durante mucho tiempo fue un internado donde estudiaban niños venidos de todas partes de la provincia.

Según siguen contando muchos, cuando de vuelta de las vacaciones los alumnos cruzaban el puente, empiezan a tomar conciencia de que les esperaba una temporada internos en el colegio, con lo que empezaban los suspiros de lamento.

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