ESPERANZA RUBIO

En Salsa | La crítica

'O Mario', la última tasca de Marvão

Por 20 euros, una pareja vive una experiencia gastronómica puramente rayana en este 'Café do João Mário', en Portagem

DON POLEO

Jueves, 7 de marzo 2024, 19:41

En la guía 'As cen melhores tascas de Portugal', los autores (António Catarino y Rui Cardoso) seleccionan 16 tascas del Alentejo, pero inexplicablemente no recogen la que hoy visitamos: 'O Mário' la última tasca de Marvão. En el pueblo más alto de Portugal, la revolución gastronómica ha llegado a tal nivel que el restaurante 'Fago', ya visitado por En Salsa, ha conseguido una de las pocas recomendaciones de la primera guía Michelin exclusivamente portuguesa. Otros restaurantes castizos de Marvão como 'Varanda do Alentejo' han vivido una lujosa remodelación y de las viejas tascas con servicio de comidas del pueblo, solo resiste este 'Café do João Mário'.

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La tasca de Mario está en el arcén de la carretera general que va de la frontera de Valencia de Alcántara a Portalegre. Unos metros después del puente sobre el río Sever y de la rotonda de Portagem, a la izquierda, se distinguen varias sillas pegadas a la pared avisando de que ahí está el 'Café do João Mário'. Se puede aparcar en la carretera, pero con cuidado al maniobrar porque es francamente peligroso.

  

Una vez dentro de la tasca, nos llamará la atención que allí solo hay hombres con la excepción de la señora que atiende la barra y una anciana muy divertida que aparecerá a la hora del café. Podemos sentarnos en un sencillo comedor aislado del bullicio, pero aquí hemos venido a sumergirnos de lleno en el ambiente 'raiano', así que nos sentamos en una mesa de este pequeño bar con su barra alta, su tele encendida sin sonido, siete hombres con gorra y ocho sin ella, conversaciones de grupo a grupo, ventanas y puertas de madera antigua, paredes blancas, zócalo quizás verde, amabilidad absoluta, todo el que entra o parte saluda, y, resumiendo, inmersión portuguesa a tope y la inenarrable sensación de que todo es de verdad.

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Mario nos avisa de que allí se come lo que hay y nosotros asentimos: «Sabemos a lo que venimos». Establecida la complicidad, todo discurre a gran velocidad: mantel blanco de papel sobre la mesa, un plato de aceitunas, otro con un pan magnífico, dos cervezas y el menú: «Hoy tenemos sopa de verduras, arroz de pato y nuestras bifanas de siempre». En las redes sociales portuguesas se comenta que son las mejores bifanas. Ya se sabe que «Portugal não é um país pequeno» y que los portugueses, cuando ensalzan, en la vida y en el marketing, lo hacen a lo grande («A melhor tónica do mundo», «O melhor bolo do mundo», «As melhores bifanas de mundo»). Así que nos dejamos llevar por la exageración y pedimos la sopa, el arroz y una bifana.

Pan portugués. ESPERANZA RUBIO

Al instante, aparecen dos platos blancos de Duralex rebosantes de sopa densa, amarilla, sabrosa… Espesa de patatas y nabizas (en los huertos de Marvão, junto al río, crecen unas coles altas que solo se ven en Galicia). Comida casera que Mario cocina y sirve, chef y maître a la vez.

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La sopa no suele faltar en el menú luso. ESPERANZA RUBIO

El arroz de pato es de mucho pato. Tropezones de carne jugosa por todo el plato, el grano se ha empapado del perfume y del sabor del ave. Después de muchas frustraciones en todo tipo de restaurantes, por fin nos sirven un arroz como mandan las madres, un arroz de verdad.

Arroz de pato. ESPERANZA RUBIO

Mario me trata de compañero. La campechanía excluye cualquier protocolo. No esperen cambios de cubiertos y no sobra que, si hay mucha clientela, eche usted una mano, lleve los platos vacíos a la barra e incluso haga como los habituales, que cogen ellos mismos el mantel de papel y lo colocan sobre la mesa.

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Bifana. ESPERANZA RUBIO

Un detalle: hay wi-fi gratis y la contraseña se expone en un cartel de madera. Otros carteles permiten conocer las ofertas inmobiliarias de Marvão y las fiestas y excursiones peninsulares previstas (Tenerife, Fuengirola, patios de Córdoba, Caminito del Rey). Llega la famosa bifana: un bollo tostadito con grandes filetes de cerdo dentro y mostaza a discreción. Está bueno, un bocata rico, sin más. De postre, nos ofrece Comtessa con un chorro de whisky, que rechazamos, o un bizcocho de chocolate que parece industrial: lo aceptamos, pero nos arrepentimos.

Salame de chocolate y dos chupitos de ginjinha. ESPERANZA RUBIO

Un buen café, dos chupitos de ginjinha y la cuenta. Total: 20 euros. Un aviso: Mario lleva siete años con el negocio, pero anuncia reformas y modernización, así que vayan pronto por allí, son los últimos meses de la última tasca de Marvão.

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Café do João Mário

  • Dirección Estrada Nacional 359, nº 25

  • Localidad Marvão

  • Teléfono +351 961 245 175

  • Horario Abre a diario de la mañana a la noche

  • Terraza

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