Los abandonos desbordan las perreras de Extremadura

En Badajoz se están recogiendo hasta cuatro perros abandonados cada día. Eso ha provocado que haya más de 80 en la perrera de Badajoz y que las protectoras de la ciudad no tengan capacidad de acogida. Además las adopciones están prácticamente paradas.

En Plasencia, la situación también es difícilmente sostenible. «Estamos saturados», resume Salud Mateos, presidenta de la Asociación protectora de animales y plantas El Refugio, que gestiona la perrera municipal. La instalación tiene capacidad para unos setenta canes, y en la actualidad viven en ella, a la espera de una adopción, un total de 85. «En torno a ocho de cada diez perros que tenemos son de caza, sobre todo galgos, podencos y bretones», concreta Mateos, a quien la nueva ley le parece un avance.

«Va a favorecer que haya menos abandonos y más adopciones, porque obligará a que la crianza de perros se haga cumpliendo todas las exigencias legales y no como ahora, que se crían en cualquier sitio, en casas e incluso chabolas sin condiciones ni permisos». «Es una reforma súper necesaria», valora Mateos, que explica que han notado una caída de las adopciones en Europa, destino de una parte importante de los perros que acoge El Refugio de Plasencia. «Dado que las perreras españolas estamos tan saturadas –reflexiona la presidenta del colectivo–, llegará un momento en que no sabremos qué hacer con tantos animales, una situación que esta ley puede ayudar a cambiar».

En Mérida, Marco Antonio Guijarro, el delegado de Policía Local, se encarga también de la perrera municipal y ejerce de enlace entre el Ayuntamiento y las protectoras de la ciudad. El concejal quiere fomentar el respeto y la convivencia con los animales entre los vecinos. También persigue el abandono. Y pone como ejemplo las cinco denuncias que se han puesto en Mérida por abandono en lo que va de año y las más de doscientas adopciones que se han cerrado.

En Mérida, además de la perrera municipal, organizaciones como Acudame tienen su refugio propio. Organizan eventos para conseguir financiación. Necesitan pagar el alquiler mensual del cobertizo y los costes veterinarios. Algunos animales que rescatan necesitan intervenciones costosas para salvarse. Otra de las organizaciones es Batallón Perruno. Se centran en la perrera municipal. A través de voluntarios organizan visitas a la perrera y paseos dos o tres veces por semana para sacar a los perros por la zona de El Prado.

El Refugio San Jorge de Cáceres hace las veces de perrera, aunque también se ocupan de otros animales. Como en la mayor parte de instalaciones de este tipo, están desbordados. Los últimos datos que ofrecieron recientemente hablaban de unos 200 animales acogidos, de los cuales el grupo más numeroso son gatos con 90, seguidos de 80 perros. Tienen además habilitada una parcela en la que hay cuatro caballos, dos cabras y una oveja. La saturación es una amenaza constante en el refugio cacereño, desde donde se hacen llamamientos periódicos a la adopción. También contra los abandonos, pues a pesar de que el pasado verano no se detectó una subida masiva de abandonos, la realidad es que es un problema que se mantiene constante.