¿Qué ha pasado este viernes, 5 de diciembre, en Extremadura?
Ermita lacustre de El Salvador, situada entre Cáceres y Badajoz. :: E.R.

Joya para Juego de Tronos

Como no la salven los Lannister, la ermita de El Salvador se muere

J. R. Alonso de la Torre

Jueves, 16 de abril 2015, 07:56

Con este asunto, vienen a cuento todas las muletillas de la frustración: despreciamos lo nuestro; peregrinamos a Toledo, pero ni nos acercamos a nuestros tesoros; no sabemos promocionarnos... Muletillas que se resumen en una: Extremadura, la gran desconocida. Viene a cuento esta digresión porque hoy quiero hablarles de nuestro tesoro más fascinante y descuidado, que se encuentra a una docena de kilómetros de Cáceres por la carretera de Badajoz, junto a la antigua Cañada Occidental Leonesa, a un paso de la Torre de los Mogollones.

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Se trata de una capilla bella, inquietante, misteriosa... Lo tiene todo para ser la perla de nuestra arquitectura rural religiosa, pero no deja de ser una ruina a la que hay que acceder saltando una alambrada de espinos o una pared de piedra. Les hablo, en fin, de la ermita de El Salvador, más conocida como de San Jorge, cuya contemplación me dejó boquiabierto una mañana de Reyes de hace dos años. La asociación Natura 2000 pide que sea declarada Bien de Interés Cultural y la asociación Hispania Nostra la incluye desde hace años en su Lista Roja del Patrimonio de España.

La situación no es tan desesperante como cuando la visité por primera vez. Desde octubre, está incluida en el Inventario del Patrimonio Histórico y Cultural de Extremadura como Bien Inventariado. Es un primer paso, pero urge dar más para evitar que este tesoro desaparezca o acabe de derrumbarse. La ermita de El Salvador data de los siglos XIV-XV. En sus paredes, se pueden admirar con claridad unos delicados frescos de Juan de Ribera pintados en 1565. Tras extasiarnos ante las pinturas y el encanto del interior del templo, pasamos al misterio porque delante de la iglesia se extiende un estanque que, según el investigador y colaborador de HOY, Alonso Corrales Gaitán, fue construido ex profeso para la ermita, es decir, no se trata de un embalse accidental de agua.

Estaríamos, pues, ante una joya llena de significados y sorpresas: por un lado, su arquitectura rural, por otro, sus frescos, en tercer lugar, su carácter de iglesia lacustre, de ermita con estanque o deambulatorio alrededor del agua cuya explicación no deja de ser una incógnita. Alonso Corrales apunta, en su libro 'Ermitas cacerenses', que la función del lago quizás fuese permitir que los caballeros entrasen en la ermita por el agua montados a caballo, quedando a la altura del sacerdote, que los bendeciría.

Yo no conozco ninguna iglesia del XIV con pinturas del XVI que tenga su propio lago. Es un lugar que sobrecoge y desborda la imaginación. A veces, me acerco a disfrutar de aquel paraje y me imagino lo que harían los directores de arte de la serie Juego de Tronos con un espacio así. Me imagino a los señores de la Casa Lannister de Roca Casterly o a los de la Casa Stark de Invernalia a caballo, entrando en el lago para ser bendecidos o celebrando un torneo acuático con sus lanzas y sus mazas.

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Si la Film Commission de Extremadura mostrara la ermita a los buscadores de exteriores de la serie, la próxima vez que visiten la región buscando escenarios, seguro que quedan fascinados por la ermita lacustre de San Jorge. Y entonces sí, entonces nos daríamos cuenta del tesoro que tenemos entre Cáceres y Badajoz, en la carretera que une ambas capitales.

Mientras llega un golpe de suerte que nos haga valorar lo que tenemos, seguiremos quejándonos, lamentando cómo nuestras joyas únicas se desmoronan a la espera de un Juego de Tronos o una Isabel que nos abran los ojos. Entre tanto y para hacer boca, no se pierdan el vídeo de la ermita en HOY.es.

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