«Si en Portugal no están preocupados, deberían empezar a estarlo»

El camalote ha sido el centro de varias investigaciones desde que apareciera por primera vez en Extremadura. Se han buscado distintas soluciones y la que plantea Cetiex es utilizar esta planta invasora para producir biogás. Cristóbal Maza Olivera es el director gerente de este centro investigador.

Hace unos años ya se planteó esta posibilidad.

Sí, pero se desestimó. Desde entonces la tecnología ha evolucionado y lo que antes no contribuía a esa disminución de costes, ahora sí podría hacerlo. La prueba es que ya se produce biogás con camalote en algunos países sudamericanos.

¿Qué objetivos persiguen?

La idea es reducir los altos costes que tiene el control del camalote, valorizando hasta donde podamos el residuo que se está quedando en el margen del río sin aportar nada.

¿Qué novedad aporta este proyecto?

Lo primero sería la construcción de plantas modulares. Además, planteamos como alternativa mejorar el proceso de extracción, así como la posibilidad de valorizar el residuo de la producción del biogás haciendo compostaje.

¿No sería un problema transportar el biogás?

No. Según la ley, no está permitido mover el camalote y, al instalar las plantas en las márgenes del río, solo se transportaría el biogás.

¿El compostaje posterior seguiría teniendo semillas?

Los críticos insisten en que con el abono estaríamos repartiendo semillas por los campos, pero no podemos olvidar que con el agua que se riega van millones de semillas.

¿El impacto ambiental de las plantas modulares no sería excesivo?

No. Sería menor que el que ahora se produce con las toneladas de camalote en las márgenes del río.

¿Es imposible acabar con el camalote?

Los técnicos dicen que para controlarlo necesitaríamos una carambola de circunstancias naturales: bajada de temperaturas acompañada de crecidas de los ríos y que al recuperar la corriente de agua su cauce habitual, toda la planta se quede fuera. Lo cierto es que desde 2010 el camalote ha duplicado la superficie del río en el que está presente. Llega desde Medellín hasta la frontera con Portugal, donde si no están preocupados deberían empezar a estarlo.

¿Por qué?

Si hay semillas en el río, éstas han llegado a Portugal. Si allí todavía no ha aparecido el camalote es porque el Alqueva es una gran superficie de agua, donde se diluye la concentración de nutrientes para el camalote y, además, desciende la temperatura del agua.