Encuentran muerto uno de los ocho linces liberados en la región

Los técnicos del programa Life Iberlince, que está intentando reintroducir el lince ibérico en Extremadura, encontraron muerto el martes uno de los ocho ejemplares criados en cautividad que habían sido liberados en el mes de junio de la zona del valle del Matachel, en la provincia de Badajoz. Se trata de un macho llamado K2 nacido en el año 2013 en el centro de cría en cautividad del Alentejo portugués, de donde proceden también otros cuatro de los ocho animales que fueron soltados en la región.

La Consejería de Agricultura y Medio Ambiente de la Junta, que desarrolla el proyecto Life Iberlince en colaboración con el Gobierno español, la Comisión Europea y la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), apenas ofreció ayer ningún dato sobre la muerte de K2 ni sus posibles causas. Life Iberlince informó en su página web de que el cadáver fue hallado en el término municipal de Valencia de las Torres y ha sido trasladado al Centro de Análisis y Diagnóstico de la Fauna Silvestre de la Junta de Andalucía, donde le será practicada una necropsia, cuyo resultado se conocerá en unos días.

Vigilancia constante

El ejemplar fallecido, al igual que los demás, se encuentra vigilado permanentemente por los técnicos de Life Iberlince por medio de una correa con GPS que permite ubicarlo en todo momento, y también con cámaras de fototrampeo colocadas en los lugares por los que suelen moverse. En las imágenes captadas de este ejemplar no se había observado ningún signo de enfermedad o desnutrición. Tal y como se explicaba en un reportaje sobre los ocho linces publicado en este diario el pasado fin de semana, el único animal en el que se habían apreciado problemas era un macho de dos años procedente de Andalucía y llamado Jerez. Presentaba síntomas de debilidad por haberse adentrado en zonas de cultivo en las que escasean los conejos, de modo que hace algo más de dos semanas fue capturado y enviado al centro de cría en cautividad de Zarza de Granadilla, donde se encuentra aún sometido a un tratamiento de recuperación.

Por lo tanto, ahora mismo son seis los linces que permanecen en su hábitat natural de los ocho que fueron liberados en Extremadura, si bien los técnicos esperan poder soltar pronto a Jerez. La de K2 es la primera muerte que se produce en la región de un lince ibérico reintroducido en su hábitat tras nacer y ser criado en cautividad.

Donde más ha habido ha sido en Andalucía, donde el programa ya lleva más tiempo en marcha. Tan solo en lo que va de año han muerto 16 linces atropellados en las carreteras andaluzas, una cifra enorme dado que supone nada menos que el 4,9 por ciento de la población mundial, según datos de la organización ecologista WWF. Además de atropellos, en Andalucía ha habido también linces muertos por venenos o trampas.

En Extremadura el riesgo de atropello es menor porque en la zona en la que han sido liberados los linces hay muchas menos carreteras y la densidad del tráfico es más baja.