«Los rusos ya saben que vienen aquí a morir»
Del campo de fútbol al de batalla ·
El exguardameta ucraniano del Montijo Nikita Fedotov narra a HOY su experiencia como soldado desde su nuevo destino, la dura y peligrosa Járkovmarco a. rodríguez
Badajoz
Viernes, 20 de mayo 2022, 07:37
En cuestión de meses, ha pasado de custodiar el arco del UD Montijo a defender su propio país de un enemigo más poderoso que con ... el tiempo se va convenciendo de que ha entrado en tierra muy peligrosa. Cuando el pasado 24 de febrero Rusia comenzó la invasión de Ucrania, pocos vaticinaban que casi tres meses después David estaría venciendo la guerra a un Goliat desesperado. El exguardameta rojinegro Nikita Fedotov sí se lo barruntaba, conocedor de que su pueblo es más duro de lo que su adversario y todo el planeta habían previsto. El meta ucraniano se marchó del Montijo en el mercado de invierno y justo cuando iba a firmar por un nuevo club estalló el conflicto y decidió cambiar los guantes por un AK-47 y alistarse a la milicia que apoyaba a los soldados en el frente de Dnipro, su ciudad natal. En las últimas semanas su misión ha incrementado el riesgo y fue enviado de forma alterna a la segunda línea y el frente de batalla de las cercanías de Járkov, muy cerca de territorio ruso, ciudad asolada por los bombardeos que ahora el ejército ucraniano intenta recuperar. Un infierno en vida que Fedotov describe para este periódico.
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«El frente es una locura, las 24 horas del día escuchas 'boom, boom', estás muy cerca y tienes muchísimo miedo, pero tienes que estar ahí, tienes que hacerlo. Sí, he tenido que usar mi arma (...) Toda la gente tiene miedo y sabes que lo importante es vivir solo un día más, intentar despertar al día siguiente y decir 'quiero vivir' porque no sabes lo que puede pasar en los próximos diez minutos. Cada minuto es importante. El 8 de mayo murió un gran amigo mío que estaba aquí conmigo como militar, muy cerca de Járkov, pero prefiero no hablar de eso». Así es la radiografía de su nuevo y peligroso destino, en el que está acompañado por su padre, militar de profesión y quien le enseñó desde muy pequeño a manejar un fusil, tal vez pensando que algún día el futuro se convertiría en presente.
Mientras padre e hijo pelean por la patria, el resto de la familia continúa en Dnipro, otra ciudad del este del país que sigue recibiendo ataques de misiles. No han querido trasladarse a otro lugar más seguro, y más ahora que, como expresa Nikita, «las cosas están mejor. Están volviendo muchos ucranianos a sus casas y cada día más. Dicen que tres millones han vuelto».
Pese a la cruda realidad que padece, Fedotov (27 de junio de 2000) mantiene algo de sentido del humor, te responde con la coletilla 'hermano' en muchas frases, te pregunta por el precio de la gasolina en España y sonríe cuando le cuestionamos si el equipo débil le está plantando cara al fuerte, pese a que este jueves caía la acería de Azovstal, último bastión ucraniano en Mariúpol, donde se han rendido cerca de 1.000 soldados locales. Una pequeña alegría para Putin entre tanto dolor de cabeza. «Ahora todo el mundo ve que nosotros no somos un equipo pequeño. Somos un equipo muy duro y con muy grandes huevos. Desde hace más de cien años en Rusia pensaban que Ucrania era como un hermano pequeño, que éramos peores que ellos, pero si sabes la historia Kiev era la madre de todas las ciudades rusas, más que Moscú. Rusia ha intentado cambiar nuestra historia, diciendo, por ejemplo, que a los ucranianos solo nos gusta beber y eso no es verdad. Somos cosacos y más fuertes que ellos», responde orgulloso.
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En su mente merodea la idea de una victoria final de los suyos. Y no una victoria moral de cara a la galería, sino real sobre el terreno. Es consciente de que casi 90 días de guerra desgastan hasta al soldado más corajudo, pero no le falta razón cuando argumenta ese aspecto psicológico. «Mira hermano, estamos muy cansados y son muchos días, pero te aseguro que los rusos están más cansados y tienen mucho más miedo que nosotros porque les estamos ganando todos los días y los rusos ya saben que si vienen a este país ellos vienen para morir. Nosotros estamos en nuestro país y tenemos mucha más energía porque este país está en mi corazón».
«Sabes que lo importante es vivir solo un día más, intentar despertar al día siguiente y decir 'quiero vivir'»
nikita fedotov
Exportero del Montijo y soldado de Ucrania
El espigado portero de 1.96 metros agradece el apoyo europeo y mundial, pide comida para la población civil y, sobre todo: «armas, armas, armas». Añade que Rusia no se va a quedar solo en Ucrania y que irá a por Polonia o Finlandia, pero que Europa ganará. «Estamos ganando y con nosotros ganará toda Europa. Putin es peor que Hitler. No sé cómo acabará esta guerra. Va a ser larga, pero Rusia está floja, vamos a recuperar nuestras ciudades y estoy seguro de que Putin va a morir. Vamos a ganar».
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Volver a ser futbolista
Confiesa que echa de menos Extremadura, que le gustaba hablar con los aficionados del Montijo y que conoció la detención de su presidente Emilio Blanco por un presunto fraude documental. Aquello impidió que firmara por el Fuenlabrada tras su periplo montijano. De regreso a su país, justo cuando iba a firmar por el FC Metalist de la Segunda División ucraniana, estalló la guerra. «Es un gran equipo, con más dinero que el Dinamo de Kiev y un gran presidente», dice. Agradece el apoyo brindado desde la región y España y las llamadas del vestuario. «He hablado con algunos que me preguntaron cómo estoy. Es verdad que salí mal de Montijo, que hicieron las cosas y papeles mal, pero me gustaría volver. Ahora tengo que estar aquí, pero espero ser futbolista otra vez». Aunque eso ya es otra batalla.
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