Con la salvación en su poder, el Cacereño mira a la Copa del Rey

Pese a que a nadie se le escapa que no se han cumplido unas expectativas desbordantemente optimistas tras el desenlace del curso pasado, el Cacereño huye del galimatías de la zona peligrosa con dos jornadas aún por disputarse. «Muy contento porque hemos sufrido mucho durante el año y poder certificarlo ya nos da mucha alegría», eran las palabras de alivio del técnico de Valdehornillos.

Y, ahora sí, es momento para pensar en otras metas, aunque el propio preparador extremeño quiere olvidarse de la clasificación hasta el epílogo, «no miro nada, vamos a ir a ganar a Illescas y cuando terminemos lo intentaremos ante el Numancia y entonces veremos dónde hemos quedado, pero ahora mucho más tranquilo».

Lo cierto es que con la calculadora en la mano aún existen alicientes suculentos que llevarse a la boca para tratar de endulzar el último bocado de la campaña. Uno es ambicioso y casi utópico, pero posible, que es alzar la vista hacia el playoff y tratar de escalar para neutralizar una desventaja más que considerable. Restan seis puntos en juego y actualmente los cacereños avistan la quinta plaza, y por ende la fase de ascenso a Primera RFEF, a cinco. Ahí se ubica el Atlético Paso (50 puntos), precisamente su última víctima y rival frente al que logró adjudicarse el premio de respirar y al mismo tiempo de soñar. Además, el Cacereño (45) tiene ganado el golaveraje a los canarios merced al triunfo de este domingo en el Príncipe Felipe (2-0) y al empate sin goles en territorio isleño.

Los palmeros reciben la semana que viene al líder, la Gimnástica Segoviana, que se juega ocupar el puesto que permite subir directamente sin someterse al duro periplo de las eliminatorias. Por último visitarán al descendido Montijo. Todas esas hipótesis mutarían a papel mojado si el Cacereño no gana sus dos encuentros restantes, premisa indispensable para que salgan las cuentas. En el horizonte aparecen el Illescas (43), al que le convendría sumar algún rédito más para evitar sobresaltos postreros, y recibe en la jornada final al Numancia, que se halla en plena pugna encarnizada por la cotizada primera plaza. Además, el Cacereño necesita que el Talavera (46), un punto y un puesto por delante de los extremeños, no firme un pleno de victorias en sus dos compromisos, el primero en Los Pajaritos contra el Numancia y en el último frente al Navalcarnero en El Prado.

Las probabilidades son reducidas, pero los verdiblancos poseen en su poder el factor del refuerzo anímico de su dinámica ascendente. Ajeno a la presión, llegar a la cima sería un premio, nunca una obligación, y eso puede permitir ver a un equipo más suelto y sin el bloqueo que ha arrastrado durante gran parte de la temporada. «Antes íbamos a jugar los partidos serios y ahora vamos a ir sonriendo, vamos a intentar disfrutar, compitiendo, porque no vamos a regalar nada, e iremos a ganar el partido en Illescas para quedar lo más arriba posible, pero nos hemos quitado un lastre», remarcaba Cobos.

Otro estímulo, este mucho más acorde a su realidad actual, es conquistar un puesto que da derecho a disputar la Copa del Rey el próximo ejercicio. Esas plazas están reservadas para los cinco primeros clasificados, pero en ese cómputo se excluye a los filiales y el Getafe B, con 53 puntos, ya se ha asegurado una de ellas, por lo que corre el escalafón y sería el sexto el que concurriría en el torneo del KO en su lugar. Privilegio que ahora mismo le corresponde al Talavera, pero vigilado muy de cerca por el bloque de Cobos. En esa batalla, no debe perder de vista al Unión Adarve, empatado a todo con los extremeños, por debajo en la tabla por la diferencia de goles general.