Fedexcaza denuncia la matanza de cuarenta animales en Monfragüe por trabajadores de Tragsa

La Federación Extremeña de Caza denuncia «la matanza» de 40 piezas de caza mayor en el parque nacional de Monfragüe a manos de trabajadores de la empresa pública Tragsa, «a pesar de estar en plena fase de reproducción tanto las especies protegidas como las cinegéticas».

Los hechos ocurrieron el pasado día 22 en la finca pública Las Cansinas, detalla Fedexcaza, que critica que se llevaran a cabo pese a que la nueva gestión cinegética del espacio natural «sigue pendiente de los recursos judiciales presentados». Además, afirma que se hico «sin seguir ningún criterio de conservación ni gestión». Añaden que los animales fueron abatidos usando jaulas, capturaderos, armas de fuego y una pistola de bala cautiva.

Lo ocurrido «es un ejemplo evidente de las consecuencias del cese de los controles poblacionales con acciones cinegéticas», considera el colectivo, que explica que «los animales fueron atraídos a los cercones con alimentación suplementaria, un método que los propietarios que hacían esos controles tenían prohibido». «Y la acción –añade– se hizo a costa de los recursos públicos y el dinero de los contribuyentes, sumado a la detracción del aprovechamiento económico que ofrecía el anterior modelo de gestión».

A esto se suman dos circunstancias agravantes, amplía la Federación. La primera es «la falta de aplicación de criterios de selectividad de los ejemplares, que sin duda debería ser uno de los principios básicos». Y la segunda es «que haya ocurrido en plena época de reproducción de varias especies protegidas, como son la cigüeña negra, el buitre negro o el águila imperial ibérica. «Esto –advierte– podría tener consecuencias en estas especies sensibles, al no respetarse sus paradas biológicas, algo que en el caso de los controles poblaciones cinegéticos siempre se cumplía escrupulosamente».

Para Fedexcaza, «se ha puesto de manifiesto la hipocresía que existe en torno a la prohibición de los controles cinegéticos en Monfragüe». «No se ha escuchado ni una palabra de esas organizaciones ecologistas que tanto se oponían a la caza y que ahora callan, un silencio cuanto menos paradójico, que demuestra que lo único que pretendían los ecologistas era perjudicar al sector cinegético y no trabajar por mejorar los ecosistemas y la conservación de las especies». «Esto es solo el principio de lo que ocurrirá en los próximos meses en el parque», adelanta el colectivo, que entiende «nulas de pleno derecho» las resoluciones de la Consejería de Transición Ecológica y Sostenibilidad de la Junta que aprueban el Plan y el Programa de acción selectiva de ungulados en Monfragüe, las dos bases del modelo cinegético.

Según la Consejería, «las acciones de control llevadas a cabo forman parte tanto del Plan como del Programa de Acción Selectiva de Ungulados aprobados por resolución de 18 de marzo y que apoyó más del 70% del patronato». Ese documento clave fue aprobado en una reunión telemática que registró una asistencia muy superior a la habitual. «Cabe señalar –continúa la Junta– que las acciones de control de poblaciones no son caza», y que se explican «tanto por la presión sobre los ecosistemas como por los problemas existentes en sanidad animal debido a la distribución de la tuberculosis en las poblaciones, argumentos citados en el Plan y el Programa».

La Junta añade que estos dos documentos «recogen expresamente los métodos a usar en las acciones de control, como son la captura y eutanasia (término que en rigor, no se puede aplicar a este caso, pues los abatidos eran animales sanos, no enfermos incurables) y el uso de armas de fuego para el sacrificio en cercas de manejo». «Las acciones realizadas –concluye– permiten actuar solo sobre las especies y el número de ejemplares recogidos en el Plan, sin afectar a otras especies. Y se realizan sin afectar a especies protegidas y bajo la supervisión directa de la dirección del Parque y por personal especializado».