El conductor asegura que retiró la retroexcavadora y volvió al lugar del siniestro

El conductor de la retroexcavadora implicada en el accidente del microbús en el que fallecieron cinco chicos en Castuera retiró la máquina a unos 50 metros del lugar del siniestro y regresó nuevamente a la carretera, donde se lo encontraron los agentes de la Guardia Civil.

Según han informado a Efe fuentes de la investigación, la versión dada por el conductor, de 37 años -que dio positivo en consumo de cannabis y cocaína-, y que aparece en el atestado de la Guardia Civil, es que retiró la retroexcavadora de la carretera para no provocar otro accidente y regresó al lugar de los hechos.

En este intervalo de tiempo en el que el hombre retiró la excavadora y la dejó en una finca de su propiedad que está a unos 50 metros, llegaron los bomberos de Castuera, que fueron los primeros en acudir y que tardaron -según sostienen- unos 4 minutos.

Cuando llegaron los bomberos, el conductor no estaba en la carretera, como tampoco estaba la máquina.

Sin embargo, y según las fuentes, el hombre regresó al poco tiempo y cuando llegaron los primeros agentes de la Guardia Civil de Tráfico ya estaba en el lugar del siniestro.

El conductor del microbús, según estas fuentes, le recriminó que hubiera movido la máquina.

Las dos hipótesis que se barajan es que, por un lado, el conductor retiró la máquina para no provocar otro accidente o que, por otro, lo hiciera ante el temor de no tener todos los papeles de la retroexcavadora en regla.

El conductor de la retroexcavadora, de 37 años, se encuentra desde anoche en la cárcel de Badajoz por haber consumido cocaína y cannabis, según los primeros análisis que se practicaron, tras decretar la titular del Juzgado número 2 de Castuera para él prisión provisional comunicada y sin fianza e imputarle cinco delitos de homicidio por imprudencia, otro de lesiones grave y otro contra la seguridad vial.

Retroexcavadora sin ITV

Según ha podido saber el diario HOY, el microbús accidentado comenzó a circular a comienzos de la pasada década, cuando la ley no exigía a los vehículos de pasajeros disponer en todos sus asientos de cinturones de seguridad. La situación cambió en el año 2007. Ese año se aprobó una nueva norma que obligaba a dotar con este dispositivo a todos los autobuses que fueran matriculados a partir de ese momento. Pero esa exigencia tenía una moratoria que permitía seguir circulando sin cinturón a los autobuses matriculados con anterioridad.

Aún así, el microbús siniestrado fue rematriculado en el año 2010 y le fueron incorporados los cinturones de seguridad, un elemento de protección que resultó clave para evitar que el número de fallecidos fuese aún mayor. Sin esos sistemas, es posible que alguno de los heridos hubiese sufrido lesiones graves e incluso mortales.

El pequeño autobús era un Iveco TDA 59 12 S Abraio. Tiene 20 plazas. Mientras, la retroexcavadora es una JBC T 34C. No consta, según fuentes solventes consultadas por este periódico, que tuviera pasada la Inspección Técnica de Vehículos.

Sobre la responsabilidad del suceso, María Seguí fue clara. Apuntó sin matices al conductor de la retroexcavadora. «Creo que habiendo un detenido no hace falta responder más a esa pregunta», se limitó a decir la directora general de Tráfico. Seguí aprovechó su presencia en la región para hacer una llamada al uso del cinturón de seguridad. Lo dijo antes de que se conociera el ingreso en prisión de F. F. M., que trabaja de peón agrícola en una finca a tres kilómetros de Castuera. Los que le conocen lo definen como una persona tranquila y no se explican lo sucedido.

El conductor fue trasladado en un primer momento al cuartel de la Guardia Civil de Castuera. A final de la mañana entró esposado y custodiado por agentes de la Benemérita en los juzgados del municipio, donde prestó declaración durante media hora ante la juez que estaba de guardia. Después, el fiscal solicitó la prisión provisional sin fianza y la magistrada adoptó esa medida. Fue trasladado a la prisión provincial de Badajoz.

Una noche de escalofríos

El tremendo accidente en la comarca de La Serena movilizó desde el atardecer y la madrugada del jueves a una cantidad ingente de personal de seguridad, sanitarios y bomberos para atender en primer lugar a los heridos y después dejar expedita la carretera, que estuvo cortada al tráfico durante más de seis horas.

Hasta las 1.37 horas de la madrugada pasada, la carretera local que une Castuera con Puerto Hurraco no dejó de ser una vía cortada, salpicada de controles de la Guardia Civil y Policía Local. Controles en una persistente recta, donde se percibía al final una tienda de campaña de Cruz Roja y un foco que permanentemente iluminaba el lugar de la última tragedia de tráfico en Extremadura. Fue a ese hora cuando dos ambulancias trasladaron los cuerpos sin vida de los menores a Badajoz para la autopsia. Detrás, dos furgones con unos familiares desolados que fueron llegando a cuentagotas, ya con la noche cerrada, al lugar de siniestro.

Desconocedores en muchos casos del estado de salud de sus hijos o parientes, ayudados por los psicólogos de Cruz Roja, llegaron con el miedo metido en el cuerpo, un sentimiento que después en algunos casos se convirtió en alivio y en otros en pura desesperación al conocer la realidad en medio de una oscuridad solo rota por las luces de los teléfonos móviles, el foco instalado sobre el lugar del accidente o los reflectores de la Benemérita.

Allí, volcado sobre la cuneta derecha en dirección a Monterrubio estaba destrozado el microbús cuyo accidente con una retroexcavadora se llevó la vida de cinco chicos del equipo de fútbol sala de ese pueblo fronterizo con Córdoba.

Declaraciones

«Siempre es un drama cuando ocurre un accidente pero más cuando los que fallecen son jóvenes», resumió el presidente de la Junta, José Antonio Monago, que acudió al punto del siniestro. Allí también fueron la vicepresidenta del Ejecutivo, Cristina Teniente, o el consejero de Administración Pública, Pedro Tomás Nevado-Batalla, entre otros cargos.

También fue Guillermo Fernández Vara, secretario regional del PSOE que estaba en Don Benito cuando se enteró del accidente. «Lo que queda solo es estar con las familias y darle todo el apoyo», dijo el secretario general de los socialistas extremeños. Junto a él acudió Saturnino Alcázar, alcalde de Herrera del Duque, el pueblo del que venían de jugar un partido los chicos del microbús accidentado.

«La confusión fue máxima en un primer momento. Tanto que nos dijeron que el accidente había sido en Herrera. Con independencia de eso, es una tragedia que nos deja todos muy tocados. Los niños de Herrera que jugaron contra los de Monterrubio me han dicho que quieren venir al entierro», añadió el alcalde de Herrera del Duque.