Powell abre la puerta a recortar los tipos ante el enfriamiento del empleo
El presidente de la Reserva Federal advierte, no obstante, de que los aranceles impulsan la inflación
En su último discurso de Jackson Hole, el simposio económico que tradicionalmente avanza las directrices económicas de EE UU, el presidente de la Reserva Federal, ... Jerome Powell, ha dado a los mercados y a la Casa Blanca lo querían oír al abrir la puerta a una rebaja de tasas de interés desde el 4.25%-4.5% vigente. Powell explicó que el equilibrio de riesgos podría hacer necesario «un ajuste en nuestra posición», dado que considera el actual nivel restrictivo para el crecimiento.
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Paradójicamente, son los malos números del mercado laboral de julio, que tanto irritaron al presidente de EE UU, hasta el punto de despedir a la encargada de la Oficina de Estadísticas, lo que ha convencido a Powell de que es hora de rebajar los tipos de interés para estimular la economía. El máximo responsable de la Reserva Federal dijo que el empleo está mostrando «resiliencia», pero también que está en un equilibrio que describió como «curioso», porque está cayendo tanto la demanda como la oferta de trabajadores, debido en gran parte a la ofensiva del gobierno contra la inmigración.
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El encargado de la política monetaria de EEUU hizo alusión directa al menor crecimiento de la masa laboral por la fuerte rebaja de la inmigración. Para Powell, esta inusual situación sugiere que si los riesgos se materializan podrían empezar rápidamente oleadas de despidos y aumento del desempleo.
La Reserva Federal, a diferencia de otros bancos centrales, tiene un mandato dual y vela tanto por la estabilidad del mercado laboral como la de los precios, es decir la inflación. Para Powell este lado de la balanza también necesita atención pese a que «los riesgos al alza han disminuido».
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Powell cree que los efectos de los aranceles en los precios a los consumidores son claramente visibles y que se acumularán en los próximos meses aunque espera que los efectos de estas tasas a la importación sean subidas puntuales y no supongan una presión inflacionaria continuada. Eso sí, al tratarse de sectores diferentes se manifestarán de forma repartida, lo que hace más difícil predecir su impacto.
Sus palabras en Jackson Hole calmaron medicinalmente a un mercado que padece ansiedad y dieron la vuelta a las pérdidas de la semana con fuertes alzas en los principales índices. El más volátil de ellos, el Dow Jones, llegó a subir casi un 2% en la siguiente hora. El de referencia, el S&P 500, subía un 1,6%.
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Ataques de Trump
En su discurso, Powell se refirió indirectamente a las presiones de Donald Trump para la rebaja de las tasas de interés y reiteró su posición de que la Fed y sus miembros tomarán decisiones basadas enteramente en los datos y sus implicaciones para la Economía, de acuerdo a la balanza de riesgos. «Nunca nos desviaremos de ese camino», afirmó.
Mientras lo decía, el presidente Trump volvió a arremeter contra la Reserva Federal a través de una de sus gobernadoras, Lisa Cook, la única mujer afroamericana en el consejo de doce personas, a la que dice echará de su puesto como miembro de la autoridad monetaria con derecho a voto si no dimite. Eso le permitiría nombrar a un nuevo miembro y aumentar su influencia en el órgano independiente que dicta la política monetaria de EE UU. Trump acusa a Cook, sin pruebas, a través de uno de los más leales miembros de su administración, el encargado de la Agencia Federal de la Vivienda, Bill Pulte, de mentir en su solicitud de dos hipotecas. Eso le proporcionaría la 'causa' que legalmente necesita para despedirla y poder nombrar a otros miembros de su entorno, que se sumaría a los dos que ya nombró en su primer mandato, por lo que podría inclinar la balanza de la Reserva Federal al estilo de como hizo en el Tribunal Supremo
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Más allá de la actualidad, en su discurso, Powell desgranó el marco de trabajo de los próximos años por parte de la Fed, algo que esta institución hace desde 2012 y establece los parámetros de trabajo de la autoridad monetaria. Para empezar, la Fed no va a ser flexible con la inflación cuando esta se eleve por encima del 2% como en el pasado. Es una posición adoptada hace cinco años y al poco tiempo se probó como una trampa cuando no hizo más que crecer y la Fed reaccionó tarde a ello.
El otro aviso de Powell de forma oficial en este encuentro en Wyoming es que la época de bajas tasas de interés como norma se ha acabado. La tasa neutra, la que ni estimula ni restringe la economía, se anticipa más elevada que en la década de 2010.
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Jackson Hole es el laboratorio de la política monetaria. Frente al glamour de otras conferencias famosas entre montañas como la de Davos, Jackson Hole proyecta sobriedad, con chalecos de lana, paseos por el bosque y reuniones discretas en un lodge rústico de Wyoming. El propósito es discutir y, en ocasiones, anunciar cambios estratégicos en política monetaria, con ponencias centradas en marcos analíticos, tasas de interés, productividad, inflación y crecimiento. Se trata de un encuentro restringido, casi monacal, en el que la lista de invitados es corta y selectiva, centrada en banqueros centrales, académicos y responsables de política monetaria.
El tema de este año era 'la Transición en el mercado laboral frente a los desafíos estructurales', pero lo que está en juego es cómo resolverá la Reserva Federal ese equilibrio de su función dual –fomentar el empleo y controlar la inflación– en las cuatro reuniones que le quedan este año.
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El negocio de adivinar el futuro suele ser muy arriesgado. Powell reconoció que el consejo erró al interpretar que la inflación sería un efecto temporal de la pandemia. Observado de cerca por los grandes actores de los bancos centrales del mundo, el arquitecto de la política monetaria estadounidense aprovechó este escenario global para presentar los datos que tiene en la mira de cara a su decisión de septiembre y ayudar así a coordinar y comparar visiones con otras potencias monetarias. Algo que ocurre en un contexto de datos insatisfactorios y politización creciente. Si algo tiene en su favor el presidente de la Reserva Federal, que se ha negado a renunciar al cargo pese la feroz presión de Trump, que le considera «demasiado lento» para proporcionar la bonanza económica que ha prometido a sus bases, es que el Tribunal Supremo ha ratificado recientemente la independencia de su figura, que no puede ser eliminada por el presidente sin causa. Su mandato al frente de la Reserva Federal expira en mayo de 2026.
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