Cigüeña Negra, desengaño y éxtasis
Una desigual ceremonia gastronómica. ·
En este hábitat del Val de Xálima, la comida oscila entre el arroz discutible y el solomillo excelsoDon Poleo
Viernes, 31 de octubre 2025, 09:16
En octubre de 2022, En Salsa visitó el restaurante del complejo hotelero Hábitat Cigüeña Negra. Celebraban un evento. No fue una experiencia redonda y puntuamos con un dos la comida. Tres años después, En Salsa vuelve a Hábitat Cigüeña Negra para valorar una 'comida normal' y ya les adelantamos que, aunque la nota de la comida suba a tres, hay margen de mejora en este precioso restaurante de la Sierra de Gata. Un detalle importante: el camino polvoriento que llevaba a la finca está asfaltado y es más cómodo llegar para empaparnos de la paz y la belleza del entorno y de las edificaciones que acogen este proyecto integral de ganadería, almazara, tienda, hotel y restaurante rural.
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El restaurante interior tiene vistas a la dehesa, a la charca y también a la cocina. Es un comedor elegante, con lámparas en consonancia con el entorno campestre y mesas amplias y butaquitas cómodas. La mantelería es de algodón, las servilletas tienen el emblema del establecimiento, la vajilla es inglesa, la cubertería, de primera calidad, con cuchillos especiales para la carne, y la cristalería destaca por las copas especiales para cada vino. Una música agradable y actual que no molesta corona un ambiente francamente acogedor, perfecto para una experiencia gastronómica de alto nivel.
En ese ambiente, un servicio uniformado de blanco y beis (mismos colores que en la cercana hospedería Sierra de Gata) cumple con eficacia, simpatía y profesionalidad. El ritmo de la comida será el adecuado y el emplatado tiene gracia y estilo.
Nos sirven un buen pan de hogaza precongelado que acaban de hornear en el restaurante y el aperitivo agrada sobremanera: mantequilla y aceitunas notables y un aceite de la casa, Cigüeña Negra manzanilla cacereña, sobresaliente. Sirven también un alioli ibicenco que aporta el toque balear, archipiélago originario de los propietarios. Un detalle generoso: dejan la botella de aceite sobre la mesa para que el comensal se sirva a su gusto durante la comida.
Comparamos las cartas de vinos de 2022 y 2025. Han pasado de 57 referencias a 65, de ocho vinos extremeños a once, tienen cinco referencias internacionales, dos más, y las mismas DO y regiones vitivinícolas: 27. Las opciones por copa son diez más siete vinos dulces de postre de alto nivel. Aunque lo que eleva el estatus de la carta es la cuidada selección de blancos y rosados (Rueda Melior de Matarromera, Ribeiro O Gran Mein, Arzuaga Rosae) y tintos (Riojas Contino y La Nieta, los Ribera del Duero Flor de Pingus o Vega Sicilia, el tinto extremeño Leneus Reishi, el garnacha Les Terrases 2019 del Priorat, un Pintia de la DO Toro, etcétera). Tomamos un Nadir rosado perfecto en conservación y temperatura.
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En la carta de platos, una selección formidable de carnes retwagyu de la finca, quesos y embutidos de Extremadura, cabrito, cochinillo, cordero, carnes ibéricas, bacalao o bogavante. Empezamos con un tartar de tomates de la huerta con bacalao desmigado (16 euros). El tomate no tenía el sabroso poderío de un tomate extremeño en septiembre (fecha de nuestra comida) y el conjunto pedía a gritos un aceite de hierbas para espantar la simpleza.
Seguimos con un arroz meloso de bogavante y sepia (39 euros) que nos defraudó: grano duro que no se había empapado ni del sabor del bogavante ni del sabor de la sepia y fumet nada convincente. Afortunadamente, un solomillo de retwagyu superior, antológico e inolvidable nos devolvió los placeres de la gran ceremonia gastronómica. Por cierto, viene hecho de la cocina, en su punto, no hemos de trabajarlo en una plancha o piedra ni ahumarnos. Una guarnición de pimientos del piquillo exquisitos complementa la carne y el sabor sutil a leña corona la experiencia.
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De una corta carta de postres, escogimos la mousse de chocolate con escamas de sal de Ibiza, nata y tierra de pistachos. La verdad es que la mousse desmentía el epígrafe: no llevaba nata y tenía almendra en lugar de pistachos, pero no vamos a ser puntillosos: alcanzaba un nivel correcto y supuso un buen final, complementado con un licor de hierbas, también ibicenco, que nos dejó buen sabor de boca tras algún desengaño.
Restaurante Hábitat Cigüeña Negra
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Dirección Carretera EX-205, Km 24, Camino de la Granja a 3,7 Km
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Localidad Valverde del Fresno
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Teléfono 676 829 172
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Horario Lun-Mie: Cierra. Jue-Sab: 13:30-15:30 y 21:00-22:30. Dom: 13:30-15:30.
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