Un grupo de aficionados protestó a las puertas del Nuevo Vivero por la gestión de Lanuspe. José Vicente Arnelas
Tercera RFEF

Semana clave en el Badajoz tras otro episodio surrealista

El club cuenta con unos días para sortear el descenso administrativo ante una coyuntura con más interrogantes que explicaciones

M. Gª Garrido

Badajoz

Lunes, 8 de septiembre 2025, 20:50

Al enésimo acto de funambulismo se consumó la infamia más absoluta. Tras meses de bailar claqué sobre un alambre financiero quebradizo, el Badajoz se ... precipitó este domingo a un abismo administrativo que le ha costado que se le compute como derrota el partido inaugural del curso ante el Azuaga y se le resten tres puntos a su casillero. Pero si persiste en su osadía de caminar al borde del precipicio, ya no habrá red de seguridad y perderá la categoría, tal y como recoge el artículo 80 del Código Disciplinario de la Federación Española de Fútbol en los supuestos de una segunda incomparecencia.

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Con esas premisas afronta el club blanquinegro una semana clave para su futuro inmediato y, quién sabe, para su supervivencia. Porque sumergirse en un año en blanco e iniciar la próxima temporada en la Primera Extremeña sería un escenario incompatible con la delicada salud de una entidad acuciada por múltiples frentes judiciales y económicos.

Pero más allá del coste deportivo e institucional, el perjuicio más sangrante lo ha padecido la afición y la imagen de un club cuyo escudo está trufado de cicatrices por los mandobles asestados en decenas de desmanes en los últimos años.

Desde la planta noble se han enrocado en el rol de víctima ante lo que consideran una actuación tiránica por parte de la FIFA, que ha abocado al Badajoz a un injusto bloqueo que le ha impedido competir. El argumento principal es que el martes se les solicitó una auditoría de compilance, un mecanismo de control para verificar que el club cumple con la normativa a nivel laboral, fiscal, contable, etc. Para dar respuesta a ese requerimiento se enviaron 9 documentos de 25 folios, tal y como especificó el sábado Javier Peña, director general del conjunto extremeño. Sin embargo, no hubo la más mínima mención a que el Badajoz permanece incluido desde el pasado 26 de mayo en FIFA Registration Ban List, una plataforma digital de reciente creación que ofrece información sobre los clubes a los que se les ha prohibido inscribir nuevos jugadores. Más de tres meses han transcurrido desde que se notificara una incidencia que a día de hoy sigue abierta. Por tanto, es evidente que el origen de la situación tan esperpéntica vivida en las últimas horas es mucho más complejo que una demora burocrática por parte del máximo organismo del fútbol mundial en el análisis de unos documentos.

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En el trasfondo sigue planeando la sombra de los derechos de formación de Santi Müller, que ascienden a una cantidad muy superior a los más de 5.000 euros que Peña asegura que se han abonado y que respondería a la multa impuesta por la FIFA por la deuda, pero no a la cantidad que se reclama por ese concepto. Un extremo que el representante de la propiedad negó en múltiples ocasiones cuando fue interpelado por ello, asegurando que están al corriente de pago en ese sentido y que no tiene relación con lo acontecido esta semana.

Sorprende que se esperara hasta el viernes para, ante la falta de noticias, solicitar medidas cautelares a la FIFA para evitar el desenlace de este domingo, recurso que se denegó de inmediato. Así lo atestiguó el propio Javier Peña, pese a que el silencio por parte de la institución internacional fue absoluto desde el martes cuando les indicaron que estudiarían los documentos recibidos. El mismo viernes, el técnico, Juan Marrero, compareció a modo de previa sin que nadie de la entidad hiciera ninguna referencia al riesgo de que no se disputara el encuentro. En cambio, precipitadamente, el sábado por la mañana se convocó a los medios con una hora y media de antelación para dar a conocer con carácter de urgencia la versión oficial del club a través de un comunicado. Un texto con muchas similitudes al que leyó el capitán Fran Miranda y cuyo contenido desconocían algunos jugadores (tal y como reconocieron varios de ellos minutos después), que no fueron informados de la situación hasta el viernes.

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Entre los innumerables detalles extraños que quedaron en un segundo plano, destaca que en el acta del partido nonato entre el Badajoz y el Azuaga, redactada por el colegiado José Manuel Sabido, aparece casi desierta la relación de fichas de los blanquinegros, pero no en blanco, porque figura el nombre del canterano Jairo Bas, con plaza en el equipo de División de Honor Juvenil, aunque ha estado en dinámica del primer equipo durante el verano.

Y en medio de todo esto, la sufrida masa social blanquinegra. Un millar de aficionados se dio cita a las puertas del estadio sobre las cinco de la tarde. Algunos vociferaban y exigían la salida de Lanuspe por su gestión. Pero también estaba representada la otra cara de la moneda, la desazón y el hastío por una deriva lenta y cotidiana que ha generado desidia y resignación ante un horizonte tan cruel como esperado.

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