Consejos para que perros, gatos, aves y roedores no sufran con este calor
Dar los paseos a primera y última hora, mojarle las almohadillas, tapar una jaula con una toalla mojada y nunca jamás dejarlos en un coche son algunas medidas que deben saber los dueños de mascotas
Redacción
Sábado, 11 de junio 2022, 18:34
Las mascotas también sufren cuando llega una ola de calor, y aunque muchas de ellas, como perros y gatos, suelen detectar las áreas más frescas de una casa para mitigar las altas temperaturas, no siempre tienen esa posibilidad. Además, hay otro tipo de animales de compañía que están confinados y no pueden elegir su sitio. Un golpe de calor -si no se ataja a tiempo- puede ser mortal para ellos.
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En el caso de los perros, no sudan y su única manera de regular su temperatura es a través de los jadeos y de las almohadillas de sus patas. Ponerlos a salvo de un golpe de calor es fácil. El animal debe disponer de agua fresca (no fría) de manera constante y evitar que esté expuesto al sol en las horas de mayor insolación; así como evitar que realice cualquier tipo de ejercicio que provoque que le suba la temperatura. Los paseos por el campo deben dejarse para las primeras horas de la mañana o al atardecer y, en el caso que vaya en un coche, este debe estar refrigerado y si es un viaje largo realizar paradas cada cierto tiempo y darle de beber. Nunca se debe dejar al perro solo dentro del coche porque podría morir.
Según los veterinarios consultados, los principales síntomas de un golpe de calor en un perro son una temperatura corporal por encima de los 42º, sed extrema, saliva abundante, vómitos, respiración acelerada (es la forma de identificar que su corazón está funcionando a un ritmo mayor al habitual), lengua muy roja y encías pálidas, así como temblores y flojera general. Ante estos síntomas lo primero es la hidratación y acudir al veterinario.
Los perros tienen su sistema de termo regulación en las almohadillas, así que se puede remojar sus patas con agua o alcohol
Como medida de urgencia mientras acudimos al veterinario lo más recomendable es refrescarlo, por ejemplo con una manguera, si bien el agua no debe estar muy fría. Su sistema de termo regulación pasa por las almohadillas, así que además de mojar sus patas tanto con agua como alcohol esto le refrescará. También hay que darle de beber, sin obligar, que sea el perro quien lo haga; pero siempre bajo nuestro control. Una vez veamos que está estabilizado conviene ir al veterinario, ya que una subida brusca de temperatura le puede dañar algún órgano. Conviene saber que a un animal no se le puede bajar la temperatura de golpe, sino poco a poco, por lo que se desaconseja tajantemente sumergirlo en agua helada, ya que puede puede producir una hipotermia que sería peor que una hipertermia.
Calor en los gatos
En cuanto a los gatos, estos se protegen contra las altas temperaturas jadeando y lamiendo la piel. La temperatura corporal normal del gato oscila entre los 38,2 a 39,2 grados y un golpe de calor puede provocar que sus órganos funcionen mal, entren en coma e incluso la muerte. Para evitarlo hay que tomar medidas parecidas a las mencionadas para los perros. Nunca dejar al animal en un coche aparcado, incluso en los meses de invierno. Y si está por fuera de casa, como en un jardín o patio, asegurarse de que tiene zonas de sombra y si no es posible mejor tenerlo en casa en las horas de más calor.
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Los gatos persas, mayores, muy jóvenes o gestantes tienen mayor riesgo de sufrir un golpe de calor
En el caso de vivir solo en el interior, habría que buscar un lugar fresco y nunca en una terraza con cristales. Por supuesto, controlar que el gato tiene en todo momento agua fresca. Un lugar ideal es una habitación con aire acondicionado o con un ventilador, recursos que si valen para los humanos también para ellos. Cualquier gato puede sufrir un golpe de calor, pero hay algunos con más riesgo como los persas, los de mayor edad, los muy jóvenes, los que están enfermos, las gatas gestantes y aquellos con sobrepeso.
Pequeños roedores
Los conejos y otros pequeños roedores como cobayas o hámster no son amigos del verano pues no soportan bien el calor también pueden morir por un golpe de calor. La recomendación es observar su comportamiento, ya que se vuelven menos activos de lo habitual, aunque eso es normal, como lo es que beba más agua y prefiera verduras y frutas antes que pienso. De hecho, esa es la dieta recomendada para esta época.
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Conejos y otros roedores es mejor que coman más verduras y frutas en esta época, además de pienso
A partir de los 20º es cuando puede haber problemas y no se debe sumerger al animal en agua fría. Ante un posible golpe de calor, lo más indicado es mojar sus orejas, que es por donde sueltan el calor, y su cuerpo con agua fresca y llevarlo de inmediato como en los otros casos al veterinario.
En cualquier caso, su jaula no debe estar expuesta al sol directamente sino a la sombra o en el lugar más fresco de la casa, aunque sin corrientes de aire. Hay que tener en cuenta que el sol cambia de posición a lo largo del día. Si hay un ventilador en la zona procure que no le llegue el aire de manera directa y como truco puede valer poner una toalla húmeda sobre la jaula, para que el aire traspase la toalla y proporcione aire fresco en casos de calor extremo. igual que con los humanos hay que tener mucha precaución con los ejemplares mayores.
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Cómo proteger a las aves
En Extremadura también es común contar con pájaros de compañía como canarios, periquitos y otras aves de jaula, todos ellos muy sensibles a las altas temperaturas. Hay que intentar que el lugar en el que esté la jaula esté a una temperatura no superior a los 20º y siempre a la sombra. También hay que tener mucho cuidado con los ventiladores y los aparatos de aire acondicionado, ya que las corrientes no las toleran bien y hay que evitar que les llegue el aire de manera directa.
A las aves se les puede poner una bañerita para que se refresquen por su cuenta
A causa del calor, los parásitos y bacterias son más frecuentes, por lo que hay peligro de infecciones para estos animales. Por ello, se recomienda limpiar la jaula a diario, así como retirar los restos de fruta o verdura dos veces al día y cambiarles el agua por la mañana y a media tarde. Además, conviene ponerles una bañerita o recipiente de plástico con agua para que el animal se refresque por su cuenta.
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Por último, los hurones son unos animales muy delicados con respecto a las altas temperaturas. El frío lo soportan mejor, pero no el calor y si superan los 27º podrían entrar en hipertermia, lo que supone pérdida de reservas de azúcar y sales del cuerpo. Debes saber que los hurones no pueden regular su temperatura mediante el sudor pues carecen de glándulas sudoríparas. Ellos sólo pueden regular su temperatura mediante jadeos, el sudor que eliminan por las almohadillas de sus patas o el lamido de su pelo. Los expertos recomiendan tenerlos en zonas de penumbra durante las horas de más sol o vigilar que los bebederos siempre tengan a disposición agua limpia y fresca, no fría.
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