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Javier Cienfuegos hace un gesto en uno de sus primeros lanzamientos en la jaula del Estadio Internacional Khalifa de Doha. :: EFE

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Javier Cienfuegos hace un gesto en uno de sus primeros lanzamientos en la jaula del Estadio Internacional Khalifa de Doha. :: EFE

El 'Thor' extremeño ya es historia

El montijano Javier Cienfuegos se convierte en el primer español que se clasifica para la final de martillo de un Mundial con los 76,90 metros de su tercer lanzamiento

MARCO A. RODRÍGUEZ

BADAJOZ.

Miércoles, 2 de octubre 2019, 08:57

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Nada más ejecutar su tercer lanzamiento, Javier Cienfuegos se gira para salir de la jaula del Estadio Internacional Khalifa, se besa la mano dibujando una 'L' en honor a su bebé de seis meses -Lola- y dirige la mirada al técnico Antonio Fuentes y familia para regalarles un gesto que lo resume todo. 'Objetivo cumplido', debió pensar. Ni siquiera había aparecido la distancia en el luminoso de los tiempos ni la tabla general pero el lanzador montijano ya se veía finalista. Minutos después explicaría a la prensa de allí y a los que le seguimos desde aquí que no necesitaba tal constatación de sus 76,90 metros, la marca con la que ya es historia pues el plusmarquista nacional se convierte en el primer español en pisar una final del Mundial de Atletismo en su especialidad.

Una década después de deslumbrar al mundo con la mejor marca planetaria siendo apenas un junior -80,24 metros, pero con un artefacto de seis kilos, menos pesado que el senior de 7,26-, el atleta extremeño cumple en su quinta tentativa un sueño que le había sido esquivo en cuatro ocasiones: Berlín 2009, Daegu 2011, Moscú 2013 y Pekín 2015. Solo lo logró en un Europeo, el de Ámsterdam. A Doha (Catar) el también diputado autonómico viajó en el mejor momento de su carrera, tanto en lo deportivo como en lo personal, y ahora está recogiendo los frutos de un trabajo excepcional del tridente Cienfuegos-Fuentes-Burón.

Javier Cienfuegos hace un gesto en uno de sus primeros lanzamientos en la jaula del Estadio Internacional Khalifa de Doha.:: EFE
Javier Cienfuegos hace un gesto en uno de sus primeros lanzamientos en la jaula del Estadio Internacional Khalifa de Doha.:: EFE

«Una vez que he visto salir el tiro me he visto en la final, sabía que era más (de los 76,50 exigidos para pasar el corte). Me besé la mano con la señal de la 'L' por mi hija Lola y miré a Antonio y mi familia, que han venido. Cuando tengo el corazón a mil sé que tengo un buen día. Sé que estoy bien y el cuerpo lo sabe», comentaba ayer a este diario por la tarde, más tranquilo. Calmado, pero no complaciente, pues la próxima cita es hoy mismo -21.40 hora catarí y 20.40 en España- y puede ser todavía más memorable. «Mañana iré más tranquilo, es una competición diferente a la de hoy. Somos 12 y pasan 8. Pero seguro que me irá el corazón a mil, jeje. Mañana vamos a pelear por las medallas, salimos a divertirnos!!. Ha sido un gran alivio ver que superaba la línea», añade respecto a su último disparo y la esperada cita de este miércoles.

«Mañana iré más tranquilo, es una competición diferente. Somos 12 y pasan 8. Me irá el corazón a mil. Sé que estoy bien»

Javier Cienfuegos Lanzador de martillo

«Me besé la mano con la señal de la 'L' por mi hija Lola y miré a Antonio y mi familia, que han venido»

No fue una clasificación sencilla porque el de Montijo afrontó algo apurado su tercer lanzamiento. En el primero hizo 74,87 metros, lo máximo a lo que jamás llegó un español en un Mundial. Pero sus rivales pisaban el acelerador entre el primero y el segundo poniendo más caro el pase. Mejoró algo en el segundo 75,05, pero no era suficiente para asegurarse el pasaporte finalista pese a que años atrás le hubiera valido. Hizo un gesto -en la imagen- escenificando que le quedaba un empujoncito más. Había que pelearlo. Y así lo hizo. En el tercero, la tranquilidad. El martillo se va a los 76,90 -dice que su intención era asegurar- y la finalísima en el bolsillo, solo superado en su serie por el polaco Nowicki (77.89) y el francés Bigot (77.44). Sumando los dos grupos fue quinto. Su compatriota Alberto González quedó eliminado con 71,69 metros, muy lejos de su marca de 75,78.

Pase lo que pase esta tarde noche, Cienfuegos ha hecho historia en el atletismo español lanzando el martillo más lejos que nadie, certificando una temporada magnífica en la que ha batido cuatro veces el récord de España (hoy en 79,38) y por la que sus adversarios, según cuenta, le han felicitado. Y todo ello demostrando que con trabajo e imaginación se traspasan barreras, incluso sin medios desde Montijo. Con la misma imaginación, por ejemplo, de entrar en una peluquería en Doha pidiendo un secador de pelo para quitar la humedad de la empuñadura que sujeta el martillo y no resbale. La medalla puede ser cuestión de centímetros.

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