En Salsa | La crítica

El Bizarro, un valor seguro en el panorama gastronómico pacense

En panadería se suele decir que uno de los ingredientes fundamentales para hacer un buen pan es el tiempo. Aunque no es el único factor que hay que tener en cuenta, algo similar ocurre en los negocios de restauración: el tiempo enseña estrategias y pule defectos. El Bizarro, restaurante bien conocido en el panorama gastronómico pacense, cumple este requisito. Esto se nota en detalles como que quien toma la comanda está especializado en ello— lo que toda la vida se ha denominado maître— y sabe aconsejar y orientar al comensal. Sin duda, buen comienzo.

La oferta de la carta está centrada en el producto. Algunos de los platos se presentan en formato tapa y media ración ya que, además de una magnífica terraza y el comedor interior, tiene la barra y una zona de mesas altas para tapear. Aunque tienen algunos platos de orientación asiática, como los siempre presentes tatakis y tartares, la mayoría beben de la tradición extremeña y del resto de España. Eso sí, incorporando las últimas modas, que han puesto en vanguardia a las carnes de Angus maduradas o la vaca gallega. En cualquier caso, bienvenidas sean estas modas si las carnes son de calidad. Afortunadamente, en la carta también podemos encontrar cortes de ternera, de ibéricos y de cordero extremeño. Es de agradecer esta variedad, que no suele ser tan habitual como debería.

Entre los platos más tradicionales cabe destacar unos magníficos callos con chorizo y morcilla. Melosos, bien guisados y con una salsa para mojar pan durante un buen rato. Más fresco para la época, fue una tapa de ensaladilla de gambas y pulpo, rica, aunque le faltaba mayonesa y que esta tuviese un poco más de sabor.

En el apartado de pescados, unas albóndigas de choco, que estaban acompañadas de una salsa de tomate. Las albóndigas eran sabrosas, aunque a la salsa de tomate le faltaba algo de ligazón y el interior de las albóndigas estaban un poco frías. A pesar de que algunos clientes podrían pasar por alto este último detalle, y de que tiene una solución sencilla en un plato como este, es crucial prestar atención a la cocción de los guisos. Este aspecto es fundamental para garantizar una experiencia gastronómica completamente satisfactoria.

Mucho mejor el atún a la plancha, que acompañado por unas verduritas y fideos con soja. Aunque no molestaba, creo que mejor solo con las verduras.

En el apartado de carnes, muy bien el secreto ibérico a la plancha, cortado en tiras —es un formato que me gusta para esta carne— y acompañado de unas muy ricas patatas fritas y salsa gaucha.

En la ternera nos decidimos por entrecot, en este caso de Angus, aunque quizás hubiese sido más sabrosa la de añojo extremeño. Bien atemperada y en el punto pedido. La salsa que acompañaba era la misma salsa que para el secreto. Aunque puede parecer una cuestión menor, dado que la calidad de las carnes es lo más importante, sería un valor añadido tener en cuenta estos detalles. Por ejemplo, si en una mesa se piden varias carnes, lo ideal sería servir diferentes salsas para cada una de ellas.

En el apartado de vinos tienen una oferta amplia, bien ajustada de precio y con algunas referencias interesantes. Casi lo único que se echa en falta, como en muchos locales extremeños, son algunos vinos generosos secos. Me gustó mucho el detalle de que, en la carta, junto a cada vino, se indicase la denominación de origen, el tipo de uva y el tipo de fermentación en barrica.

Como conclusión, El Bizarro es un restaurante que tiene una buena oferta con productos de calidad por encima de la media. Además, se puede disfrutar de buenos vinos, el local y su terraza son cómodas y el servicio, en general, es profesional y sabe de qué va este negocio. En suma, regularidad en todos los aspectos, lo que lo convierte en un valor seguro. Si ajustasen algún aspecto, como los comentados, se convertiría en uno de los más importantes locales de producto de Badajoz.

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