En busca de la tumba de la princesa

Está labrada en lo alto de una inmensa bola de granito, una gran roca incluida en el recinto amurallado que se ubica en el llamado Cerro de Castillejos. Allí se encuentra la tumba de la princesa. Y no está sola. Pegada a ella hay tallada otra de menor tamaño, posiblemente para un niño.

A seis kilómetros de Plasencia, a apenas 10 minutos en coche, se encuentra un nuevo yacimiento arqueológico. Siempre ha existido, pero no ha sido hasta hace menos de un año cuando ha entrado a formar parte de la oferta patrimonial de Malpartida de Plasencia, y es ahora cuando empieza a visitarse. La llamada y cada vez más conocida tumba de la princesa está situada en su dehesa boyal.

Un paraje natural que da buena muestra de la flora y fauna de la localidad chinata y que ahora, con el estudio de su yacimiento, acerca a los visitantes de hoy la vida de aquellos que la poblaron muchos siglos antes. Quizás porque el estudio apenas acaba de iniciarse, no hay unanimidad respecto a su época. Unos dicen que es un poblado vetón, prerromano por tanto. Otros, sin embargo, mantienen que el castro tiene su origen en la alta Edad Media. Es el caso de la historiadora Montaña Domínguez. «Hoy sigue habiendo allí restos de tejas romanas, de la cerámica de entonces».

Costumbres de la época

Por eso, la tumba de la princesa es solo un elemento más de un yacimiento que ofrece una visión de la organización y costumbres de entonces. El castro se encuentra en un recinto amurallado, en lo alto de un cerro rodeado de la gran llanura dedicada a la ganadería y la agricultura. «Es posible que en este cerro estuvieran las chozas donde vivía la tribu o el clan familiar que se asentó en la zona, donde se encuentra también en su punto más alto la torre de vigilancia», añade la experta.

Aún se puede ver en el castro, próximo a la tumba de la princesa. «Porque se trata de un lugar estratégico para la vigilancia, un lugar desde el que se podía controlar el paso por los caminos que rodean el cerro, el cordel del valle o el camino natural que va a La Vera», explica Montaña Domínguez.

El nuevo yacimiento de Malpartida es uno de los cientos que se encuentran ubicados a lo largo del Sistema Central, donde ya hay cerca de 500 catalogados.

El alcalde de Malpartida, Marcelo Barrado, asegura que en su término municipal hay «más restos de poblados vetones que estamos estudiando para ponerlos en valor igual que hemos hecho con el de la tumba de la princesa».

Ésta es la única hallada hasta el momento en lo alto del cerro, en el recinto que estuvo una vez amurallado y en el que se observan también construcciones de planta rectangular, que podrían responder a la estructura de una pequeña acrópolis en el interior del asentamiento, según los folletos promocionales elaborados por el Ayuntamiento de Malpartida para dar a conocer el nuevo yacimiento.

Fondos europeos

Pero además de la tumba de la princesa, hay otras en el entorno del Cerro de Castillejos. Próximo a la cima hay otra tumba antropomórfica inacabada, dentro de un recinto circular que posiblemente hacía las veces de lugar sagrado. «Por eso estas diferencias en las tumbas muestran que esa sociedad era evolucionada, que había distintos oficios, por un lado, puesto que ese labrado solo lo podía hacer un cantero experto y, por otro, pone de manifiesto que había diferentes clases sociales», destaca la historiadora.

Marcelo Barrado añade que en el entorno del cerro hay otras representaciones de tumbas antropomórficas en distinto estado de conservación o realización, de las que la mejor es la ubicada en el prado de los toros. Los restos hallados y puestos en valor se completan con piedras hincadas en el suelo o menhires.

Malpartida ha recuperado parte de su patrimonio gracias a una inversión de 47.637 euros (el 80% procedente de fondos europeos), que han permitido señalizar y adecuar el entorno de Castillejos para apreciar la tumba de la princesa.