¿Qué ha pasado este viernes, 5 de diciembre, en Extremadura?
Luis Salaya, alcalde de Cáceres entre 2019 y 2023, deja la política tras perder las elecciones el 28-M. HOY

El adiós a un alcalde de Cáceres que no inauguraba obras

Fin de mandato ·

Luis Salaya ha ejercido el poder municipal sin solemnidad y con el proyecto de la mina como piedra en el zapato

Cristina Núñez

Cáceres

Miércoles, 14 de junio 2023, 21:03

Dicen que ejercer la política desde el liderazgo produce canas y a Luis Salaya le han salido algunas en los últimos años, sobre todo en ... la barba. La juventud ha sido siempre 'tema' para el regidor, que pasado mañana concluye su mandato de cuatro años. O, más que la juventud, demostrar que a pesar de ella podía ser competente y creíble. Luis Salaya llegó a la alcaldía de Cáceres con solo 30 años, casi 31, el alcalde que con menos edad ha ocupado el despacho de la Plaza Mayor. Ahora, con casi 35, en esa especie de franja de la madurez, dice adiós. Se va de la política.

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Milenial del 88 Salaya, licenciado en Derecho, nació en Zaragoza, ciudad en la que vivió menos de un año, ya que por el trabajo de su padre, empleado de una empresa forestal, se trasladó a Navaconcejo hasta los 12 años, que fue cuando llegó a vivir a Cáceres. Es el mediano de tres hermanos y está soltero, pero vive con su novia Sara, con la que se ha emparejado en su tiempo como alcalde. A la política llegó de forma temprana. Se afilió al PSOE con solo 15 años y seis años después se convirtió en Secretario General de Juventudes Socialistas en Cáceres.

El ya alcalde en funciones tomó posesión de su cargo el 15 de junio de 2019. Improvisó su discurso de siete minutos, no quiso preparar nada con antelación. Ese gesto, hablar sin red, ha marcado sus intervenciones públicas, convirtiéndose en un orador ameno y buen improvisador. Presume de su pasado en la empresa privada, en la consultora de formación Big Head Academy, que montó con tres socios y a la que volverá, según ha señalado. El pasado 28-M, cuando aún no se habían escrutado el 100% de los votos anunció que se iba de la política. Parecía una decisión en caliente pero no lo era, lo tenía meditado y, en 'petit comité', había confesado sus intenciones si no ganaba. Además de querer desarrollarse en la empresa privada quiere ser padre.

Nueve meses después de su toma de posesión la pandemia irrumpió de lleno en el periodo de gestión de un alcalde que se topó con la patata caliente del proyecto de la mina de litio. Su férreo compromiso con el 'no' en el momento en el que se planteaba una explotación a cielo abierto hizo que no se comprendiera su cambio cuando el proyecto cambió y Salaya rebajó su activismo anti minero. La suerte le acompañó con la figura de Teófilo Amores, concejal electo de Vox que se hizo independiente y apoyó la mayor parte de las propuestas del PSOE, allanando el camino de un mandato sin mayoría. Salaya no deja ninguna actuación física en la ciudad (una rotonda, un parking, una plaza, que le haga memorable), algo que no le acompleja porque lo suyo, argumenta, ha sido crear un proyecto de ciudad a 20 años vista, nada de cortoplacismos.

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Una de las cuentas pendientes que arrastraba Salaya desde que en 2014 ganara sus primeras primarias era la batalla por la popularidad, por ser conocido. El confinamiento y la suspensión de actos públicos durante una buena parte del mandato del socialista no ayudó en este sentido. Problemas con la garganta (fue operado de anginas en 2021) han hecho que el alcalde se haya perdido actos de postín, como la inauguración del Museo de Arte Contemporáneo Helga de Alvear en febrero de 2021 con la presencia de los Reyes.

Este 2023 ha sido el primero en el que ha podido acudir a la bajada de la Virgen de la Montaña y entregar el bastón de mando simbólicamente a la imagen religiosa. Salaya se ha dejado ver en las procesiones punteras de la Semana Santa y aunque no se define sobre sus creencias dice estar interesado en la manifestación popular de la religión. Templado, no deja traslucir sus emociones negativas y sonríe. Con su oponente Rafa Mateos siempre ha habido buen clima.

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Cercano, ha ejercido el poder sin solemnidad. Deportista intermitente de gimnasio y amante de los perros, Salaya ha mostrado su cara más tierna con los niños en plenos infantiles y entregas de premios. Recibiendo, parece, la llamada de la naturaleza.

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